Llegué hasta una tienda de segunda mano que vendía diversos productos.
Un hombre de mediana edad con sobre peso miró mi apariencia y dio una mirada de sorpresa.
- ¿Cómo ha llegado usted aquí, señorita?
Lo dijo en tono cortés, suponiendo que era una noble.
- ¿Hay algún instrumento?
El hombre de mediana edad abrió mucho los ojos.
- Sí, están por allí.
En una esquina, se encontraban muchos instrumentos viejos.
En ellos vi un buen Arpa.
- ¿Puede alquilarme este instrumento por un tiempo?
- ¿Alquilarlo? Eso...
- Le doy 5 monedas por 2 horas.
El hombre volvió a sorprenderse.
El precio de ese instrumento era de 10 monedas y le daré la mitad para tenerlo por 2 horas.
Aquel era un instrumento que no se vendía y preocupado, decidió dar prestado el instrumento.
- Señorita, ¿Qué va a hacer con eso?
- Tengo que ganar dinero
- ...?
Le dije a Marie.
- Marie, sostén el sombrero.
- ¿Ah?
- Ponlo boca abajo y recibirás el dinero.
Marie estaba muy confundida.
Caminé hacia un pequeño puente ubicado alrededor de las calles del archiduque de Luxen. Era un lugar tranquilo donde la gente paseaba en total tranquilidad.
Marie al darse cuenta de lo que iba hacer, abrió mucho sus ojos.
- Señorita, ¿De verdad?
- Sí, así es.
Me reí para ponerme la capucha y ocultar mi apariencia.
Luego, medí el estado actual del arpa.
"Ya me fui y valió la pena"
Toqué.
Cuando rasgué suavemente con mis dedos, un sonido claro sonó en la calle. Era tan hermoso y transparente que era sorprendente que sonara de un viejo arpa.
- ¿Qué?
- ¿Un músico? ¿Un espectáculo callejero?
La gente que pasaba se fijó en mí.
- Oh, señorita...
Al ser una situación repentina, Marie agarró el dobladillo de la capa. Parecía avergonzada.