Saber esperar

67 8 0
                                    

Pasado el día, Brandon me confeso que la tarde que yo había huido de su casa, esa misma noche llamo al hotel para reservar una habitación, solo para estar cerca mío.

Lara fue el mensajero fiel de notificarle mi mal comportamiento, ya sabía de su presencia y no se molestaba por ello.

Me sentí culpable por reaccionar de esa manera y pedí perdón.

Tome el teléfono y marque un número. Espere cuatro segundos y del otro lado respondieron:

—¡Hija, mama te extraña muchísimo! — su voz seguía sonando melancólica, de repente aparece otra cara conocida— yo también te extraño

—¡Yo los extraño más! ¿Hoy no trabajaste?

— Nop. Sabía que nos llamarías— papá bromeo

— Me gusta verlos a los dos porque... quiero contarles algo

Ambos abrieron los ojos en respuesta de asombro

— Espero que sepan entenderme— trague saliva — varias veces mentí

Mama al instante se puso seria pero papa seguía pensativo. Hubo silencio

— Cuando dije que pasaría con Lara todos los días era mentira, desde el primer día empezó a trabajar tiempo completo y solo por las noches podíamos vernos— sentí que una mochila caía— lo siento mucho

—Oh... Sofí, pero ¿lo hiciste para que no me preocupara? — murmuró mamá

— Eso creo... igual estoy bien— sonreí con vergüenza

—¿Y qué pasa con este chico... Brandon? — pregunto de la nada papá

— Todo más que bien— suspire

—¿Son novios? — insistió papá

— Eduardo por favor...— mama quiso intervenir

— Son preguntas que debo saber, Lore, seguramente hay gato encerrado y no me contaron nada— gruño

— Tiene razón, mama. Y con respecto a tu pregunta... si, somos novios

Su frente se arrugo y la boca de mama se abrió en cámara lenta, no sabía cómo había logrado animarme a decir semejante cosa. Papa bajo la cabeza y rio con melancolía

—¿en qué momento creciste tanto? — su voz se corto

Una lagrima recorrió mi mejilla, ¡Cuánto los necesitaba cerca mío! Me tape la cara con las manos y llore como una niña.

No quería hacerlo frente de ellos, pero no podía contener tanta angustia.

Dejé la cámara encendida y corrí al baño a lavarme la cara.

Me miré al espejo y vi como las lágrimas fluían sin detenerse, mama seguía llamando detrás de la pantalla, parecía preocuparse. Tome aliento y respire hondo, debía ser más fuerte.

— No te preocupes solo... me di cuenta que de verdad estoy creciendo

Trate de calmarlos a ambos sin lagrimear más

— ya falta poco— comento mama pensando que esas palabras iban a calmarme

Saludé con una sonrisa y colgué la llamada.

Vayamos a tomar un café, yo invito

Mientras cambiaba mi pijama por un short tiro alto y una remera a rayas, el pitido del celular hizo que saltara de emoción

Sus deseos son ordenes, señorita

Sabía que iba a pasar a buscarme porque no quería que anduviera sola por calles que no conocía, y con esa razón ¿a dónde iba a invitarlo?

A un beso de distancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora