The Alpha's Huntress (JenLisa G!P)

CAPÍTULO CUARENTA Y DOS

P.O.V NARRADORA

𝙱𝚘𝚜𝚚𝚞𝚎 𝙵𝚘𝚕𝚘𝚒, 𝟷𝟸 𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜.
Jennie Kim, 9 años.

Los cazadores corrían hábilmente entre los árboles, en dirección a los gritos que sobresalían entre las llamas. Sonrieron triunfantes al ver aquella manada en llamas, a punto de extinguirse. Sin embargo, un lobo negro salio entre el fuego y comenzó a despedazar a todo aquel que se encontrara en su camino. Jihyo abrió sus ojos de forma enorme al mismo tiempo que tiraba del brazo a su esposo, corriendo en dirección al bosque.

— ¡Retirada!

Uno de los cazadores se había dado cuenta de la situación y gritó por el retroceso de los hombres, en busca de la supervivencia de la mayoría. La joven pareja esquivaba árboles como si de nada se tratase, hasta que la mujer noto algo entre las hojas. Una pequeña niña peliblanca miraba a su alrededor horrorizada. Sus ojos se encontraban repletos de lagrimas y no sabía en qué dirección correr.

— ¡Jihyo! —Ignorando los llamados de su esposo, corrió al encuentro de la pequeña al no sentir presencia lobuna en su ser.

— ¡Niña! ¿Qué haces aquí? —cuestiono la mujer zarandeandola suavemente en busca de respuestas.

— Y-yo... n-no... —La mayor observó los ojos llorosos de la pequeña y su corazón se partió en dos.

— No podemos dejarla aquí, Daniel. —Jihyo observó a su pareja con los ojos llenos de preocupación y el hombre asintió de acuerdo. Tomo rápidamente a la niña en brazos y comenzaron a correr.

La mujer quitó su cazadora y tapó con ella a la pequeña, buscando que no viera más sobre esa espantosa situación, que estaba segura que la marcaría de por vida.

Llegaron a uno de los camiones y se subieron rápidamente al mismo tiempo que estos arrancaban, sin importarles si más cazadores se quedaban en el camino. Uno de ellos, fue Taehyang, el cual poseía una gran abertura en su brazo, provocada por las garras del lobo negro.

Había escapado de milagro y caminaba entre los árboles, deseando que algún compañero lo salvara. Observó a su izquierda a Jihyo y Daniel, pero cuando les grito, ellos ya habían salido corriendo con la pequeña en brazos, prefiriendola antes que a él. O así lo pensó Taehyang.

Vago sin rumbo por media hora, tambaleante, mareado y a punto de caer inconsciente por la pérdida de sangre. Llegado el momento, cayó al suelo, mirando en dirección al cielo, y la luna fue lo último que vio antes de caer a la oscuridad.

Por su parte, una pequeña peliblanca no acaba de entender la situación que estaba viviendo. Estaba con personas que no conocía y por más que intentaba, no lograba recordar nada de su pasado. Jennie Ruby Jane, era lo único que se repetía en su mente, una y otra vez. Parecía ser el único recuerdo que le permitieron conservar.

Sus lágrimas ya se habían secado, pero su cuerpo no paraba de temblar entre los brazos de ese hombre que, según había escuchado por la mujer, se llama Daniel. ¿Quiénes eran? Ella no lo sabía, pero esperaba que no le hicieran daño.

El camión se detuvo y todos bajaron, dando con el estacionamiento de la sede de cazadores. Hasta ese momento, nadie había notado a la peliblanca, pero al Jihyo acercarse para preguntar por su bienestar, uno de los cazadores grito al mismo tiempo que la señalaba acusadoramente.

— ¡Intrusa!

Todos voltearon alarmados ante ese llamado, produciendo que la niña volviera a llorar mirando asustada a su alrededor.