Short-Stories

• Mi Omega •

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--N-no, Por favor mamá, no me hagas esto-- el chico estaba tirado en el suelo, con sus lágrimas bajando por sus rojas mejillas.

--Ya está decidido, te vas a casar y punto-- habló firme la alfa, mirando con desprecio a su hijo.

--No ¡yo no me quiero casar con ella! Yo ya tengo un alfa y nos amam...-- el pequeño Omega no terminó de hablar al sentir un fuerte golpe en su mejilla.

--Tu puedes ser un puto Omega, pero jamás serás gay, ahora empaca tus cosas-- y con eso la mujer salió de la habitación.

Erick no hizo nada, solo lloró sintiendo como su corazón se rompía, se hacía trizas al pensar que debería dejar a su alfa, el cual no lo había marcado todavía por que estaban esperando el momento correcto.
Observó su cuarto, viendo algunos cuadros con fotos de el y Christopher cuando estaban pequeños.

Él y Erick se habían conocido como a las 5 años, formando una gran amistad entre ellos sin darse cuenta que lo que estaba pasando entre ellos no era algo tan simple como eso.
Christopher cuando entro en su primer celo no quiso pasarlo con una hermosa chica como sus padres le habían dicho, si no que la única persona que rodeaba su mente era el pequeño Erick.
Y al ojiverde le ocurrió lo mismo, sintiendo como su entrada se lubricaba con solo tener una imagen mental de su Chris sin camisa.

--¡Erick tienes 10 minutos antes de que te valla a buscar yo!-- gritó la gran alfa del piso de abajo.

El Omega secó sus lágrimas intentado levantarse del suelo, al lograrlo sólo caminó hasta su cama viendo como una maleta con unas pocas prendas dentro.

Quería llamar a Christopher y decirle que viniese a buscarlo pero no podía, su madre al saber que tenía un alfa le había quitado su celular, su computadora y todo por lo que se podía comunicar con él.

Su lobo interior sollozo, sintiéndose pequeño y desprotegido sin su alfa a su lado.

Luego de tener todo empacado, junto con los cuadros de Christopher bajo lentamente las escaleras, escuchando a su madre hablar por teléfono.

--Sí. Hoy me llevo a Erick para cuba y así tú puedes hacer lo que se te dé la gana con Christopher...No, no quiero que le digas que nos vamos, distráelo para que no venga y así no tener problemas...No me interesa si luego se da cuenta, cuando lo haga nosotros estaremos muy lejos...No me hables de ese perro maldito, ojalá que hoy se esté revolcando en la tumba... okey, hablamos luego-- Erick quedó petrificado ¿Tenían planeado separarlo de Christopher?¿Con quién había estado hablando?.

--¿Qué haces ahí? No deberías estar escuchando las conversaciones de los demás-- habló Daysy mirando fijamente como su hijo temblaba ligeramente.

--Eres una basura, no sé cómo te haces llamar madre-- murmuró, mirándola con el desprecio haciéndose notar en su rostro. La alfa caminó con sigilo con el odio reflejado en sus verdes ojos.

--Agradece que no te golpeo ahora mismo, pendejo de mierda. Ahora toma tu maleta y vámonos-- Erick solo obedeció, no quería meterse en más problemas y menos que su mamá lo golpeé...sus golpes son muy duros.