Capítulo 1: Migraña

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Irritante.

Si le pidieran describir a Isogai Taichirō en una sola palabra, esa sería la más acertada.

¿Imbécil?
Nah, esa ya estaba más que reservada para Morinaga estando en ciertas situaciones. Si bien su Ex-kouhai podía llegar a ser irritante, lo compensaba con sus destacables buenas cualidades como investigador... y su ,a veces excesiva ,actitud de protector innato; Sin olvidarse de rescatar su gran capacidad de engatusamiento, propio de su naturalmente alegre y optimista forma de ser.

Souichi tenía ganas de matar a Isogai. La visita para nada grata del amigo de su cuñado definitivamente no le ayudaba ni un poco a apasiguar el dolor de cabeza que había tenido durante toda la semana por culpa de su tesis de maestría.

-Buenas noches- decía el recién llegado ,con un falso dejo de pena- lamento la intromisión, pero no sabía a dónde ir.

-¿Qué mierda haces aquí a esta hora Isogai?- preguntó a secas el peliplata, sin preocuparse ni un poco por recatar su mal genio: producto insistido por la aparición de una escoria de 1er nivel.
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Sí... esa era la manera de llamar al otro que más le hacía justicia a su pesada personalidad.
.
En fin. Ya de por sí era bastante molesto que aquella persona irrumpiera en el departamento ;pero que además estuviera parado en el porche de su apartamento, con un morral a su costado , acrecentaba su enfado en porcentaje bastante considerable ,y ganas de mandarlo al carajo a un nivel ampliamente peligroso.

Sin embargo, no había nada que pudiera hacer al respecto, más que mostrar su inconmensurable y evidente disgusto y escuchar lo que tenía para decir. Si lo que quería era obligarlo a hacer lo que quisiera, el chantaje aún era viable para él rubio bastardo si realmente se empecinaba en ello.

-Bueno...- continuo Isogai, obviando la inrescatable y clásica mirada iracunda que le lanzaba él de gafas- ya que lo preguntas tan amablemente, me veo en obligación de explicarme...

Un café amargo y cargado bastó para poner a Souichi en un estado más tratable y calmado.
Mientras los tres hombres se acomodaban en el sillón de la sala de estar, el gringo comenzó a relatar su situación ,mientras que el pelinegro y el ojiambar se limitaban a escucharlo sin rechistar.










Morinaga carraspeó.

-Así que...-aseveraba éste, manifestándose poco expresivo y acompañado de un movimiento bastante gesticulado con las palmas juntas de las manos- para rebobinar ..¿Te olvidaste la llave de tu habitación de hotel en el trabajo, y ahora no tienes lugar donde dormir?
- En efecto- convino el de ojos café- y pensé que ...como buena gente que son me dejarían pasar la noche aquí en lo que los recepcionistas consiguen un repuesto.

-Olvídalo- sentenció Souichi, cortante - es tu culpa por ser el inútil de siempre.

-Valientes palabras para alguien tan hipócrita -le espetó el insultado.

Enrojeció de furia. Su paciencia se estaba agotando. Además de inoportuno él bastardo se estaba pasando de insolente.

-Hijo de_- estaba por lanzarse sobre él, cuando Tetsuhiro lo paró.

-Espera Sempai- objetó, en lo que Tatsumi le forcejeaba su agarre, aún dispuesto a arrancarle al otro la cabeza - tampoco me agrada la idea de que Isogai pase la noche aquí, pero recuerda que los prejuicios que tenemos contra él y su valor como ser humano son cosas distintas.

Touché. Por mucho que odiara a alguien, Tatsumi-san (al igual que todo ser humano) tenía principios; y era bien conocido por ser extremadamente fiel a estos.

El mismo lo miró con una incrédula molestia, como sin creer que se interpusiera en su aparente intento de homicidio, pero ese último comentario logró que dejara de forcejear ,y se limitó a gruñir inaudiblemente como reproche.
El ojiverde prefirió tomar aquello como señal de conformismo, no tenía ganas de estar en malos términos con su Sempai por culpa de Isogai, pero tampoco lograba pensar en otras opciones ...y una leve somnolencia se estaba apoderando de su poder de pensamiento crítico como para querer seguir con la discusión.

-Puedes quedarte - se dirigió , muy serio y algo molesto ,al perturbador de su fin de semana- pero absténte de intentar cualquier cualquier cosa que nos haga cambiar de opinión. No nos agradas, pero no por eso te dejaremos durmiendo en algún callejón. Puedes usar el sofá, buenas noches.

-Buenas noches- respondió el reprendido ,mientras sonreía divertido; Cosa que le sacó una mueca de disgusto al pelilargo.

Sin otra cosa que decir ,se fueron cada uno a sus respectivas habitaciones. Una vez que el de lentes cerró la puerta, el peliazabache no pudo evitar suspirar mientras asomaba la cabeza por la entrada de su propio cuarto, y su mirada se perdía en el picaporte de la puerta de aquella habitación.

Un quejido inaudible fue lo que escapó de sus labios al pensar en la miseria de fin de semana que le esperaba. Souichi seguro estaría ocupándose con su tesis desde temprano con tal de no verse obligado a hacer conversación con Isogai, y en lo que a él mismo le concermía: el peliplata también lo ignoraría.

Cerró su habitación sin más, preparándose para un largo insomnio como consecuencia de ese sabor amargo que lo incordiaba.
A veces creía que el universo se esforzaba en ponerle las cosas cada vez más difíciles y tediosas; como si se ensañara en mandarle señales para que tomara él mensaje enserio: existe un posibilidad de que jamás sea felíz, y que en su vida le esperen cientos de situaciones más que superar.

...

Sip, sería una larga noche. Pero era su culpa por replantearse sus propósitos de vida antes de dormir.

R A Z O N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora