Día 27. Pecado capital: Envidia

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  El lugar estaba desolado, con murmullos que iban y venían. Un pequeño sendero en la colina es lo que se podía visualizar. Un joven en sus veintes de hermosos ojos ambarinos miraba el sendero con vergüenza y decidió sentarse a un lado del camino mientras intentaba que lagrimas traicioneras no abandonaran sus ojos.

—Señorito Li…

El chico levantó tímidamente su rostro y miró con detenimiento  aquel ser que le había llamado.

—Wei…

—Hace mucho que un alma viva no camina por estos senderos, joven Li. Pero he de suponer que ya sabe en dónde estamos.

—Lo sé —admitió con pesadez—, los susurros y el paisaje lo ha terminado de confirmar. —Frente al castaño pasaban caminando aquellas almas condenadas vestidas en sus lúgubres túnicas grises con sus ojos cosidos con alambre. Finalmente la lágrima escapó por su mejilla que limpio con rapidez mientras miraba de nuevo a su acompañante—. Supongo tú eres mi guía.

—Así parece joven Li —respondió el anciano. El castaño sabía que no era a Wei a quien veía, más era la interpretación de su subconsciente de quien era una guía o un maestro para él.

—No quiero sentir esto… no quiero sentirlo.

—Pues está en el lugar correcto joven, por eso su madre lo ha enviado al purgatorio.

Un silencio profundo se hizo presente. Realmente Ieran lo había enviado al infierno, al cocytos en sí. El infierno congelado albergando a los traidores, aquellos movidos por sentimientos tan nefastos que no dudaron en atentar contra su familia, contra aquellos que les brindaron una mano. El joven había visto su rostro reflejado en las aguas congeladas en el tormento eterno y toda clase de emociones lo embargaron. Sentimientos de arrepentimiento que le permitieron pasar por las puertas hacia el purgatorio. Agradeció al menos no tener los ojos cosidos.

—Ahh envidia… maldita envidia… —Rompió el silencio Wei viendo las almas en pena—. Malditos aquellos que no soportan la felicidad ajena…

—No es como si deseara sentir esto, ¿Sabe? —Miró con recelo el castaño al viejo maestro—. Es solo que… no importa lo que me esfuerce, no importa mi sacrificio, nunca soy suficiente… pero él sí.

—Y esa es tu mayor condena. Deja de compararte y piensa más en complementarte.

—¡Maldición! ¡No es fácil! —Se levantó enfadado el joven—. Incluso se casó con la mujer que yo quería.

—¿Y alguna vez pensaste en lo que ella quería? Sabes que ella lo ama a él, no a ti.

—Y por eso pensé en matarla… No resisto ver su felicidad.

—Pero no lo hiciste… y por eso tu madre te envío aquí antes de que acabes por condenar para siempre tu alma.

El ambarino calló de nuevo. Lágrimas de frustración comenzaban a rodar por sus mejillas y el nudo en la garganta se hacía aún más grande.

—Amo a mi hermano —decía el castaño entre sollozos—, de verdad amo a Xiaolang pero… siento que vivo a su sombra. A veces solo quisiera desaparecer…

—¿Es eso lo que quieres? Podemos ir al infierno de lo que atentan contra su vida si es tu decisión.

El joven suspiró y volvió a sentarse. Sabía que Wei tenía razón pero luchar contra tus propios demonios era más fácil decirlo que hacerlo.

—Ya no se que quieren de mí… lo he dado todo.

—Xiaolong —el anciano se sentó a su lado—. Tu alma sigue siendo noble y por eso sufres al estar aquí. Los gemelos Li  llegaron al mundo de los vivos para crear grandes destinos. Xiaolang es tu aliado y no tu competencia.

—¿Y por que él es feliz y yo no?

—Porque quieres su felicidad, en vez de crear la tuya propia.

Xiaolong agachó su cabeza y meditó un poco. Había girado su vida en torno a los éxitos de su hermano gemelo queriendo hacerlos suyos. Y aunque lo conseguía, solo lo hacía más infeliz.

—Todos tenemos tiempos diferentes, concéntrate en el tuyo —añadió el anciano.

Una luz radiante se comenzó a formar al final de aquel sendero, en el pico de aquella colina. Joven y viejo se levantaron un poco cegados por el resplandor.

—El viaje ha terminado Xiaolong. Espero no volverte a ver por aquí.

El castaño solo asintió y dejó que aquella luz lo envolviera.

*** ***
N/A: un one shot mostrándonos un poco de un AU donde Shaoran posee un hermano gemelo (Xiaolong= pequeño dragón ) y también una referencia al libros de Dante.

Fictober 2020: Reader's  edition Donde viven las historias. Descúbrelo ahora