CAPÍTULO TREINTA

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Me desperté de golpe luego de un muy buen sueño húmedo con la Alpha

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Me desperté de golpe luego de un muy buen sueño húmedo con la Alpha. Bufé al no poder borrar dichas imágenes y me estire en la cama, absteniéndome a dejarme vencer por mis ganas.

Note un cuerpo de calor a mi lado y al voltear note que Lisa continuaba durmiendo a mi lado. En algún momento se había quitado la camisa y me dejaba una excelente vista de sus abdominales.

— ¿Te gusta lo que ves? —Levante mi mirada con rapidez al escuchar su voz ronca y rodé los ojos sin responder. Rio por mi acción y se estiró en la cama antes de empezar a olfatear el ambiente. Frunció el ceño antes de acercarme a su cuerpo, abrazándome y hundiendo su cabeza en mi cuello. Me tomó por sorpresa ocasionando que los colores subieran a mis mejillas y me removiera nerviosa.

— ¿L-li-sa? —cuestione nerviosa puesto que su nariz no dejaba de rozar mi piel, y no ayudaba en nada a olvidar el sueño que tuve minutos antes.

— Tu olor se volvió más atrayente. —gruño en mi cuello y yo me estremecí por lo ronca que sonaba su voz. Dios mio, este hombre me va a matar. — ¿No te había bajado ya? —Abrí los ojos como platos al escuchar sus palabras. ¿Por qué preguntaba eso?

— ¿A-a que viene e-eso? —Mordí mi labio sintiéndome estúpida por tartamudear. Volví a estremecerme cuando sus labios rozaron mi piel antes de dejar un casto beso y alejarse lo suficiente para verme a los ojos.

— Tu olor está más dulzón, como si estuvieras por entrar en celo. —Casi me atraganto con mi saliva al escuchar sus palabras.

— ¡Soy humana, no perro! —Rio por mi expresión.

—Ignorame. —Se encogió de brazos y volvió a acercarme a su pecho, apoyando su cabeza sobre la mía. Suspire más tranquila de que dejara mi cuello en paz y cerré los ojos disfrutando su compañía. — Hay algo que no te dije ayer, Jennie. —Hice un sonido con mi boca demostrando que le estaba prestando atención. Estaba muy ocupada embriagándome con su aroma como para poder hablar. —Tendré que irme unos días.—Abrí mis ojos rápidamente y me separe para verla de frente.

— ¿Cómo dices? —cuestione con el ceño fruncido.

— Debo viajar para hablar con el consejo lobuno, sobre los Kwon. —Pensé los pros y los contras de ese viaje, maldiciendome al encontrar más contras que pros. ¿Por qué sentía que la iba a extrañar? —Hoy y mañana estaré ocupada preparando a la manada para que esté lista en caso de que pase algo, y llegada la madrugada, partire.

Baje mi vista con el ceño fruncido. ¿Por qué no quería que se fuera?

— ¿Cuántos días serán? —murmure por lo bajo.

— Al menos cuatro días. —Asentí levemente y volví a acercarme a su pecho para fundirme en su olor. Si iba a estar un tiempo lejos al menos quería tener su aroma presente. — Volveré lo más pronto posible.

The Alpha's Huntress (JenLisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora