Short-Stories

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--Anda bebé, más rápido-- Musitó el mayor, tomando al ojiverde de las caderas para empujarlo hacia él cada vez que subía, haciendo que este se quejara por el dolor que sentía.

--M-Más despa-cio...-- pidió intentado no llorar en ese momento, no le convenía hacerlo.

Sintió como el viejo hombre enterraba sus unas en sus caderas al momento de correrse, dejando unas marcas que probablemente tomarían un color morado en unos días.

--Eres ágil pequeña-- dijo el mayor, levantándose para comenzar a colocarse los pantalones junto a los boxer, mirando a Erick de vez en cuando.

~Espero verte pronto-- y con eso el hombre salió del oscuro cuarto; que estaba iluminado con pequeñas ampolletas de color rojo y azul y las que iban por al rededor de la cabecera blancas.

El menor se movió hasta la sucia ropa que estaba en el piso cerca de la puerta, la tomo para comenzar a colocársela lentamente ya que todavía le dolía el cuerpo.
Estaba cansado, ya habían pasado más de 5 hombres en la mitad de la noche y todavía le quedaban unas 2 horas más.
La puerta del cuarto fue golpeada, Erick camino a esta y sin siquiera mirar quien era la abrió, viendo a uno de los guardias.

--Me mandaron a limpiar y cambiar las cobijas ya que el hombre de la limpieza no pudo venir¿puedo pasar?-- Un chico castaño con una sonrisa apenada pregunto ¿que no los guardias tenían que ser fuertes y rudos?¿por que él se veía tan amable?

El menor al darse cuenta de que se quedó un tiempo callado habló.

--Si claro, pasa-- se hizo a un lado para que el chico entrara "¿cuantos años tendrá?¿será mayor que yo?¿por que estoy pensando en estas cosas?".
Sacudió su cabeza para alejar todo tipo de cosas que se le vinieran a la mente, esta comenzaba a latir, era como si su cabeza fuese a explotar por el dolor.

--Mueve todo lo que quieras, yo...voy al baño-- y con eso se dirigió a una puerta que estaba dentro de su cuarto, llegando a un lado del lavamanos para dar el agua y mojarse un poco el rostro intentado despejarse.

El dolor en su cabeza no cesaba y cada vez era más insoportable, caminó de vuelta hacia su cuarto afirmándose un poco de las paredes, todo el piso se movía y sus piernas ya no tenían fuerzas.

--¿hey, estas bien?-- sintió como alguien preguntaba a lo lejos y unos brazos lo tomaban por su cintura.

--Ne-necesito mis pastillas, por favor-- murmuró, viendo la distorsionada cama intentado no caerse, aunque era imposible ya que el fuerte agarre seguía en su cuerpo.

--Te las traeré pero tienes que estar en cama o te caerás-- asintió, sintiendo como era dejado en unas suaves cobijas.

~¿Donde están?-- preguntó el castaño al ya haber dejado acostado a Erick, lo miró con un poco de lástima ¿Por qué se veía tan mal?¿Acaso no le gustaba su trabajo?¿Por qué si se siente enfermo asistió?.

--Aquí-- musitó apuntando el pequeño mueble a un lado de su cama, el mayor se agachó un poco para abrirla y sacar un pequeño recipiente de color blanco.

--¿Éstas?-- vio como el menor asintió. la abrió sacando una cápsula para cerrar el frasco y mirar a su alrededor buscando agua, como no había se dirigió al baño y sacó el cepillo de dientes de un baso plástico de color rosa, lo enjuagó para llenarlo nuevamente con agua y dirigirse al débil chico.