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-Te lo agradezco mucho Adonis- dije con una gran sonrisa.

-Y bueno, cambiando de tema, cuéntame sobre el hombre que esta perturbando tus pensamientos- dijo un poco serio lo cual me hizo sentir extraña.

Empecé a contarle todo desde el principio, claramente omitiendo el echo de que con quien me estoy acostando es con mi jefe, le había inventado que era uno de los empleados del hotel para que el no sospechara, en cuanto termine de contarle todo Bryan me miraba bastante serio pero la verdad necesitaba contarle a alguien.

-¿Quieres saber lo que yo pienso?- solte un pequeño suspiro y asentí, honestamente me interesaba mucho saber la opinión de un hombre con experiencia como Bryan -Yo siento que para el solo eres un pasatiempo, escucha Ángel se que suena feo pero en mi experiencia como hombre te puedo decir que el solo te ve como el mientras no este mi novia- así es, le había contado a Bryan que "el chico" tenía novia,

Sín importarme que me viera Bryan empecé a llorar, el tenía toda la razón, ¿como pude ser tan idiota?, yo solo era su desahogó mientras no estaba con su perfecta novia Alida y ahora que la va a volver a ver me mando al carajo, me levanté de mi lugar y fui a abrazar a Bryan a lo cual este me correspondió el abrazo y me hizo sentarme en sus piernas, no me importo nada más y me acurruque en su pecho como niña pequeña que acaba de perder algo muy importante.

-Por todos los cielos, tienes toda la razón, no puedo creer que permitiera esto, ¿Que acaso no me valoro? ¿de verdad soy tan imbecil e insignificante como para permitir que un hombre me trate como muñeca de trapo y luego me bote?- dije entre sollozos, escuche a Bryan soltar un gruñido.

-Escúchame muy bien Angel porque solo te lo voy a decir una vez, tu vales demasiado, todas las mujeres valen mucho por el simple echo de ser lo más hermoso de la creación, tu vales más porque eres hermosa, tierna, dulce, inteligente y la mejor persona que e conocido, no quiero que nunca más digas ese tipo de cosas, tu eres simplemente perfecta- yo lo mire a los ojos ya que sus palabras le habían dado una calidez agradable a mi corazón.

El me sonrió cálidamente haciéndome sentir querida, nos quedamos viendo varios segundos hasta que poco a poco se fue acercando a mis labios y la verdad no tenía ni la más mínima intención de alejarlo, estábamos a punto de besarnos cuando el sonido de la puerta siendo abierta nos interrumpo, volteamos a ver quién habia abierto la puerta y era el hombre de seguridad el cual nos miraba avergonzado.

-Bryan perdón que los interrumpa pero ya llegó la entrega y tenemos que recibirla- dijo el de seguridad tratando de parecer normal.

-Claro, en un momento estoy con ustedes, dile a Misael que vaya revisando la mercancía- el solo asintió y sin más salió para después cerrar la puerta.

-Bueno Ángel no es que te corra pero tengo que recibir la entrega de las bebidas, te pediría que me esperaras pero es un poco tardada- dijo mientras se rascaba el cuello pareciendo nervioso.

-No te preocupes Adonis, solo dime ¿qué hora es?- dije con una pequeña sonrisa, este saco su celular y alzó las cejas sorprendido.

-Son las dos veinte encanto- yo solté un jadeo de sorpresa, rápidamente me levanté de las piernas de Bryan, el tiempo se me había pasado volando.

-Bryan ¿me puedes acompañar a tomar un taxi?- el soltó una pequeña risita y asintió.

Se levantó en total calma y me encamino a la puerta para después los dos salir, caminamos por todo el pasillo hasta llegar a la calle, en cuanto estuvimos afuera del antro Bryan paro un taxi, le di un fuerte abrazo y las gracias para después subirme al taxi, mire a Bryan el cual se veía muy nervioso.

-¿Todo en orden Adonis?- dije con una pequeña sonrisa pero la verdad es que me estaba preocupando.

-Si Angel ¿porque la pregunta?- dijo con una pequeña sonrisa que más bien parecía una mueca.

Mi Odioso Jefe (Bill Skarsgard Y Tu) Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora