Entonces, dijo el Gran duque.
- Sir. Urbo
- Sí, su majestad.
El escolta inclinó la cabeza.
- Obsérvala en secreto hasta su regreso. No tardará mucho hasta que regrese.
- Como ordene.
El mayordomo suspiró aliviado. Entonces pregunto Urbo.
- Si la princesa quiere realmente salirse del Ducado, ¿Qué es lo que debería hacer?
- En ese caso, regrésala a la fuerza al castillo.
- Seguiré sus órdenes.
Urbo es el jefe de los escoltas del Gran Ducado de Luxen. No había ni una posibilidad de que la princesa pudiera escapar del Ducado siendo seguida por él.
A la salida de Urbo, el mayordomo preguntó.
- ¿Qué hará después de que la princesa regrese al castillo?
-...
El gran duque cerró su boca y no respondió a la pregunta.
El mayordomo lo miró con los ojos tristes.
- Entiendo a su majestad, pero la princesa no es culpable.
-...Sé.
Una diminuta voz salió de la boca del gran Duque. El sentimiento de odio y culpa entremezclados.
-...Lo sé.
Mirando a su amo, el mayordomo suspiró.
[...]
Cuando volví a mi habitación, empaqué mi equipaje.
"Esto es lo mejor, no me quedaré aquí ha desperdiciar sentimientos inútiles"
Si fuera mis pensamientos habituales, habría intentado adaptarme a mi nueva vida de alguna manera. Tal vez tratando de resolver mi relación con mi madrastra y con mi padre de alguna manera.
Pero esta vez no.
Era molesto y yo solo quería descansar cómodamente.
"Tengo que llevar mucha ropa y no tengo saco de dormir. También necesito llevar una manta"
El periodo de mi renacimiento anterior es de mil años, así que me cansé de viajar. No había ninguna razón para ser reacio al decir que era el cuerpo de una débil mujer noble.
"Objetos de valor... nada"
Tenía mi ceño fruncido mientras cargaba mi equipaje.
Al revisar detenidamente, Luvia no tenia objetos de valor para vender. El sol se ponía y no tenía un lugar para hospedarme.
"Bueno, debo salir y ganar dinero"