Al principio me pareció raro que la chica ni siquiera el nombre me pidió, luego recordé lo que hace este tipo y entendí todo, debe estar acostumbrada a que cualquier mujer llegue, diga eso y dejarla pasar.
Por supuesto que entre sin tocar la puerta, y ahí vi la escena más asquerosa del mundo. Una chica 'x' sobre el escritorio de Alberto y él entre sus piernas, besando su cuello. Él levantó la mirada.
¿Y si le corto la verga? en ese momento no me sonaba tan mala idea. —Perdón, no sabía que estaba interrumpiendo.— dije sin ninguna expresión.
—¡Lucia!— exclamó, pero yo ya me había dado vuelta para irme.
Salí de ese gran edificio para dirigirme nuevamente a mi lugar de trabajo, pero Alberto me alcanzó y me tomó del brazo, girándome hacia él. —Dejame que te explique.
—¿Que me vas a explicar? ¿Que no es lo que parece? ¿Que malinterpreté la situación? O... Ah, ya sé... ¿Ella se estaba aprovechando de ti, verdad mi amorcito?— dije recolectando todo el sarcasmo que hay en mi para tirarselo a la cara.
—No, si... algo parecido.— dijo rascándose la nuca.
—No me interesa lo que tengas para decirme, Alberto, ya vi suficiente.
—Dejame que te explique, por favor.— repite.
—Tranquilo, ya me humillaste bastante, pero yo no te necesito, hay otra que seguro te está necesitando para terminar. —dije con cara de póker, volviendo a girarme y seguir caminando rápido.
—¿Que estás diciendo, Lucia? Ella no es...
—Quiero el divorcio, Alberto.— interrumpí. —Eso estoy diciendo.
—Lucia... no, por favor, te amo.
—Si me amarás no hubieras mirado para el lado, pelotudo. Ahora me tengo que ir a trabajar, chao, Alberto.
Me di vuelta y fuí a la tienda a terminar mi turno. Él entró detrás de mi, intentando darme explicaciones, una más pedorra que la anterior.
—Por favor, solo fué un momento de debilidad.— me dijo mientras yo intentaba atender a una señora.
—Discúlpeme un segundo.— le dije a la señora con una sonrisa, me giré y cambié de inmediato mi cara. —Salí de acá y déjame en paz.
—No voy a salir hasta que me escuches.— me dice de brazos cruzados.
—Ok, como quieras. —digo y miro a la salida, donde están los guardias. —¡Seguridad!— los llamé y a los segundos después estaban hombres junto a nosotros. —Llévenselo, por favor. El caballero me está molestando.
—¿Qué? Lucia...
—Nada.— miré a los guardias y uno de ellos habló.
—Caballero, retirese por favor.— le pide uno de buena manera. —Si no se va usaremos la fuerza.
—Pues no me pienso ir hasta que la señora tenga una conversación conmigo.
—Ella no quiere, así que váyase.
—No.— que hijo de puta más terco.
Entonces los hombres, sin decirle una sola palabra más, lo tomaron cada uno por un brazo lo levantaron y lo llevaron a la salida. Por su puesto Alberto se fué haciendo todo un escándalo y estuvo ahí afuera cerca de media hora intentando entrar, hasta que por fin se rindió.
Yo no le di ningún tipo de importancia al individuo ese y seguí normalmente con mi trabajo, pues como ya saben, en ese momento en lo único que pensaba era en que me iría a casa de Joaquín con él. Llegó la hora de cerrar la tienda y me fuí al parque, donde Joaquín me esperaba.
—Lu, mi amor.— me abrazó fuerte. —No tuve noticias de ti en todo el día. ¿Qué pasó con..?
—Si, estaba con otra mina, lo encontré me fui y le pedí el divorcio.
—¿De verdad?— preguntó emocionado.
Asentí con la cabeza rápidamente. Me tomo por la cintura, me levantó y me besó apasionadamente. Lo abracé por el cuello mientras que me seguía manteniendo sin tocar el suelo y profundicé más el beso. No separamos por falta de aire.
—Vamos a tu casa, busquemos tus cosas. Alberto sale tarde siempre.
Yo, con los ojos iluminados y una gran sonrisa le tomé los cachetes y le di un pico. —Vamos rápido. No me lo quiero encontrar, y no quiero que te vea.
Me tomó de la mano y me llevó rápidamente a su auto, condujo con velocidad y llegamos a los pocos minutos. Joaquín entró conmigo, le dije que fuera a buscar una valija y que la trajera mientras yo sacaba la ropa.
Lo hizo en menos de dos minutos, estaba igual de emocionado que yo por esto.
Ya había guardado casi todas mis cosas cuando se escuchó la puerta principal abrirse. Miré la hora, no eran ni las once de la noche, Alberto generalmente llega bordeando las 12.
Estuve a pocos segundos de entrar en pánico, pero Joaquín me devolvió a la realidad, con un movimiento rápido y brusco, sujetándome por los hombros. —¿Puedo salir por otro lado?—preguntó en un susurro.
Lo miré y asentí. —Ve por el pasillo hacia el baño, cuando ya no veas a Alberto baja las escaleras hacia la cocina y sal por esa puerta, esa es mucho más discreta y no se escucha al cerrarla. —le dije apresurada en un susurro.
Joaquín solo asintió y salió del cuarto lo más rápido que pudo. Yo, comencé a poner toda mi ropa en la maleta aún más rápido, no quiero ver a Alberto más tiempo de lo necesario.
Entra a la habitación. —Lucia. ¿Que estás haciendo?
—¿Qué te parece que hago? Me voy de acá.
—No, no, Lu... Mi amor, no tomes decisiones apresuradas. —me dice intentando tomarme el brazo para sentarme en la cama junto a él.
—¡Soltame! Ninguna decisión apresurada, Alberto ya lo medité bastante.— solté algo alterada, terminé de echar unas cosas a la valija, la cerré rápidamente y salí casi corriendo de la habitación.
—Lucia, no me podés dejar, por favor.— suplicaba bajando las escaleras detrás de mi.
— Si puedo, y eso haré.— le debatí cuando llegué a la puerta principal, pero el boludo se puso en medio. —Salí del medio.— ordené conservando la calma.
—¿A donde pensas ir?— preguntó ignorándome.
—Eso no te importa. Muévete.— Alberto se movió, pero no precisamente para dejarme pasar. Más bien se acercó a besarme a la fuerza. Yo movía la cara con asco, tuve que soltar la valija para empujarlo con ambas manos y darle la cachetada que hace años se merecía. —No me vuelvas a tocar Alberto.— lo volví a empujar lejos de la puerta y me fui con mis cosas.
Salí de esa casa y caminé unas cuadras para encontrarme con el auto de Joaquín con él adentro, guardé las cosas en los asientos de atrás y me subí de copiloto. Joa me miró y sonrió, le devolví la sonrisa y lo besé profundamente.
De aquí en adelante se veía una luz en mi vida que nunca había visto. Joaquín era la luz de mi vida.
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Otro cap? Otro capítulo! Espero que les haya gustado mucho y que disfruten de algunas cositas que se vienen.Voten y Comentenme que les pareció.
los amo
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A tu mejor amigo [Terminada]
Fanfices una historia a base de una canción de Pimpinela, como supongo que varios la conocerán "A tu mejor amigo". simplemente espero que lean y disfruten, los amo❤