³

9.4K 1K 538
                                    

Craig odiaba sentirse débil, sensible ante los demás, aún si se trataba de Tweek.

Tweek por su parte, era débil, tenía miedo de casi todo, pero Craig era su motivo para mostrar valentía.

Actitudes diferentes, razones diferentes.

Su discusión absurda la termino por ganar el rubio, ya que la madre de Craig llegó justo antes de cerrarle la puerta por completo, curiosa por tanto ruido.

— No debiste hacer eso, te dije que estaba bien— Continuo el azabache tocando el tema.

— Te veías triste— Se encogió de hombros el más pequeño— No quiero verte triste— agacho la mirada.

— Eso es muy marica— Soltó irritado Craig.

— Talvez si lo sea— Contesto sencillamente el blondo para luego ser observado de manera extraña por su amigo.

Un silencio muy breve pero incomodo se formó entre ellos.

— Es broma estúpido— Le tiro la almohada al contrario— No pienses cosas raras.

— Está bien— Dijo con su habitual voz monótona.

No tuvieron problemas para actuar como si aquella conversación no hubiese ocurrido, y el ojiazul sin ánimos de seguir molesto, saco un par de videojuegos para pasar el día con el rubio.

Entre juegos y algunas risas, la noche cayó pronto, dandoles paso a prepararse para dormir.

— Puedo dormir contigo?— Pregunto el ojiverde dirjiendose al baño para cambiarse.

Craig le había prestado una de sus camisetas y unos pantalones como pijama.

— Como tú quieras— dijo.

No quería tener otra discusión sin sentido con Tweek, asi que solo le dejo actuar como quería, después de todo, no le incomodaba la idea de dormir con el blondo, solo la idea de que esté lo haga porque el azabache tenía miedo.

— Bien, hazte a un lado— lo empujó el más pequeño tumbandose junto a este.

— Hey, es mi maldita cama, tu hazte a un lado— le tiró una patada en la pierna sin mucha fuerza.

El rubio solo rio, y el ojiazul apago las luces.

— Que haces?—Pregunto incomodo y extrañando Craig al ver cómo Tweek acariciaba su cabeza.

— Mi mamá me hacía esto antes de dormir cuando tenía pesadillas— Siguió acariciándo sus cabellos.

Al moreno esto no pareció agradarle, su rostro adoptó una expresión molesta, sin embargo no lo detuvo.

— A veces pienso que de verdad eres marica Tweek— El contrario no se detuvo— Pero me agrada esto.

Ambos niños terminaron dormidos juntos, Craig en la oscuridad de la noche se aferró al pecho de Tweek buscando seguridad, y el rubio por su parte no soltó al azabache encontrando calidez al tenerlo junto a este.

Esa noche Craig no tuvo pesadillas.

Desde ese día empezó a confiar más en Tweek.

Angel Lost [ creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora