N E K O M A

6

Kuroo.

Los labios de chibi eran suaves y despues de ese segundo beso solo podía pensar en seguirlo besando. Eso me estaba generando ansiedad.

Tras una rápida ducha para deshacernos del sudor salimos hasta la calle en donde el autobus de Karasuno esperaba a por sus integrantes. El profesor encargado del equipo visitante estaba al volante esperando. Los chicos hicieron una fila y miraron en nuestra dirección antes de inclinarse y decir un

«gracias por recibirnos»

Creímos que todo había terminado allí, sin embargo una una nueva reverencia fue en dirección el pelirrojo que estaba de pie a mi lado y que en algún momento había enlazado sus dedos a los míos, ¿O lo había hecho yo?

— te debemos una disculpa por nuestro actuar, Hinata-kun.

— gracias, chicos — el ex integrante de Karasuno sonrió con pureza.

El pequeño era el tipo de persona que te perdonaría cualquier cosa, así que no me sorprendió que aceptara sus disculpas así de facil.

El chico de cabellos naranjas se acercó y abrazó fraternalmemte a Nishinoya, Sugawara, Tanaka e incluso a Daichi. Kageyama solo le dedicó otra mirada de molestia lo cual el chibi solo pudo responder con una sonrisa forzada.

— espero podamos jugar pronto otra vez — dijo Hinata.

— yo también. Y la próxima vez limpiaremos el piso con ustedes — aseguró Daichi. Tuve que entrometerme.

— eso ya lo veremos, polluelos — me acerqué poniendo mi codo sobre la cabellera del pequeño pelirojo.

— en cuanto a ti. Cuida de Hinata-kun — dijo el de cabellos grises arrojando una mirada pasivo-agresiva que daba mucho mal rollo.

— seguro.

Tan pronto el autobus desapareció en una esquina Hinata soltó mi mano y con el rostro rojo murmuró: — no puedo creerlo, que vergonzoso ha sido esto...

Todos los chicos rieron con eso.

— oigan, protagonistas de Shojo, muevan el culo — dijo Yaku rompiendo la tensión — su actuación nos ha conmovido, pero mejor tómese un descanso y vamos a comer.

— ¿A comer? — la voz de Nagisa llegó desde atras, ella junto a otra chica de su equipo de natación nos alcanzaron — parece que ganaron, felicidades.

— gracias, Nagisa-san — contestaron todos a su vez.

— iremos a celebrar como equipo, pero si quieren venir, chicas, pueden acompañarnos.

— ¡Sobretodo porque los senpais invitan! — dijo Atsuya en tono bromista pasando su abrazo sobre los hombros de Shoyo.

— ¿tengo cara de poder pagar comida para todos ustedes, ejercito de muertos de hambre? — suspiré.

— no sean abusivos, paguen su comida — regañó Yaku.

— ¡Pero senpai! — se quejó Atsuya alargando la i.