Días después Emma funcionaba en automático. En la universidad se enfocaba en el trabajo, en los pendientes, sin conversar con nadie. No se atrevía a preguntarle a Mary por Sofia, ni siquiera a mencionar su nombre. Al regresar a la casa se tomaba esas pastillas para dormir, o se encerraba en el despacho tomando vino hasta perder el conocimiento. Los días sin Sofia a su lado eran agonía. Quería olvidarse de todo, de ese dolor tan fuerte que sentía que moría en vida.
Daniel se comenzó a preocupar por su mamá al verla ponerse peor cada día, la depresión la consumía. Nunca la había visto así, pero no tenia el valor de decirle que todo fue su culpa, un invento suyo y de Kristina, y que Sofia era inocente. Daniel retrasó su regreso a Estados Unidos para estar más con Emma y le llamó a Armando, su hermano mayor, para que regresara a ver si entre los dos la hacían entrar en razón. Con su papá no contaba, como siempre, había salido del país en un viaje de negocios y no sabía cuándo era su regreso.
Todo culminó una noche que Daniel la encontró en el despacho nuevamente, dos botellas de vino vacías, la carta de Sofia sobre el escritorio y su mirada perdida.
Daniel: Mama, tienes que superarla. No puedes seguir así, te estás haciendo daño.
Emma: No puedo, ya no puedo con esto Daniel. Me duele aquí (su mano sobre su corazón) me duele tanto. Solo quiero olvidar para ya no sufrir más.
Daniel: Mamá, me estás preocupando. Por favor as un esfuerzo.
Emma cerró los ojos y recostó su cabeza en el escritorio. Su mano se relajó y soltó un frasco de pastillas que cayó al piso. Su corazón latiendo rápidamente, Daniel lo levantó y lo encontró vacío.
Daniel: Mamá, mamá (trato de despertarla sin éxito) por favor dime que no te las tomaste todas. ¡Mamá!
Daniel comenzó a llorar desconsolado, sacó su celular y cómo pudo llamó a una ambulancia.
En Guadalajara...
Sofia caminaba en un parque con su mamá, respirando profundo el aire puro. Después de varios días encerrada en la casa su mamá la había convencido de salir un rato para despejarse.
Sofia: ¿Tengo que regresar, verdad?
Norma: Si, Sofi. Ya es hora. No puedes huir de tus problemas. Tienes que enfrentarlos y que pase lo que tenga que pasar.
Sofia soltó un suspiro, recargando la cabeza en el hombro de su mamá.
Sofia: Tengo miedo.
Norma: Mija, si el amor de ustedes es verdadero tienen que luchar por el, no darse por vencidas en la primera pelea. Habla con ella y aclaren ese malentendido.
Sofia: Tienes razón. Voy a luchar por este amor, y lograré que me escuche. No se que haría sin ti, mami (abrazándola) Gracias por escucharme y aguantarme todos estos días.
Norma: Mi niña. Solo quiero que seas feliz. Habla con ella, y si resuelven todo me invitan a la ciudad, para conocerla y festejar con ustedes.
Sofia: Claro que si mami (sonrió levemente)
Esa misma noche Sofia empacó sus maletas y tomó un vuelo de regreso a la Ciudad de Mexico.
En el hospital...
Daniel estaba desconsolado en la sala de espera. Habían pasado horas desde que internaron a Emma y aún no le daban ninguna noticia. El vuelo de Armando llegó, y al escuchar el mensaje que le dejó Daniel en el buzón del celular se fue directo al hospital.
Armando: ¡Dani! ¿Que fue lo que pasó? ¿Que tiene mi mamá?
Daniel: ¡Mando! (lo abrazó sollozando) Todo es por mi culpa. Yo hice esto. No sabía que le dolería tanto, te lo juró. Yo pensé que solo era un capricho o algo así.
Armando: ¿De que hablas? Dime que pasó con mamá.
Daniel: Por mi culpa terminó con su novia, la que te conté. Y mi mamá no pudo más. Hoy la encontré en el despacho muy mal, y se tomó todo un frasco de pastillas para dormir. Si se muere yo me muero también (se derrumbó envuelto en llanto)
Armando: Ya, respira profundo, tienes que calmarte. (Golpeando levemente su espalda)
Armando logró que Daniel se calmara, y le terminó de contar toda la historia mientras esperaban noticias de Emma.
Armando: Hermanito. Después de todo lo que mamá ha hecho por nosotros, como pudiste hacerle esto. Nuestra mamá se merece ser feliz, al lado de quien ella quiera.
Daniel: Yo lo sé, pero pensé que su felicidad estaba en otra parte. No sabía cuánto significaba Sofia para ella. No quiero que le pase nada.
Armando: Si se recupera de esto tienes que confesarle todo, y reparar el daño que les hiciste a las dos.
Daniel: Tienes razón. Creo que Sofia necesita saber lo que pasó con mamá.
Armando: Si, llámala.
Daniel le marcó a Sofia pero no contestó y le dejó un mensaje. Si su mamá se recuperaba de esto juró no meterse más en su relación, y apoyarlas en todo. Solo esperaba que no fuera demasiado tarde para eso.
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𝓣𝓸𝓭𝓸 𝓜𝓲 𝓢𝓮𝓻
RomanceUn amor desmedido, que llega de la manera mas inesperada a las vidas de dos mujeres que van por caminos distintos. ¿Podrá ese amor derrotar esas barreras que las separan para abrir paso a la felicidad?