The Alpha's Huntress (JenLisa G!P)

CAPÍTULO DIECINUEVE

P.O.V NARRADORA

Taehyang caminaba tranquilamente por la institución, ocultando la verdadera furia que lo recorría. Nuevamente debía asistir a una reunión del consejo, para hablar de la traidora desaparecida.

Porque eso era lo que Taehyang pensaba que era. Nadie entendía su punto de vista, se habían dejado engañar por la cara bonita de la niña, pero él siempre defendió su posición de que había que asesinarla. Tenían que matarla antes de que se pusiera en su contra y los matara.

Entró a la sala del consejo y caminó hasta sentarse en una de las sillas. Nuevamente, toda la gama alta de cazadores se encontraban reunidos para planear su próximo plan.

Taehyang observaba a su alrededor levemente asqueado. Esos ancianos no apreciaban su brillante ingenio, por lo que se negó a dar sus ideas. Al menos hasta que fuera el momento justo.

Solo debía quedarse y esperar que discutan unos con otros porqué hacer, y cuando se queden sin ideas, él hablaría para explicarles el mejor de los planes. Dejaron que esas especies tuvieran el tiempo necesario para ganar, y ahora eran un peligro mayor que hace años.

Sin embargo, él había escapado aquella noche de donde rescataron a Jennie, y a pesar de haber pasado tres días perdido en el bosque, sus heridas habían sanado y había vuelto como un héroe de guerra, que luchó y triunfó.

Como verdadero ganador, sabía que no tenían oportunidad contra esa manada, y que solo había una manera de vencerlos. Aún no es hora, pensó mientras acomodaba su camisa para no dejar ver la cicatriz que tenía en su brazo.

P.O.V JENNIE

Luego de estar al menos 40 minutos frotando mi cabello para quitar los restos de sangre, salí del baño ya cambiada y secando con la toalla en mi pelo. Mire la hora y note que ya eran las 6:13am. En toda la mansión había movimiento, igual que en la manada. Sabía que todos estaban ayudando en arreglar los daños y tratar a los heridos.

Me senté en la cama al mismo tiempo que cepillaba mi pelo y detuve mis movimientos al notar la rosa en el mueble. Mordí mi labio y me pare para tomarla entre mis manos.

Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios y suspiré. Perdón Jisoo, pero debo averiguar porque dicen que mi destino está aquí.

Escuche gritos de la parte baja de la casa, ocasionando que saliera corriendo en la búsqueda de estos.

— ¡Su Luna podría haber muerto por su incompetencia!

— ¡Lisa, para! — Esa sabía que era Rosé.

Al bajar las escaleras, contemple en la sala a Minzy quien abrazaba a su hija, Jin con Rosé y una mujer con dos niños llorando. En el medio se contemplaban a los dos guardias que cuidaban mi puerta por la madrugada, y Lisa con sus garras afuera, a punto de cortar su cabeza.

— ¡No! — Corrí y me puse frente a ellos con los ojos fuertemente cerrados, esperando el impacto de las garras, sin embargo, nunca llegó. Abrí uno de mis ojos y suspire aliviada al ver que Lisa había frenado su mano.

— Quítate. — gruñó con los ojos rojos.

— No. — Comenzamos una lucha de miradas en lo que escuchaba a los niños y la mujer llorar. Lisa en ese momento daba un verdadero miedo. Sus ojos se encontraban teñidos en un color rojizo, deseantes de sangre. —¿Por qué quieres matarlos?

— No cuidaron tu vida, ¡podrías haber muerto! — espetó.

— ¡No es culpa de ellos! — grite enojada. ¿Acaso la solución a todo era matarlos? No entendía porque se me había dado por defender a los lobos, pero estaba segura que la mujer y los niños eran la familia de uno de ellos. ¿Cómo se atrevía a matarlos en su cara? — Yo los amenace diciendo que de no hacerme caso me encargaria de que los echen de la manada. — Me crucé de brazos viéndolo desafiante.