9. Un día extraño

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— Hemos llegado.

Billie bajó de la moto sujetándose al brazo de Jade para no correr el riesgo de caer. La chica miraba atenta a su alrededor, buscando algún indicio de que alguien se haya dado cuenta de su presencia.

— Tranquila, nadie te reconocerá aquí.— la animó.

Era un bar pequeño a las afueras de Long Beach, oculto en la parte posterior de una calle  de departamentos, entre dos callejones. Pertenecía al padre de Austin, el mejor amigo de Jade. Del local se alzaba un cartel de luz neón "Black Moon. Bar and grill." forrado en ladrillos rojizos, ventanales de cristal púrpura y lámparas negras colgantes, a Jade le gustaba llamarlo "el almacén".

— ¿Cruzamos media ciudad para venir aquí?.

— Bueno. Tal vez esto no sea a lo que estas acostumbrada, pero sé que te va a gustar.— comentó quitándose el casco.

Ambas chicas se acercaron hasta la puerta del local, y antes de que pudiera sujetar la perilla, Jade se anticipó a abrir la puerta dejando a Billie entrar primero.

El lugar había sido remodelado hace algún tiempo, el piso estaba decorado con azulejos blancos y negros en patrón de ajedrez, había una gran barra de bebidas al fondo con luces led bajo la mesa, pantallas colgando de las paredes que exhibían una película, y las mesas estaban colocadas en las orillas del lugar dejando espacio para una pista de baile en el centro. Daba la sensación de estar en un arcade de los 80s.

— Ven, tengo una mesa reservada.— la condujo tomándola de la mano.

Se sentaron en un cubículo casi al final de la pista, tan abierto para ver lo que las rodeaba, así como también lo suficientemente privado.

— ¿Y bien, que te parece?.— preguntó Jade.

Billie se sentó frente a la joven.

— Es muy-

— ¿Increíble?.— interrumpió.

— No, muy-

— ¿Asombroso?, ¿genial?, ¿algo que nunca habías visto?.— dijo emocionada.

— ¿Vas a dejarme terminar?, es muy... anticuado.

— No me lo creo.— dijo indignada.—Este es mi lugar favorito de toda la ciudad.

— Me doy cuenta.

Sonrió rascando su nariz.

— Así que, ¿que es lo que ordenarás?.— le pasó un menú.

— Supongo que una ensalada o algo así.

— ¿En serio?.— le hizo una mueca.— No me digas que estás a dieta.

— Bueno, supongo que un lugar así no ha de tener comida vegana.

— Oh, así que es eso. Dame un minuto, enseguida vuelvo.— Jade se levantó y fue hasta la barra de bebidas.

A Billie le pareció extraño el comportamiento de aquella chica hacia ella, no lograba comprender como de un momento a otro parecía tener otra personalidad intentando entablar una amistad, cuando la noche anterior parecía estar coqueteando con ella, ciertamente le causaba curiosidad y algo de desconfianza.

«¿que es lo que pretendes?» se preguntaba .

Miraba a Jade en la barra hablando con un chico alto de cabello negro, a quien saludó chocando sus manos y abrazándolo con emoción, parecía susurrarle algo al oído, notó cómo el chico la buscaba con la mirada y sonreía en su dirección.

Después de unos cuantos minutos hablando con el chico, Jade regresó a la mesa con dos vasos de limonada.

— Toma.— le extendió el vaso.— He ordenado algo especial para ti.— se sentó.

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