Acto I. El dilema
“La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener”.
Gabriel García Márquez
Mientras el poderío de Medio Oriente avanzaba a paso seguro y se apoderaba de toda Europa, los clanes protectores realizaban una misión detrás del telón: mantener el equilibrio entre la luz y la oscuridad en orden y evitar que ese delicado equilibrio se rompiera y diera paso al fin de la sociedad como se conocía.
El sonido de los cascos de los caballos contra el camino de piedra era lo único que se escuchaba en ese momento dentro del carruaje. Un viaje de más de una hora había acabado con el ánimo de los presentes: El señor y la señora Amamiya y su única hija, la joven Sakura. Padres e hija miraban absortos en sus pensamientos por la ventana mientras repasaban sus obligaciones a realizarse esa semana.
Para evitar cualquier desequilibrio, los clanes eran llamados periódicamente a la central Europea donde debían dar cuenta de sus acciones y de cómo asegurarían una futura descendencia para su clan y los clanes aliados.
—Me pregunto si el clan Li de la oscuridad se hará presente en esta ocasión. —Las palabras de Nadeshiko causaron que padre e hija fijaran sus ojos en la bella mujer.—¿Acaso deseas ver a Ieran Li, querida? —La voz de Fujitaka estaba cargada de un leve sarcasmo que logró el efecto esperado en su esposa. Un leve puchero y una mueca de molestia fue la reacción esperada causando una sonrisa en el hombre—. No es por eso, sabes muy bien que esa mujer se me hace un tanto...difícil de tratar pero no puedo negar que me causa curiosidad saber si presentará a su hijo como el siguiente al mando.
La joven hechicera trataba de mantener indiferencia ante las palabras de su madre, pero su corazón acelerado ante la sola mención del joven y el rubor que luchaba por dominar sus mejillas no ayudaba a mantenerse calma. Luchando contra sus emociones se aseguró de que su voz sonará serena cuando decidió intervenir:
—Ambos tenemos la misma edad y por lo que sé el joven Li es un hechicero promesa. ¿Existe algún motivo por el cual su madre desee mantenerlo en las sombras?
Fujitaka solo le dedicó una fugaz mirada a su hija antes de negar levemente—. Me avergüenza un poco admitirlo pero hace un año tuvimos un problema con las hijas de uno de los clanes aliados. Las hijas del clan Sasaki fueron encontradas en una fiesta sin chaperón y acompañadas del joven Li y otros jóvenes de los clanes de la oscuridad.—Quizás te parezca algo impensable querida hija —agregó Nadeshiko al ver como Sakura palidecía—. Pero incluso algo tan inocente como una fiesta puede causar el peor de los desequilibrios. Como clanes opuestos y guardianes que somos no debemos permitir que los nuestros se mezclen. Una unión entre la luz y la oscuridad solo daría pie a la peor de las catástrofes.
—Amor mío no es necesario que te exaltes —interrumpió Fujitaka—. Sakura como la futura líder y heredera de nuestro clan sabe mejor que nadie las responsabilidades que tenemos, ¿no es así hija?
Ante aquella afirmación, la joven solo asintió levemente y le dedicó una sonrisa tímida a sus padres.
Amar a alguien del clan opuesto era como firmar una sentencia de muerte y deshora. Era igual que colocar una soga alrededor del cuello de los suyos.
Algo que Sakura Amamiya cargaba en su corazón desde que tenía 15 años.
Acto II. El deseo"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir"
Marcel Proust
Sakura salió corriendo del encierro que significaban sus responsabilidades. Se adentro en el bosque cercano con el peso del destino en sus hombros y con sentimientos prohibidos en su corazón. Las lágrimas recorrían su rostro mientras que sus sollozos acompañaban el cantar de las lechuzas. Se cansó de correr hasta que llegó a un riachuelo donde se agachó a mirar el reflejo de su rostro en desgracia.
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Fictober 2020: Reader's edition
FanficGracias por acompañarnos en nuestras locuras por tercer año consecutivo. Ahora traemos el Reader's edition donde ustedes nos dieron las palabras para la mayoría de los shots y una sorpresita adicional por parte de estas co autoras. Bienvenidos al fi...