Tu cuerpo mi delito y tus labios mi pecado.

Tengo...¿miedo?

Me quedé parada frente a la puerta, únicamente en blanco,ni si quiera me paré a pensar por un instante en todo aquello que podría llegar a suceder si no reaccionaba,si no me movía.

Mairim. – *entra repentinamente a la casa y corriendo sube las escaleras hasta llegar al pasillo,sigue corriendo hasta el dormitorio principal* no ...¡No joder no!

La puerta estaba rota,descolgada de su sitio y todo completamente desordenado,alguien había entrado allí y solo vinó a causar una terrible catástrofe,a causar...miedo.

Mairim. – *completamente paralizada frente a la puerta y con una lágrima que caía por su rostro,haciendo un largo recorrido hasta desaparecer en su pecho,susurra* ...no...

Escuché como de forma inesperada alguien volvía a entrar en la casa,subía las escaleras rápidamente y con pisadas que se clavaban en el suelo,como cuando una manada huye del daño que puedan causarle,alguien lleno de ira se acercaba a donde yo me situaba, tenía que reaccionar, tenía que pensar.

Mairim. – *suspira sutilmente y tapándose la boca se esconde bajo la cama,tumbada en el suelo,asustada y temblando, susurra* ... Tranquila Mairim,tranquila.

Entró alguien a la habitación,alguien con unas botas de enorme y fino tacón, unas botas alta,que vestía un pantalón vaquero negro rotos,pero no de esos que hoy día ves en cualquier tienda,en este caso parecían estar rotos por una pelea,dado que en el trozo de piel que dejaba entre ver en el muslo,podía observarse una profunda herida,tal vez de una navaja,pero lo que si era seguro,es que había sido de algo bastante afilado.
No pude ver nada más de esa esbelta chica,que entonces yo me hacía mis propias suposiciones,debido a que yo solo estaba escondida bajo la cama y veía bien poco.
Estaba asustada,me fijé en unos pocos detalles,los que podía a penas ver por el pequeño hueco que había bajo la cama.
Se veía apurada,entro al baño del dormitorio corriendo,parecía ser que iba con prisas,cerro rápidamente la puerta y en ese preciso momento yo aproveche para salir de debajo de la cama y correr con la poca energía que me quedaba,puesto que casi toda se la llevaban mis nervios,mi ansiedad y el temblor que invadía todo mi cuerpo.

En el momento en que bajaba las escaleras, tropecé.
Y tras mi tropiezo que conseguí frenar con mis manos,escuché como la puerta del baño se abría y esas enormes agujas de tacón iban marcando el paso hasta donde estaba yo... ¡No puede ser! Pensé mientras me arrastraba escaleras abajo,ya que me no quería hacer más ruido y no conseguía levantar de los mismos nervios,además se acercaba a mi con rapidez,bastante rapidez... ¡No podré salir de aquí,este...! ¡Este será mi final! Seguí pensando.
Y por fin, sentí su presencia detrás de mí.

~Continuará~