La siguiente mañana Emma llegó como siempre a la universidad temprano, un café en su mano, y unas gafas negras grandes cubriendo su rostro. Caminó rápidamente hacia su oficina, el sonido de sus tacones anunciando su llegada por los pasillos. Al llegar a su oficina se llevó una sorpresa, alguien ya la estaba esperando afuera.
Sofia estaba recargada en la pared, checando su celular, jugando con un mechón suelto de su pelo. Emma sonrió al verla.
Emma: Buenos días Sofia, ¿Que haces aquí tan temprano?
Entró a su oficina, y señaló a Sofia que la siguiera. Tiro su bolso en el sofá, y se sentó detrás de su escritorio.
Sofia: Buenos días. Alguien me dejó un mensaje que tenía que estar aquí puntual a primera hora. No quería quedarle mal a mi directora de nuevo.
Emma se rió quitándose las gafas y tomando de su café.
Emma: Muy bien, eso me agrada. Toma asiento ¿Quieres algo de tomar?
Le pidieron otro café a Mary, y pasaron un tiempo hablando sobre el puesto de Sofia, los horarios de sus clases, entre otras cosas.
Emma: Bueno, todo esto ya esta listo. Solo falta darte el recorrido de la universidad. ¿Vamos?
Sofia: Si, vamos (sonrió)
Mientras caminaban por los pasillos Sofia no podía dejar de admirarla. Emma caminaba con seguridad en si misma, su cabeza en alto. Con cada minuto que pasaba a su lado, cada gesto nuevo, cada sonrisa, esa mujer distinguida se iba metiendo más y más en los pensamientos de Sofia.
Sofia: Deja de pensar en ella así, es tu jefa (pensó negando)
Emma: ¿Todo bien Sofia? (Notándola algo distraída)
Sofia: Si, no es nada.
Emma: Bueno, ya llegamos. Esta será tu aula.
Entraron las dos y una gran sonrisa iluminó el rostro de Sofia. El salón era enorme, con largas ventanas adornadas con cortinas blancas que dejaban entrar la suave luz del sol. Habían varios caballetes de madera recargados en la pared, y cuadros en blanco de todos tamaños. Sofia se puso a investigar un gabinete lleno de pinceles, pinturas, y otros materiales.
Emma: Se que tu enfoque es la pintura. Yo me encargué personalmente de equipar el salón ¿Que te parece?
Sofia: Me encanta, todo esta perfecto (dijo sonriendo y volteando a verla)
Emma: Me alegra oír eso. Si te hace falta algo solo pídemelo.
Sofia: Muchas gracias. Debo de confesarte algo, Emma.
Emma: ¿De que se trata?
Sofia: Tengo un poco de miedo. Este es mi primer trabajo como profesora. Espero no decepcionarte.
Emma: Estoy segura que lo harás bien. Se que no has enseñado antes, pero por lo que vi en tu expediente estás más que calificada. Estudiaste en los mejores colegios, y tu arte ah sido expuesto en varias galerías de prestigio.
Sofia: Ay, Emma, vas hacer que me de pena.
Emma: Nada de pena, deberías estar orgullosa. Te confieso que no me había fijado en tu fecha de nacimiento cuando realize el contrato. Cuando te vi ayer pensé que eras una estudiante.
Sofia soltó una carcajada divertida.
Sofia: Como olvidarlo, me regañaste llamándome niña. Pero no estoy tan joven sabes, tengo 30 años.
Emma: Comparada a mi si lo eres. Yo tengo 46.
Sofia: Bueno, no es tanta la diferencia, entonces las dos somos jóvenes, eh.
Sofia, aún con una sonrisa en su rostro se acomodó el pelo atrás de su oreja, sin notar que cuando había revisado las pinturas se había manchado los dedos, y ahora tenía una mancha morada corriendo de su mejilla a su oído.
Emma mordió su labio para no reír, y se le acercó lentamente , llenando de nervios a Sofia.
Sofia: ¿Que.. que haces?
Emma: Te manchaste aquí.
Emma sacó un pañuelo de su bolsa y suavemente limpio la pintura de su rostro. El pulso se le aceleró a Sofia al tenerla tan cercas y cerró sus ojos.
Emma: Listo. Eres un poco despistada, Sofi.
Sofia: Un poco nada más (sonrojándose)
Después del recorrido de la universidad se llegó la hora de comer, y las dos decidieron ir juntas a un restaurante cercas.
Emma: ¿Que te pareció la universidad? (preguntó tomando de su refresco)
Sofia: Me encanta, estoy emocionada por empezar las clases.
Emma: Estoy segura que te ira muy bien.
El celular de Sofia sonó y al ver el nombre en la pantalla se vio preocupada.
Sofia: Ay, no. Disculpa, es mi mamá. No le eh avisado que llegue bien.
Emma: No hay problema, contesta.
Sofia: Hola mama... Si, llegue bien, se me olvidó por completo llamarte, estuve ocupada...No te preocupes, ¿ok? Yo te aviso cuando encuentre apartamento. Te llamo después. Bye.
Emma solo la observaba pensativa.
Sofia: Que pena contigo. As de pensar que soy aniñada. Mi mamá se preocupa mucho por mi aún a estas alturas, y más desde que falleció mi papá.
Emma: Para nada. Se nota que se llevan muy bien. Ojalá yo me llevara así con mis hijos, pero son muy independientes.
Sofia: Si, somos muy unidas. Me apoyó en mi decision de mudarme a otra ciudad, aunque fuera difícil para ella. Pero necesitaba comenzar de nuevo en otro lugar después de.. ahh
Sofia se tapó la boca con sus manos, realizando que estaba hablando de más.
Emma: ¿Después de que? (preguntó con curiosidad)
Sofia: Después de terminar con mi pareja. Fue una separación dolorosa.
Emma: ¿Tanto como para cambiarte a otra ciudad?
Sofia: Suena loco (dijo riéndose) así fue hace meses cuando tomé la decisión. Pero pasando el tiempo me di cuenta que quería el cambio por mi misma, para empezar una nueva etapa y encontrar más maneras de desarrollarme como artista.
Emma: Es muy admirable lo que hiciste. No me imagino haciendo lo mismo, comenzando de nuevo en otro lugar. Eres muy valiente. Estoy segura que ese hombre se ah de arrepentir de haberte dejado ir.
Sofia: No lo creo... ella nunca me valoró.
Emma: ¿Ella? (Preguntó sorprendida)
Sofia: Si, soy gay. Mi pareja era mujer. Espero que eso no sea un problema (la miro nerviosa)
Emma: Por su puesto que no lo es (aclaró su garganta) Solo me sorprendí un poco.
Sofia: Que bueno, por un momento me preocupe al ver tu reacción.
Emma: Como crees. Yo no soy quien para juzgar. (Dijo sonriendo) Pero dime, cómo es eso que aún no tienes departamento, ¿Donde te estás quedando?
Sofia: No eh tenido oportunidad de buscar uno. Estaba pensando hacerlo este fin de semana. Por el momento me estoy quedando en un hotel aquí cercas.
Emma: Nada de eso, te vienes a mi casa y no acepto un no.
Sofia se le quedó mirando atónita si saber que decir. Esa mujer cada ves la sorprendía más. ¿Pero vivir bajo el mismo techo? Apenas la conocía, pero ya no se la podía sacar de sus pensamientos. Tenerla tan cercas sería mucha tentación, una que no sabía si seria capaz de resistir.
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𝓣𝓸𝓭𝓸 𝓜𝓲 𝓢𝓮𝓻
RomanceUn amor desmedido, que llega de la manera mas inesperada a las vidas de dos mujeres que van por caminos distintos. ¿Podrá ese amor derrotar esas barreras que las separan para abrir paso a la felicidad?