La cazadora del Alpha: Hija de la Luna.
Jennie es una hábil cazadora de nivel dos, la cual entrena diariamente para devolverle el favor a aquellos que la salvaron. Con este mismo fin, se interna en una misión suicida para salvar a su mejor amiga. De...
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P.O.V JENNIE
Continuamos caminando sin destino aparente mientras Lisa nos iba mostrando a Tae y a mí como era la manada. Nos explicaba en qué dirección estaba que cosa e incluso me dijo donde vivía Jin, en caso de que algún día necesitará del beta de la manada.
En todo ese tiempo no quite su mano de mi cintura, incluso olvidaba que se encontraba ahí. Caía en ese hecho cuando me ponía incomoda por nuevas miradas y ella daba un suave apretón, en muestra de confianza. Era algo raro... era una loba, mi enemiga por naturaleza, pero en ese momento me agradaba su tacto, e incluso podría decirse que lo necesitaba.
Llegamos a la plaza principal y me detuve en seco. Tae salió corriendo para treparse a un pequeño árbol y Lisa imitó mi acción mirando fijamente el mismo sitio. Imágenes del estado en el que se encontraba Jisoo el día que la encontré rodaron por mi mente. Me encontraba al lado de la mujer que casi mata a mi mejor amiga y estaba disfrutando de su tacto... sin duda era una mierda de amiga.
Baje mi mirada y completamente incomoda me separe de Lisa. Ella noto como dejé su mano colgando y vi que la cerró, como queriendo mantener mi calor en su palma, dejándola un segundo así. Sentí una sensación de vacío, como si algo me faltara, pero decidí ignorarla. Por el rabillo del ojo noté como Lisa guardó su mano en el bolsillo mientras miraba con un semblante serio a donde Tae jugaba.
Fruncí mi ceño al pensar en lo que estaba haciendo. Debería encontrar una forma de salir de esta manada, de volver a mi casa, y lo único que hacía era mantenerme cerca de la Alpha.
Mire como Lisa se había acercado a Tae para ayudarlo a bajar del árbol y aproveche mi oportunidad. Me di media vuelta y corrí, mientras volteaba a ver si es que la Alpha notaba mi ausencia; y al comprobar que seguía sumergida en lo que hacía el pequeño, continué corriendo.
Trataba de no correr muy rápido para no llamar de más la atención de las personas. Aunque era casi imposible, nadie me quitaba el ojo de encima. Debía encontrar una forma de salir antes de que uno de esos lobos que me odian fueran a matarme. Volví una cuadra en nuestro camino, donde Lisa me señaló que estaba la biblioteca y entre de manera agitada.
La bibliotecaria al verme casi se le cae su libro. Note como era una joven unos años más grande que yo, castaña y con lentes, que parecían para leer.
— ¿S-si? —Me miró de forma profunda, casi con anhelo. Observe cómo en unas mesas del fondo había unas señoras que notaron mi presencia y cuchicheaban mientras me miraban. Removiendome incomoda me acerque al mostrador y apoye mis manos en este.
— ¿Me prestarías un teléfono? —cuestione en un tono bajo, aunque sabía que con el super oído lobuno me escucharía hasta la manada vecina. Bufé ante ese pensamiento.
— D-disculpe... No hay teléfonos en la manada. —La castaña me observó con pena y yo me aleje del mostrador con el ceño fruncido.
