Aquella misma noche Emma tubo esa platica con Fernando. Al fin ella le pidió el divorcio y para su sorpresa el aceptó sin ningún problema. El terminó contándole la razón por su distanciamiento.
Emma: ¿Por que si me dejaste de amar y tampoco eras feliz dejaste que llegáramos hasta este punto? Nos pudimos haber evitado tanto dolor.
Fernando: La verdad pensé que era lo mejor. Que nuestros hijos crecieran en una familia unida.
Emma: Entiendo eso, pero no me deja de doler. Yo aún te amaba cuando comenzó tu frialdad hacia mi.
Fernando: De verdad lo siento. Espero que algún día me perdones y encuentres esa felicidad que te mereces.
Fernando se mudó de la casa, y Emma pudo respirar tranquilamente, pues su matrimonio infeliz ya quedaría en el pasado. Como la separación fue por mutuo acuerdo y tenían los bienes separados el divorcio fue otorgado rápidamente.
Los días pasaron rápidos. Emma actuaba como si esa discusión en el salón de Sofia jamas hubiera ocurrido, aunque en su mente no dejaba de pensar en aquel momento. Cada día se aclaraban más sus sentimientos, pero aún le faltaba valor para enfrentarse a lo desconocido.
Sofia por su parte decidió darle su espacio, y decidió no tocar el tema de nuevo hasta que ella misma lo hiciera. Las clases comenzaron, y tal como lo predijo Emma, Sofia no tubo ningún problema al profesar su materia.
Había pasado un mes...
Su última clase había terminado, y Sofia se dirigió hacia la oficina de Emma para irse juntas a la casa, como solían hacerlo diariamente.
Emma: Si, entra (dijo al escuchar que tocaban la puerta)
Sofia entró y sonrió al ver que Emma había colgado el cuadro que le regaló aquel día en la pared atrás del escritorio.
Sofia: Por fin lo colgaste (señalando al cuadro)
Emma: Si, con tanto trabajo apenas tube tiempo hoy. Me encanta como se ve (sonrió volteando a verlo)
Sofia: ¿Lista para irnos a la casa?
Emma: Solo necesito terminar de firmar estos papeles, si me esperas tantito y nos vamos.
Sofia: Claro. Este... Emma.. tengo algo que decirte.
Emma: ¿Que pasa? (la miro sobre sus lentes)
Sofia: Ya encontré un apartamento, no muy lejos de aquí.
Sofia se le quedó viendo ansiosa, pues no sabía cuál sería su reacción. Emma bajo la mirada y siguió firmando los papeles, permaneciendo callada por unos minutos más. Sofia solo la observaba, jugando con un mechón de su pelo, pero no podía descifrar lo que pasaba por la mente de esa bella rubia.
Emma: Me alegro por ti (dijo al fin, aclarando su garganta) ¿Y cuando te mudas?
Sofia: Mañana mismo.
Emma se levantó y caminó hacia Sofia, tomándola de la mano.
Emma: Se me había olvidado por completo que seguías buscando departamento. Me acostumbre tanto a tu compañía. Te voy a extrañar Sofi.
Emma la envolvió en un fuerte abrazo, y Sofia se aferró a ella, respirando profundo ese perfume tan de ella que la embriagaba. Emma soltó un suspiro y Sofia la sintió temblar en sus brazos. Se separaron lentamente y Emma le dio una sonrisa tímida.
Sofia: Y yo te voy a extrañar. Mi señora regañona (dijo, haciéndola reír)
Emma: Bueno, si esta será tu última noche en mi casa hay que hacer algo especial ¿Que te gustaría?
Sofia: ¿Lo que yo quiera?
Emma: Eh, si.. lo que quieras.
Sofia: Hmm, ya se (sonrió pícara) Que tal pizza, vino, y una película.
Emma: Me encanta la idea.
Llegaron a la casa, y mientras llegaba la pizza que ordenaron se cambiaron a algo cómodo. Emma como siempre, usando leggings pegados, blusa suelta, descalza y con el pelo en una cola alta. A Sofia le encantaba ese cambio. En la universidad era esa directora sería, impecablemente vestida en atuendos elegantes, con tacones altos, y sus gafas negras favoritas. Pero en la casa parecía una persona diferente, más relajada, más ella misma. Ambas versiones le fascinaban a Sofia.
La pizza llegó y se fueron a la sala, con las copas de vino listas, y se acomodaron en el sofá.
Emma: ¿Que película veremos? (Preguntó mientras Sofia buscaba entre los discos)
Sofia: Titanic
Emma: Ay, esa es muy triste. Siempre lloro.
Sofia: Pero es de mis favoritas (riéndose) Y mi jefa dijo que yo podía escoger la película.
Emma: Esta bien, pero si lloro no te rías de mi.
Sofia: Ok, lo prometo.
Sofia puso la película, y la pizza desapareció, tal como la primer botella de vino, y comenzaron con la segunda. En la escena donde Jack pintaba a Rose desnuda Emma volteo y se le quedó viendo a Sofia pensativa por mucho rato, tanto que Sofia se puso nerviosa. Las mejillas de Emma estaban coloradas y Sofi no sabía si era por que se le subieron las copas o por que se estaba imaginando otra cosa.
Al final de la película Emma comenzó a llorar, tal como lo dijo, y a Sofia le dio tanta ternura que quería abrazarla.
Emma: Es que es tan triste, no debía de haber muerto Jack. Se pudo haber salvado.
Sofia: Emma, creo que se te subieron las copas (dijo sonriendo)
Emma: Mala, dijiste que no te reirías de mi (le tiró un cojín)
Sofia: ¡Oye! Yo no me reí, esa me la pagas.
Sofia la comenzó a atacar con cosquillas, Emma trataba de escaparse y no paraba de reír a carcajadas.
Emma: ¡Ya!, Ya Sofi, basta.
Emma la agarró de las manos para detener el ataque, perdieron el balance y las dos cayeron en el sofá, con Emma encima de Sofia.
Emma: Hmm, a que me recuerda esto.
Sofia se quedó paralizada, Emma miraba sus labios con ansia, sus respiraciones agitadas, sus rostros a centímetros de distancia. Emma alzó su mirada a los ojos de Sofi, mordiéndose el labio. Al verla hacer eso Sofia ya no pudo más y tomó a Emma del pelo y sus labios se unieron en un beso suave, lento, tímido. Un beso que llevaría a Emma a tomar una decisión que impactaría el rumbo del resto de su vida.
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𝓣𝓸𝓭𝓸 𝓜𝓲 𝓢𝓮𝓻
RomanceUn amor desmedido, que llega de la manera mas inesperada a las vidas de dos mujeres que van por caminos distintos. ¿Podrá ese amor derrotar esas barreras que las separan para abrir paso a la felicidad?