𝑹𝒆𝒎𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝒎𝒆 | Duff McKagan [2]

capítulo seis

West Hollywood, Los Ángeles,
California 1988.

Sentada en el balcón y con lágrimas en los ojos aun pienso que hacer con mi vida. Quizá deba intentar que Duff me reconozca o aunque sea tratar de que vuelva a sentir algo por mi, pero, ¿Lo lograré? El ya tiene otra vida, en la que yo no figuro allí. No se que hacer.
¿Y si la solución es irme de aquí? Irme lejos, quizás a otro estado.
No, eso definitivamente no, tengo todo aquí.

Bufé y tomé mi cabeza con ambas manos, en señal de cansancio, pero no uno físico. Si no mental.
Giré mi rostro al oír el timbre de la puerta, rápidamente me levanté del suelo y luego de secar un par de lágrimas abrí. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro.

-Hola Summer, ¿Cómo estas?- sonrió con algo de tristeza Abdul, el guardia de seguridad. Antes de que me deje responder, continuó hablando - Nala vino hoy a acompañarme al trabajo, e insistió en venir a conocerte, espero no te moles..- lo interrumpí.

-Claro que no.- sonreí - Hola nena, ven aquí.- me agaché a su altura y estiré mis brazos, ella rápidamente se acercó a mi y abrazó mi cuello con cariño - Que linda eres, tenía muchas ganas de conocerte.- me separé de ella y acomodé un mechón de cabello detrás de su oreja.

-¡Yo también quería conocerte!- contestó sonriente. Asentí y dirigí mi vista a su padre, quien miraba la escena también sonriente.

-¿Quieres desayunar conmigo?- la miré nuevamente y ella asintió totalmemte entusiasmada - ¿Dejas que se quede?- le pregunté a Abdul.

-¿Segura, Summer?

-Muy.- sonreí y este asintió.

-Bien, entonces me voy. Nala, portate bien, ¿Si?- la señaló - Si hace algo me avisas Summer y vendré por ella.

-¡Ay papá!- gritó ella con enfado, causando mi risa.

-Ve tranquilo que ella no hará nada.

-De acuerdo, las dejo solas.

-Adiós papi.- se acercó a él y le dió un beso en la mejilla.

-Adiós cariño.- la abrazó y se fue. Me levanté y cerré la puerta.

Nala lleva una pequeña mochila colgada en su espalda, con algunos dibujos y así. Su cabello está poblado de rulos pequeños, igual que como tiene Slash. Me acerqué a ella y coloqué una mano en su mochila.

-Vamos a dejar esto por aquí, ¿Esta bien?- ella asintió y terminé de sacarla para dejarla colgada en el respaldo de la silla.

Pude oír el ruido que hacen las patas de Lía y Holly al acercarse, Nala me miró extrañada y al verlas rápidamente se escondió tras de mi, abrazando mis piernas.

-Hey, no hacen nada.- largué una carcajada - Son muy buenas, mira.- me agaché y las comencé a acariciar, mientras ellas mueven su cola con alegría. Nala salió detrás mío y acercó apenas su mano a Holly, quien la olió para después lamer. La aguda risa de Nala me dió alegría.

-¿Cómo se llaman?- preguntó al entrar en confianza con ellas.

-Ella es Lía y la otra Holly.- las señalé.