CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

9.1K 1K 302
                                    

P.O.V JENNIE

— Po-or fa-vor —sollozaba clamando piedad. Mi espalda ardía y mi respiración se veía interrumpida por los hipidos del llanto.

— Ya dejenla, por favor. La niña no sabe nada. —Escuché la voz de una dulce mujer pidiendo por mi vida, sin embargo, no tenía las fuerzas necesarias para levantar la cabeza y verla.

— Tiene un porder fuerte, aguantará un poco más. —Rio de manera tétrica uno de los hombres.

— ¡No!

Me senté en la cama con la respiración agitada, mientras tomaba mi pecho en busca de calmar mi acelerado corazón.

— Ey, ey, ey. Tranquila. —Lisa se despertó y me abrazo contra su pecho, quedando ambas sentadas. — No llores, fue solo un sueño.

Hasta ese momento no había sido consciente de las lágrimas que bañaban mis mejillas y los sollozos que escapaban de mis labios.

— Estoy contigo y nada te va a pasar mientras sea así. Lo sabes, ¿no? —Cerré mis ojos fuertemente intentando quitarme esas imágenes de la mente y asentí ante sus palabras.

Los siguientes minutos los pasé contra su pecho, en busca de una calma que solo sus brazos parecían darme. Miré sobre mi hombro y noté que eran casi las seis de la mañana.

— Felíz cumpleaños, lobita. —Levante un poco mi mirada para poder verla a sus ojos. Sonrió con ternura y quitó el rastro de lágrimas secas con sus pulgares.

— Ahora que te tengo a mi lado sí que es un felíz cumpleaños. —Volvió a abrazarme y no pronunciamos palabra alguna. Dejamos que el silencio nos rodeara y nos llenara de esa calma que solo la otra nos podía dar.

— ¡Rápido, rápido! Solo quedan horas. — Chaerin se movía de un lugar para el otro organizando el gran salón donde se haría la fiesta. —Las mesas por allá y quiero que cada vela del candelabro del techo esté encendida.

Hice una mueca ante esa última petición, en esa lampara había al menos 200 velas. Negué con la cabeza levemente y Rosé llegó a mi lado.

— ¿No se te olvida algo? —cuestiono cruzada de brazos y pensé que se me podría olvidar.

— No que yo sepa. —Me encogi de hombros viendo como Chaerin peleaba con una joven sobre que esas cortinas negro brillante y ella queria negro mate. Frunci el ceño ante eso, ¿habia diferentes negros?

— ¿Piensas asistir en pijama? — Solté un quejido al pensar en ese detalle.

— ¿Nuevamente tengo que buscar vestido? —Lloriquee como niña pequeña.

— Ya me encargue de eso. —Lisq me abrazo por la espalda, dejando su cabeza en mi hombro, junto con un beso en mi cuello que me hizo estremecer.

— Yo quería otra tarde de chicas. —Se cruzó de brazos Rosé y yo hice una mueca.

— ¿Con las mil atrocidades de tu armario? —bromee.

— No entiendes de moda. —Tiró su cabello hacia atrás como diva y comenzó a caminar hacia su madre, en busca de alguien que la comprenda.

— ¿Y cómo te encargaste de eso? —cuestione mirando el salon.

— Ya lo veras. Estoy segura que te encantará. —pronunció con una voz un poco ronca.

— ¿Me encantará a mi o te encantará a ti verlo puesto? —Reí al entender y ella me acompañó.

— Un poco de ambas. —Dejo otro beso en mi cuello y se acercó a su tío para hablar sobre los invitados. Note que el consejo estaba acomodando a los guardias para mantener la vista fija en cada uno de los puntos del salon, asi no perder a los Kwon en ningún momento.

The Alpha's Huntress (JenLisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora