Saber amar

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Despertar después de una cita romántica y que te confiesen lo que sienten es realmente hermoso.

Mama ya lo sabía, incluso lo sospechaba desde un principio. Papa tuvo que enterarse a la fuerza, pero lo vio bien, porque me veía bien.

Emma y Lara (como dos amigas) querían cada detalle de la velada que, por supuesto, conté hasta cuantas rosas había en el ramo.

En el intento de luchar con las sabanas vi las flores, que me hacían recordar que la cita no fue un sueño. Sonreí y pude levantarme.

Lara seguía en el quinto sueño, habíamos trasnochado con demasiadas preguntas y respuestas.

¡Ey,hermosa! Buenos días

Su mensaje había sido enviado hace dos minutos. El celular se había vuelto cómplice de mis sonrisas y luego respondí

Te extraño tanto

Brandon no respondió, quiso llamarme

— quiero escuchar lo que acabas de escribir

— Te extraño como para soñarte siempre— susurré con el corazón

— Y yo te amo como para amarte siempre

Era la primera vez que decía que me amaba, lo quería tener bien cerquita mío

—Bien por usted señor Garner, hiciste que me sonrojara

Escuche su risa e hizo silencio

—¿Qué, no me amas? — preguntó intrigante

— Si que te amo. Te amo con todo mi corazón

— Me encanta escuchar esto, pero quiero que me lo digas cara a cara. Iré por ti, ahora mismo.

Su voz se perdió detrás del celular, sabía que vendría por mí. Esta vez sin saber el lugar de destino tampoco había imaginado donde.

— ¿Dónde crees que vas tan temprano? — pregunto una voz ultratumba que provenía de la cama de Lara

— Eh... yo... iba a desayunar. Afuera— sonreí sosteniendo la mentira

Ella se inclinó y me miro con el cabello de escoba vieja

— Si vas con Brandon, dile que te cuide
Su voz se había calmado, solo trataba de protegerme

A veces se sentía culpable de no poder cuidarme como lo había prometido, pero su trabajo estaba primero, para eso había viajado, trate de hacer que entrara en razón. Antes de cerrar la puerta Lara pego un salto de la cama

— Y no vuelvas tarde— dijo con el tono de mi mamá

Asentí y salí de nuevo casi flotando en el aire. La mañana estaba completamente gris, pero eso no impedía mi estado de ánimo. Espere sentada en el parking del hotel con la ilusión de ver llegar el auto blanco de Brandon.

Observe que mis Converse blancas estaban un poco sucias, intento limpiarlas un poco cuando escucho un freno muy cerca

Levanto la mirada y Brandon baja del auto —¿La ayudo en algo, señorita?

— Si... estaría necesitando unos cuantos besitos del chico guapo que está mirándome

Graciosamente, Brandon mira para todos lados y vuelve a mirarme

— ¿Soy yo el chico guapo? — pregunta señalando para si

— Por supuesto— dije esbozando una sonrisa tímida

Brandon extendió su mano y me abrazo con fuerza. Un cálido beso me robo un suspiro. Estaba enamorada.

— Dilo, dilo que me amas

A un beso de distancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora