Mi Odioso Jefe (Bill Skarsgard Y Tu) Segunda Temporada

48.

-Vale esta bien galán, tengo veintiun años- el sonrio ampliamente mientras me abrazaba.

-Vaya no me lo puedo creer, si no fuera porque me veo mas joven pensarian que soy un depravado en potencia por salir con alguien de tu edad pequeña- honestamente ese comentario me hizo sentir extraña.

-¿Cuantos años tienes tu Alexander?- la verdad habia echo que se despertara mi bella curiosidad con ese comentario aunque algo dentro de mi no queria saberla respuesta.

-Los suficientes como para estar en las calles de está bella ciudad solo con una hermosa y dulce chica- yo lo mire con el ceño fruncido y negue, no me sentía satisfecha con esa respuesta.

-Oh vamos Alex, no creo que sean tantos como para que no me quieras decir tu edad, yo te cálculo unos veintisiete- el soltó una enorme carcajada para luego ponerse un poco serio lo cual me hizo sentir cosquillas en el estómago y unas no muy agradables.

-¿Prometes no gritar o tratarme diferente?- yo asenti con una sonrisa para que supiera que podia confiar en mi -Tengo treinta y ocho años hermosa- si no fuera porque le prometi no gritar hubiera dado un grito que se hubiera escuchado hasta donde se encuentran Jack y Gema, de acuerdo tal vez exagere pero la verdad es que su edad si me tomaba por sorpresa ya que no se veía tan grande.

-Por todos los cielos, la verdad no se te notan Alex, oye perdona mi indiscrecion pero ¿como es posible que un hombre como tu todavia no este casado y con hijos?- el sonrio mientras negaba con la cabeza.

-Porque aparte de que no todos aspiramos a lo mismo o tenemos los mismos planes yo todavia no e encontrado a la indicada, diras que soy exigente pero quiero una mujer que sea igual que mi madre, no fisicamente claro esta, si no que sea dulce, cariñosa, tierna y lo mas importante, una buena esposa y madre para mis hijos- sonrei ampliamente ya que me gustaba escuchar como se refiere a su madre y lo siguiente no se porque lo hice pero le di un beso en la mejilla mientras le apretaba la otra.

-Y pronto la encontraras, es solo cuestion de esperar a que llegue, ya veras que sera la mujer mas afortunada del mundo por tener a un hombre tan maravilloso como tu en su vida- el me sonrio e hizo lo mismo que yo a lo cual yo rei, de verdad me sentia muy agusto con el.

-¿Porque crees que seria la mujer mas afortunada del mundo pequeña?- yo lo mire incredula ya que para mi era lo mas obvio del mundo.

-Porque tendria en su vida al mejor hijo, hombre y ser humano del mundo , eres lo que todas las mujeres alguna vez soñamos- el me miro como si lo que hubiera dicho fuera una mentira.

-No creo ser el mejor ser humano del mundo- yo solte una risita ya que se me ocurrio una de mis tonrerias.

-Por favor Alex, casi casi le estas arrebatando el premio nobel de la paz a la madre teresa de calcuta- el comenzo a reir a lo que yo hice lo mismo.

Y asi seguimos bajando las escaleras mientras deciamos tonterias sin sentido, la verdad es que en varias ocasiones senti la mirada de las personas de atras clavadas en nuestras espaldas pero la verdad es que no les tomaba mucha importancia ya que me la estaba pasando muy bien siendo yo misma con alguien que no fuera Gema, estaba tan agusto con la platica que no me di cuenta en que momento por fin llegamos abajo, los señores se despidieron con la mano a lo que nosotros hicimos lo mismo mientras que los chicos se disculparon conmigo por sus comentarios a lo que yo los disculpe ya que no queria ser grosera como ellos.

-¿Que fue lo que te dijeron que se pusieron rojos en cuanto les contestaste?- me pregunto Alexander mientras caminabamos hacia donde habiamos dejado la camioneta y la verdad es que de tan solo imaginarme cuanto tendriamos que caminar para llegar a ella me daban ganas de tirarme al suelo y quedarme aqui, que Alexander me lleve como pueda, pensé.