• Maldito ladrón •

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--¡Ayuda porfavor, robaron mi cartera!--.

Comencé a correr, atravesando las calles y esquivando los autos, sintiendo la adrenalina recorrer todo mi cuerpo.

Mis piernas se movían con rapidez, eh incluso me sorprendí a mi mismo al ver lo rápido que corría para que no me alcancen.

Miré a mis espaldas, y el alivio al ver a los dos mastodontes demasiado lejos como para alcanzarme hizo que detuviese mi paso, claro. Poco a poco, tampoco quería que me diese un calambre en las piernas y quedar tirado en la calle.

Ahora ya estaba caminando con lentitud, dirigiéndome a mi dulce y amado hogar.

Estaba acompañado y protegido, jamás podría llegar a pasarme algo.

Cuando llegué un olor delicioso llenó mis fosas nasales, y una sonrisa se dibujó un mi rostro.

--Hola-- saludé, mientras me sacaba el abrigo con grandes bolsillos interiores, los cuales estaban llenos de dinero, carteras y celulares.

--Hola amor ¿Estas bien?-- Christopher caminó hacia mí dirección, solo para rodearme por detrás con sus grandes y tatuados brazos. Suspiré sintiéndome en casa.

--Estoy bien ¿Y tu?-- me giré para poder rodear su cuello con mis brazos  y poder dejar muchos besitos en su boca, me encanta sentir su sonrisa sobre mi boca cuando lo hacía.

--Ahora que llegaste mucho mejor, sabes que me preocupo cuando sales a trabajar solo, no me gusta que lo hagas-- sonreí, asintiendo.

Claro que sabía que se preocupaba, eh incluso así jamás me prohibía nada.

--Sabes que puedo cuidarme solito, príncipe-- y junté nuestras narices para darnos un beso esquimal, cargado de nuestro amor.

--Oww, que lindo-- nos separamos solo un poco para poder ver a Richard, nuestro mejor amigo, casi nuestro hermano, con sus manos llenas de pequeños papeles.

--¡Negro...te extrañamos!-- Reí al observar como christopher lo abrazaba y lo levantaba un poco del suelo y richard ponía una mueca de desagrado.

Nuestro grupo se componía de; El inteligente y hacker (Richard), El veloz y sigiloso (Yo) y el verificador de mercancía (mi amor).

--Si si, claro. Ahora déjame tocar el suelo, frenton-- y volví a reír, pero esta vez Richard me acompañó con las carcajadas.

Chris lo soltó, y el richuki se sacudió la ropa, como si mi novio lo hubiese ensuciado.

--Es de pura inteligencia ¿Verdad que sí, cariño?-- y ahora se dirigía hacia mí, sacudió su cabello levantando los dos brazos, dejándome ver como sus músculos se movían y tensaban con cada movimiento que hacía. Tuve que cerrar la boca para no babear.

--Claro amor, eres demasiado inteligente-- lo envolví entre mis brazos escondiendo mi cara en su cuello, no podía estar tanto tiempo sin sentir su aroma tan delicioso, me calmaba, me hacía sentir tan...Feliz.

--¿Que traes para hoy?-- Habló Christopher haciendo vibrar su pecho, dejándome adormilado y relajado.

--Son cuentas bancarias, y a un lado vienen los códigos y contraseñas de cada una, serán millones que irán a nuestros bolsillos-- Los tres sonreímos y rápidamente fuimos hacia el sótano, donde teníamos la mayoría de las cosas de valor.

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