California

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Mamá y papá lo sabían. Todo fue planeado a mis espaldas. Lara fue la mediadora y Brandon tuvo la idea. Un paquete all inclusive, durante un mes. Al principio mis padres no estaban de acuerdo, pero lograron convencerlos. Lara tenía trabajo y viajar a Estados Unidos era una gran oportunidad. Esa fue la excusa perfecta para convencerlos porque ella viajaría conmigo. Desde ese día no había pegado un ojo, el sueño desaparecía un poco más al pasar de las noches y olfatear una vida diferente en tan solo un viaje de diferencia me comía el coco. Tuve una semana para resolver los conflictos de cualquier chica: Que puedo llevar en la bendita valija.

Lo que tenía no necesitaba y lo que necesitaba no lo tenía (según mi teoría) entonces le pedí a Emma que hiciera un esfuerzo en llevarme a hacer unas compras y que en algún local pueda comprar la paciencia que se necesitaba para salir conmigo. Si, soy la hermana de la duda. ''Este pantalón me gusta, pero no como me queda. Esta remera es linda, lastima el precio tan elevado. Que me disculpen, pero algo así tan extremo no pago'' En tres locales podía probarme treinta prendas y no llevar nada, ni siquiera un accesorio. Así paso con mamá que nunca más pensó en acompañarme, tampoco le suplicaba porque no quería escuchar toneladas de excusas para no ir. Me planté firme y dije ser más decidida, estaba por hacer el viaje de mi vida y todavía no podía decidir en comprar una remera, esto era otro extremo. Pase por un local, nada. Cuando estábamos por entrar al local que estaba al lado, Emma me agarro el hombro antes que diera un paso más.

— Por favor, Sofia. Algo hay que comprar— No parecía estar bromeando.

— Puede ser, si te gusta algo aprovecha y compra lo que quieras — fui lo más sincera posible.

— No. Otro local más y me voy

— Lo dije de verdad, Emma. Recién entramos a uno

— ¡Por esa misma razón! Tenes la mentalidad de recorrer todo el Shopping Abasto para una remerita y no estamos para esto, Sofia— dijo en un tono para que la gente que se encontraba caminando por el lugar voltee a mirar. Logre encontrar una remera solo por la presión de Emma.

El clima en mayo de California era casi verano, todo el armario estaba de cabeza porque en Buenos Aires el clima era todo lo contrario. Era mucho mejor las mudas de verano para más lugar en la valija. Mama cada vez que me veía guardando lo que iba a llevar se ponía muy melancólica. Estaba feliz por mí, pero el extrañarme y soltarme era muy difícil para ella. ''cuando seas madre vas a entenderme'' su frase cada vez que lagrimeaba y me abrazaba un buen rato. Esos mimos eran necesarios. Papá disimulaba muy bien. Quería verse siempre como mi único príncipe: Fuerte, valiente y jamás débil.

Yo sabía que dolía dejarme ir, pero en algún momento de la vida crecemos y nadie nos avisa.



Brandon había comentado en su casa que una amiga de la infancia viajaría a su país gracias a él. Su madre levanto sospechas que yo era su novia virtual y quería encontrarme con él. Max había entendido perfectamente a Brandon porque conocía muy bien y con detalle nuestra relación. ''estas seriamente loco'' fue la primera reacción de su madre, el trató de calmarla y decirle que no se iba a arrepentir de los gastos, era todo por una buena causa. Nos conocimos un poco más vía Skype. A pesar de tener la misma edad de papá ella siguió con el título de viuda y no pudo recomponerse al amor. Aparentaba menos años, una mujer segura de sí misma.

Eran las siete de la mañana de un fresco domingo cuando mis ojeras resplandecían y mi sueño iba desapareciendo. Estaba tan confusa al pensar que solo quedaban literalmente veinticuatro horas para el vuelo de mi vida y ya no quedaba tiempo. Emma estaba despierta, con su celular. Todavía estaba oscuro y ella seguía hipnotizada en una pantalla.

— Es muy temprano para chatear un domingo — dije un poco celosa, mirándola desafiante.

— Y es muy temprano para vigilar a la hermana mayor un domingo. — Sus ojos seguían clavados en su maldito celular. No había caso.

A un beso de distancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora