N E K O M A

Epílogo

Hinata.

Nekoma - Karasuno
Tercer set.
24 - 24.

— ¡La tengo! — grito Atsuya desde la retaguardia, con una mueca de dolor tras haber recibido todo el impacto del saque del Capitán de Karasuno, Yamaguchi Tadashi, quien ahora a demás de aquel saque flotante que daba dolor de cabeza: habia añadido a su arsenal un saque con salto que parecía querer arrancarte un brazo.

— ¡Shoyo-senpai! — bramó el armador de primer año colocando el balón para mi en un área tan al filo de la red que las posibilidades de hacerla entrar al otro lado eran diminutas pero no imposibles.

Golpeé en el aire en un ángulo tan cerrado que solo pude confirmar el remate una vez caí.

25 - 24.

— ¡Cielos, los saques del numero 1 sin monstruosos! — se quejó Inouka saliendo para darle pase a nuestro libero, un chico de segundo años.

— ¡Vamos! Un punto más chicos.

— ¡Si, capitán!

Una batalla del basurero en las nacionales traía una sensación completamente distinta a la de un partido de práctica. Los nervios, la desesperacion y la ansiedad se mezclaban con la euforia, la adrenalina y la necesidad de lograr un punto más. Solo un punto más.

Recordaba la sensación del enfrentamiento puro y duro contra Karasuno en primer año, y como durante los siguientes años tratamos de volver a encontrarnos en las nacionales, sin embargo, tanto en la inter high como en la spring high del año anterior ambos habíamos sido eliminados del tablero antes de poder cruzarnos en la cancha. Y en el interhigh de este año no pudimos superar la disputa entre frefecturas. Sin embargo, Yamaguchi y yo habíamos jurado hacer lo que fuera para enfrentarnos en las nacionales antes de graduarnos en un par de meses. Trato que se cerró con una estrechada de manos y un plato de onigiris preparados desastrozamente en medio del campamento de entrenamiento.

Fue grande nuestra sorpresa al encontrarnos en bloques opuestos, eso significaba que nuestras única opción era encontrarnos en la final... aunque de todos modos ambos fuimos descalificados en las semifinales, así que nuestra batalla en el basurero tuvo que desarrollarse como la campaña para obtener el tercer lugar en el torneo a nivel nacional de la spring high.

— ¡Zumi-chan! — gritó el libero de nuestro equipo llamando la atención del armador.

Tanto Inuika como Atsuya y Lev, corrimos con la idea de iniciar un ataque sincronizado. Mis manos picaban por tocar el balón y rematarlo justo frente a la intensa mirada de los bloqueadores de Karasuno.

Kizumi Atsuya, hermano menor de nuestro bloqueador de tercer año, era un armador intenso y enérgico (estabamos seguros de que su nivel de electricidad superaba con creces el del Atsuya número 1 y el mío combinados) por lo cual a pensar de que estabamos en la recta final de un tercer set, el chico parecía fresco cual maldita lechuga.

La estamina de los de primer año es una cosa impresionante.

El armador tocó el balón enviadolo hacia el elejido.

La sensación de un juego oficial era única. Por eso se sintió tan extremadamente bien rematar justo frente a la mano del libero de Karasuno, pasando entre el bloqueo de Tsukishima y Yamaguchi.