—Lu...
—¡Nada!
—Solo te pido un pete, un buen chape... O que te dejes tocar un poco, nada más. —dijo sin ningún tipo de escrúpulo, como si me estuviera pidiendo cualquier otro favor.
—Alberto no lo pienso hacer. ¡Estás totalmente loco! Tampoco me dejaré tocar por él, ¡Con suerte sé su nombre!
—Pero..— me insiste.
—BASTA, yo no soy una cualquiera, pelotudo, fin del tema. Ahora dame permiso y lleva esos platos que quedan ahí a la mesa.— oredené y salí de la cocina.
A pesar de que el hombre este no tiene tiempo para mi, él jamás me ha tratado como una cualquiera, mucho menos para asuntos laborales. No sé que le está pasando. La verdad es que él siempre me ha mantenido y tratado como una reina en su palacio. Pero bueno, ya está.
Llevé mi plato y uno para el hombre frente a
mi, que curiosamente era Felipe, segundos después apareció Alberto con su plato y el de su mejor amigo y socio, Joaquín.Comenzaron nuevamente la insípida conversación empresarial, todo iba relativamente bien hasta que Alberto, nuevamente sin ningún escrúpulo, le comentó al inversionista que a mi no me interesaba estar con él. Yo quedé perpleja por la manera en que lo dijo, y también por como reaccionó Felipe ¡Este caradura se ofendió! Comenzó a discutir con Alberto, a mi me trató a los gritos y luego se levantó de la mesa enfurecido.
Mi esposo, lejos de preocuparse por mi y como estaba, fue detrás de él a intentar arreglar las cosas.
Yo sintiéndome horrible por el ambiente que había, por como se comportaba Alberto por un inversionista sin sentido común, descarado y desalmado. Me tapé la cara de la vergüenza, el asco y la impotencia que sentía.
—Discúlpeme, Joaquín, no tengo palabras.— dije evitando el contacto visual exclusivamente por la vergüenza.
Cabe destacar que yo ya conocía a Joaquín desde hace años, por lo que he notado es un auténtico caballero, y en esta oportunidad me demuestra lo mismo. —Lucia, no se preocupe. La culpa es de esos dos descarados.— hizo silencio unos segundos y continúa —Sin ofender a mi amigo, claro.
Eso me hace soltar una pequeña risa en medio de todo este caos. —Igual tiene razón, no sé que le pasa a mi marido, que lo llevó a actuar así, o pedirme una cosa así.— dije aún desconcertada.
—Bueno, con todo respeto.., es obvio que lo hizo actuar de esa forma.— me dice algo apenado y yo lo miro con extrañeza, haciéndole un gesto para que prosiga. —Felipe no es un inversionista como los demás, hay unos buenos millones de diferencia, no sé si me explico.
Lo que dijo me dejó pensando y la angustia vuelve a hacer presencia en mi. —Aún así, no me lo explico, no creí que Alberto fuera así de vendido o que pudiera llegar a venderme de esta manera.
—¿Le soy honesto, señora Galán?
—Por favor...— suplico.
—Alberto por muy buen amigo que sea, siempre fue una persona que adora con locura el dinero, se lo digo yo, que lo conozco desde la secundaria.
Doy un suspiro, quizá de lástima por mi. —La verdad nunca se mostró así conmigo y me parece terrible tener que enterarme de esta manera, con usted diciéndome esto.
—Tranquila, como le dije antes.., usted no tiene la culpa de nada. Eso es un problemita de esos dos.
—Lo sé, muchas gracias por su comprensión.
Cambiamos de tema, Joaquín se sentó frente a mi y terminamos de comer hablando muy a gusto el uno con el otro.
—¿Vino?— ofrezco después de la cena.
—Si, gracias.— contesta y yo sirvo dos copas, para luego sentarme a su lado y seguir hablando.
Alberto se fue, no sé a dónde, pero me mandó un mensaje diciendo que llegaría tarde.
Invité al hombre al jardín trasero donde estaba la pileta que, a la luz de la luna se veía aún más hermosa nos sentamos en unas tumbonas y ahí retomamos nuestras conversaciones, algunas 'superficiales' y otras más profundas. Nos reímos bastante, aunque en un momento volvimos a caer en el tema de Alberto.
Comencé a llorar de la impotencia que me provocaba el tema, Joaquín, como buen amigo, comenzó a consolarme. —Ya está... Está bien que llore, la entiendo.— me dice con una voz que sorprendentemente me tranquilizó mucho.
—Muchas gracias, Joaquín, usted es muy atento.—comento secándome una lágrima.
—¿No cree que deberíamos dejar de tratarnos de usted?— pregunta acariciando mi mejilla delicadamente y con el dedo pulgar hacia lo mismo en el borde de mis labios.
Cerré los ojos y respiré profundo, disfrutando del leve contacto. —Creo que tienes razón.— contesté casi en un susurro.
Abrí los ojos y empezamos a acercarnos sin dejar de mirarnos mutuamente, nuestros labios ya estaban casi por tocarse y yo hace mucho no sentía esta conexión con nadie, de hecho creo que nunca la sentí.
A pesar del revoltijo de emociones, logré reaccionar a tiempo, poniendo mis manos en sus hombros y separándolo de mi. —Joaquín... Estoy casada con tu mejor amigo, lo siento.
—No, no.., discúlpame yo me desubiqué.— se levanta con cuidado y yo lo imito.
Sin darnos cuenta ya eran cerca de las tres de la mañana, aún seguíamos un poco más cerca de lo usual cuando escuchamos que llegaba Alberto y, disimuladamente nos separamos.
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hola bellezassssegundo capítulo a pedido de anonimook6 ❤
espero que lo hayan disfrutado, comentenme que les pareció y voten
los amoo
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A tu mejor amigo [Terminada]
Fanfices una historia a base de una canción de Pimpinela, como supongo que varios la conocerán "A tu mejor amigo". simplemente espero que lean y disfruten, los amo❤