A tu mejor amigo [Terminada]

•Capítulo 27•

Obedecí, dejé que el agua cayera por mi cuerpo mientras él observaba. Joaquín me acercó un poco más a su cuerpo y él se dió el trabajo de enjabonarme cuidadosamente.

Hacía cosas para provocarlo, me movía me tocaba, lo mojaba acercándome a él, pero nada parecía funcionar. Hasta que Joaquín tomó una toalla y me envolvió con esta para luego cargarme en su hombro e irme a dejar sentada en la cama.

Se dio la vuelta para buscar algo en unos cajones,  yo aproveché para quitarme la toalla de encima y acercarme a abrazarlo por atrás.

—Lu...— se da vuelta para quedar de frente conmigo.

—Digame...— contesté de puntillas, acariciando sus brazos y dejando besos en su cuello.

—Basta por favor...— jadeó.

—Te necesito...— dije en su cuello, noté como quiso mandar el autocontrol a la mierda, me sujetó la espalda y acarició con firmeza.

—¿Tenes claro que estuviste a punto de ser violada por el pelotudo ese, no?— me preguntó.

—Em.. si, obvio.— respondí con extrañeza ante su pregunta.

—¿Y me estás pidiendo sexo?

—No. Te estoy pidiendo hacer el amor.— contesté con sinceridad, lo que al parecer a él lo volvió loco. Me soltó unos segundos y se sacó la remera para comenzar a besarme lentamente, con sutileza y sensualidad, rodeé su cuello con mis brazos.

Ágilmente Joaquín se sacó el pantalón y los boxers, quedó desnudo y me levantó por los glúteos, hizo que me sujetara a su cadera con mis piernas, sentía su erección en mi entrada, pero él seguía con el beso excitante.

Caímos a la cama y sus besos bajaron por mi cuello, el valle de mis pechos, abdomen y por fin llegaron a mi intimidad, su lengua comenzó a jugar con mi clitoris, casi haciendo magia en mi zona, a los minutos llegué a la cima y sus besos volvieron a subir rápidamente. Me abrió más las piernas y me penetró dulcemente.

Solté un gemido cerca de sus labios y comenzó a moverse, al inicio lento y después fué tomando velocidad y salvajismo.

Cerca de dos horas y media después terminamos, Joa cayó sobre mis senos y los utilizó de almohada, ambos nos quedamos dormidos

Al despertar me puse una camisa de él que me queda como vestido cortísimo, Joaquín por su puesto solo un boxer rojo que le quedaba divino.

Comimos entre besos, caricias y toqueteos, así pasamos el día amándonos, estando bien, nos olvidamos por completo de Alberto, de que lo habíamos dejado ahí sin saber lo que iba a pasar después.

Terminamos romántico día con otra ronda de sexo, amor, placer. Joaquín me hace sentir tantas cosas que jamás me imaginé sentir, realmente estoy enamorada de él.

Nos dormimos con Joa abrazándome por la cintura, con mi espalda apoyada en su pecho, desnudos, y así amanecimos, otro día más lleno de romance y muestras de afecto, volvimos a la cama y dormimos felices, hasta la mañana siguiente, cuando me desperté con un pijama corto.

Al levantarnos nos fuimos a la cocina y esta vez yo comencé a preparar el desayuno n para ambos mientras él se encargaba de distraerme con caricias, toquteos y besos subidos de tono.

—Basta, por favor.— salió de mis labios un gemido entre risas.

Joaquín no me dejaba, me apoyaba su cuerpo  y seguía besando, recién se detuvo cuando escuchamos el timbre.

—Anda a abrir.—dije riéndome con picardía.

—No estamos en casa.— contestó dejando chupones en mi cuello.

Por unos segundos me estaba convenciendo, pero volvieron a insistir en el timbre y tuve que separar a Joa de mi, levemente. —Anda a abrir, amor.— repetí. — Puede ser importante.

—Después no te vas a librar de mi.— me dijo haciendo notar la lujuria en su voz.

Me mordí el labio inferior y me robó un pico para ir a a atender. —¿Quién es?— escuché que preguntó.

Lógicamente no escuché la respuesta, solo sentí como Joaquín abrió la puerta principal y entraron dos hombres.

Me acerqué a donde estaban y me llevé la sorpresa de que eran oficiales de policía. —Buenos días.— saludan y me pongo al lado de Joaquín.

Ambos les devolvemos el saludo cordialmente y enseguida pregunté. —¿Que necesitan caballeros?

—¿Usted es Lucia Galán?

—Así es.

—¿Y usted Joaquín Cuervo?

—Soy yo.

—Usted, señor está detenido, por irrumpir en propiedad ajena, violencia y secuestro.

—¿Q-qué?— pregunta Joaquín impactado.

—P-pero, no puede ser. ¿Cuándo se le acusó de esto?

—Se nos informó de la situación anoche.

—Es imposible, estuve con ella todo el día los últimos dos días, oficial.— se defiende Joaquín.

—Efectivamente, ella fue secuestrada. —Joaquín y yo compartimos una mirada confundida. —Está detenido.— informa el hombre dando vuelta a Joa para ponerle las esposas.

Joaquín no supo reaccionar y simplemente cedió.

—¡No!— grité. —¡¡Yo no he sido secuestrada!! ¿De donde sacaron eso? ¡Él es mi pareja! — intenté explicarle a uno los calmada que pude mientras el otro se llevaba a Joaquín al auto.

—¡LUCIA! Mi amor.— sentí un abrazo intenso. —¡Estaba tan preocupado por vos!— Era Alberto. No sé como no lo sospeché, este tipo está loco.

No le correspondí el abrazo, lo separé bruscamente de mi. —¡Que mierda te pasa, hijo de puta! ¿Qué carajo inventaste ahora? ¡Estas enfermo!— le grité a todo pulmón.

—Cariño, tranquila, ese hombre ya no te va a hacer más daño.

—¡¡SALÍ!! ¡Sos el único que siempre me ha lastimado!

El oficial nos miró confundido. Alberto lo miró de reojo y me sujetó el brazo con fuerza, casi enterrando sus dedos en mi piel. —¿Pensaron que se iban a salir con la suya preguntó en un susurro. —Te dije que serás mía siempre.

—Soltame! Me lastimas, Alberto.

—¿Pasa algo?— interviene el oficial.

—Está todo bien, muchas gracias por rescatar a mi mujer.— dice rápidamente.

Yo me suelto bruscamente de su agarre. —¡No! Acá nada está bien.— me dirijo al policía. —El hombre que se clavaron es mi pareja, lo amo.

—Lucia cállate.— ordena Alberto, pero hago caso omiso.

—Este hombre está loco, les miente.

—¡Dejá de hablar, Lucia!— me grita, acercándose a mi, amenazante.

El hombre de uniforme se interpone. —Señora, usted viene conmigo a dar declaraciones, y usted también, pero arrestado. Acá hay algo que no cierra.

—Está todo bien, oficial, no se preocupe.— intenta contradecir, pero el policía lo pone contra la pared para esperarlo.

—Acompañeme, por favor.

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Hola hermosos, que tal? Espero que les hay gustado este capítulo, no se olviden de dejar ☆ y comentar que les pareció.

anonimook6 perdón la demora 😔♡
pd: quiero cap ¡¡¡!!!

marialuzbasso Pimpinela_Fans_ok CAP :)

bueno, cuídense, y tomen agüita ♡

los amoo

♡♡♡