capítulo diez

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Bronx, New York 1988.

-Sensacional...- gimió Duff, rápidamente tapé su boca con mis manos.

-Recuerda que estamos en un baño público, chico. ¡Ah!

-¿Ahora quien tiene que recordar que estamos en un baño público?- sonrió, logrando que mis cinco sentidos se descontrolen.

Esto de tener sexo en un baño público no es nuevo para nosotros, nada más que el no lo recuerda. Es una experiencia algo incómoda pero interesante a la vez porque uno siempre tiene el instinto de querer experimentar el peligro. Y es algo que a mi me encanta, más aún si es con el.

En un momento, el detuvo sus embestidas. Lo miré extrañada y el llevó su dedo índice a la boca en señal de silencio, mientras que con su rostro indicó que escuchara. Al momento de hacer eso, se oyó el sonido del agua del grifo correr.
El me observó por unos momentos, para después sonreír de forma traviesa y continuar con lo que estaba haciendo. Colocó una de sus manos sobre mi boca, que de forma instintiva la mordí debido al simple hecho de que no podía hacer ni un sólo ruido.

Es excitante el simple hecho de estar en esta situación. Aun con aquella persona dentro del baño que nisiquiera sabíamos de quien se trataba, continuamos con lo nuestro hasta llegar rendidos al tan bendito y esperado clímax. De forma delicada me bajó hasta que mis pies tocaron nuevamente el suelo, ambos ayudándonos a acomodar nuestras ropas.

Duff abrió un poco la puerta e hizo utilidad de su largo cuello para observar todo el lugar. Él al abrir la puerta por completo me dió a entender que ya no se encontraba nadie allí. Nos acercamos hasta el lavabo y nos refrescamos con un poco de agua.
Ambos nos quedamos mirando por el espejo, por varios segundos, para después empezar a reír de la nada.

-Estas loco.- tomé una servilleta y comencé a secar mi cara.

-No niegues que te gustó.- sonrió.

-Claro... sólo que fue inesperado, y además elegiste el peor lugar sabiendo que tu novia debe de estar buscándote como loca.- reí.

-Me gusta sentir adrenalina.- rió - No importa, de seguro ya se habrá cansado y estará esperándome en mi camerino.

-¿Y que excusa le pondrás? Debe de estar furiosa.- me burlé.

-Que... ¿Quería cargar? Tal vez.- alzó una ceja.

-¡Oh Duff!- golpeé su pecho levemente al pasar por su lado, ya dirigiéndome a la puerta.

-¿Acaso no es buena excusa?- se giró a verme.

-Tal vez si, tal vez no, no lo sé. Arreglalo con ella, ahora ese es tu problema.- me encogí de hombros - Por cierto, me alegra volverlo a ver.- señalé su entrepierna y guiñé un ojo, para después irme dejándolo sólo en el baño.

Caminé por el largo pasillo en busca del camerino de Steven, literalmente este lugar es gigantesco y cualquiera se perdería aquí. Después de estar varios minutos, finalmente di con su puerta.

-¡Ya llegué!- Steven pegó un grito horrorizado al verme por el espejo - Ay, ¿Tan fea soy?- me senté en el sofá.

-No es eso idiota, me asustaste.- rodó los ojos - ¿Dónde estabas? Te estaba buscando.

-Adivina.- respondí sonriente.

-Mmm, esa cara.- entrecerró los ojos - Estuviste con Duff.

-Si... ¿Y que más?- vacilé, el se quedó pensante por unos segundos, para después abrir su boca sorprendido.

-No...

-¡Si!

-¿De verdad?- se levantó de la silla.

-Si Steven, además fue un puro impulso de el, yo no tuve que hacer nada de nada.- sonreí, el se acercó a mi y me abrazó fuertemente.

-¡Ya es tuyo nena!- festejó.

-No aún, no se que hará con la estúpida de Lauren.- bufé.

-Nosotros trataremos de idear algo, sólo déjanos a nosotros.

-¿Seguro? Mmm, es dudoso.

-¡Hey! Eres mala.- se hizo el ofendido.

-¡No soy mala!- me defendí - Sólo que con ustedes las cosas pueden... salir muy bien o muy mal.- hice una mueca.

Y como es tradición de que al finalizar cada show hay que festejar, todos vinimos a un bar que está en el centro de New York, el cual la verdad no recuerdo el nombre.
La mesa se encuentra repleta de botellas, muchas ya vacías. Se nota como ya todos están entrando en estado de ebriedad. Yo por suerte aun no, como es típico en mi desde hace un tiempo, ya no bebo de la misma forma como lo hacía antes. Pero a veces otro trago no está de más.

Me encuentro entre medio de Steven y Slash, mientras que enfrente mío están Duff, Lauren e Izzy. Axl no tengo ni la más mínima idea de donde está.
En toda la noche sentí la mirada de ella clavada en mi, pero como siempre hice caso omiso.

Me levanté de mi asiento e intenté pasar sobre Slash para salir pero éste me detuvo.

-¿A donde vas?- gritó ya que por la música mucho no se escuchaba.

-A buscar algo de beber a la barra.

-¿Traes otro Jack Daniels?- asentí - Eres un amor.- apretó mi mejilla mientras hacia la típica boca de pato. Reí ante eso y me acerqué a la barra.

-¿Qué vas a beber?- preguntó sonriente el barman.

-Una corona y un Jack Daniels por favor.- le sonreí, éste asintió y fue a preparar mi pedido.

Mientras tanto me senté en uno de los taburetes a esperar que trajera las bebidas. Desde aquí puedo ver como los chicos se ríen por puras estupideces que están haciendo. Es obvio que nunca te aburrirás con ellos.

-¿Así que eres de esas que roba novios ajenos?- dijo una voz tras de mi mientras tocaba con insistencia mi hombro. Me giré y al verla reí.

-¿Disculpa? No se de que me hablas.- le sonreí de forma cínica.

-Claro, hazte la tonta. ¿Piensas que no me doy cuenta de la forma en la que miras a Duff?

-¿Qué forma? Yo no miro a nadie de ninguna forma.- me hice la desentendida - Gracias lindo.- le guiñé un ojo al chico quien había dejado las bebidas frente a mi. Ella bufó y rodó los ojos.

-¡Te advierto perra que el está conmigo y es mío!- me reí en su cara.

-¿Desde cuando uno puede tomar posesión de una persona? Cuéntame más, ¡Suena interesante!- pude notar su rostro hervir.

-Si te sigues haciendo la idiota y desentendida te mataré.- apretó los dientes.

-¡Won alto ahí nena! Creo que se te subieron los tragos a la cabeza o ya estás media cu-cu.- hice un gesto con la mano - ¿Sabes que? Mejor si, procura en cuidar a tu noviecito porque cuando menos te lo esperes, ¡Boom! Ya no querrá estar más contigo, sería una pena ¿No?

Ella se quedó sin habla. Reí ante eso, y antes de que pudiera decir otra cosa con su irritable voz tomé las botellas y me fui de ahí dejándola con las palabras en la boca.

𝑹𝒆𝒎𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝒎𝒆 | Duff McKagan [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora