•Capitulo 7•

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Lo miré y le sonreí. —Gracias.— me devuelve la sonrisa, hace el gesto de irse, pero esta vez soy yo quien lo da vuelta para plantarle un buen beso.

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Llegué a casa y lo primero que hice fue agregar el número de Joaquín en mis contactos.

Decidí darme un baño de tina y relajarme, después de 20 minutos salí con una bata y se me ocurrió hablarle a Joaquín por mensaje.

Hola Joaquín, soy Lucia.— escribo en el teclado y lo mando, a los segundo llega la respuesta.

Hola, linda. Ya estaba extrañado tu mensaje, creí que no me hablarias. —me responde.

Necesitaba estar con la cabeza fría para hablarte, después de ese beso... seguro te hubiera dicho cualquier cosa. —lpm no sé que le estoy diciendo.

Vaya... No conocía ese lado de ti. —veo que sigue escribiendo.— Me gusta.— pone en otro mensaje.

Le iba a seguir respondiendo cuando noté que Alberto entró al cuarto. —¿Por que le sonríes tanto al celular?

—Estaba hablando con una amiga.— contesto bloqueando la pantalla de mi celular.

—Oh, está bien.— se queda en silencio un rato mirándome. —Aún no me piensas perdonar, ¿no, Lu?— pregunta adentrándose a la habitación.

—No estoy lista para hacerlo, ya lo hemos hablado.

—Se que estuve mal, Luci, lo siento mucho.

—Ok, está bien. Ahora me quiero vestir. ¿Te podes ir?

—Lu, por favor. Somos pareja, no me podes seguir evitando por siempre.— me quedo callada, pues ahora que lo pienso, eso es exactamente lo que quiero hacer; evitarlo el resto de mis días. —¿Lu?— me devuelve a la realidad.

Lo miré. —No quiero seguir hablando, déjame que me vista.

Se acerca un poco más y me sostiene por la cintura con delicadeza. —Buenas noches, Luci.— se despide pretendiendo darme un beso en los labios, pero yo corro la cara y solo llega a la mejilla.

—Chao.— me separo de él fríamente.

Me mira con tristeza y se va, cerrando la puerta detrás de él.

Rápidamente comencé a ponerme el pijama y a dormir. Al la mañana siguiente desperté con la luz del sol, me levanté y bajé a desayunar con música. Se me pasó por la mente lo que viví anoche, y recordé que estaba hablando con Joaquín antes de que el cavernícola llegara al cuarto, subí casi corriendo las escaleras como una adolescente en busca de su noviecito, tomé el cel y escribí a Joaquín.

Buen día, Joa. Anoche no pude seguir escribiendo porque entró Alberto a mi cuarto. —puse en el chat, apagué la pantalla y bajé a terminar mi desayuno.

A los minutos siento la vibración de mi celular, avisando de una notificación. —Buen día, hermosa, no te preocupes. Como amaneciste? Anoche Alberto te hizo algo???

Sonrio ante su preocupación, es tierno. —Amanecí perfecto, y vos??
Ah y, descuida anoche solo me pidió disculpas como por millonésima vez, nada más.

Me alegro mucho.— pone en un mensaje.—Lu, no tenes nada que hacer hoy?

Hm.. no, ¿Por qué? Me tienes un panorama??

Puede ser... Te paso a buscar?

Hoy no trabajas?

Los viernes salgo más temprano, quieres salir conmigo o no?

Por su puesto que quiero, a que hora venis por mi?

—A la una de la tarde estoy en tu casa.— me escribió y yo decidí ir a cambiarme para esperarlo.

En medio de todo eso, me entró cierto grado de temor. ¿Y si Alberto nos ve? Es decir, sé que él está en la empresa y que, a diferencia de Joaquín, mi "esposo" no sale temprano ningún día, pero bueno.

Opté por tranquilizarme un poco y terminar de arreglarme par estar lista cuando Joaquín llegue acá.

Tomé una blusa azul de botones con los primeros tres botones desabrochados, un pantalón negro y tacones no tan altos del mismo color.

Al rato me llamó Joaquín. —Estoy afuera Lu.— me avisa.

—Ya salgo, espérame.

Dicho y hecho, a los dos minutos salgo de la casa y me subo al auto de Joaquín, me toma la mano y me deja un beso en el dorso. —Estas hemosísima, Lucia.

Lo escaneo con la mirada. Él está con una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y unos jeans azules, volví a mirarlo a los ojos. —Vos también estas muy guapo.— contesté observando su rostro con detenimiento.

Él se sonrió, esa sonrisa divina que tiene y se acercó a besarme, por su puesto se lo correspondí. Le rodée el cuello con mis brazos y Joa me acariciaba delicadamente la cintura. Mis manos bajaron a su camisa, agarrándola firmemente, profundizando el beso. Joaquín apretó mi cadera y logró que soltara un gemido en sus labios, a lo que él sonrió en medio del beso. Bajo sus manos todavía más hasta llegar a mi trasero y volvió a apretar. Intenté acercarme aún más para llegar al siguiente nivel, pero me detuvo. —No, no. Acá no.

—¿Por qué?— pregunté agitada con desilusión. Entonces me di cuenta de cuánto lo deseaba

—Quiero que sea especial, Lu.

—Entonces, ¿Donde?

—Primero debemos comer algo, después... a mi casa, ¿Te parece?

Sonreí genuinamente. —Maravilloso.

Joaquín me besó y se acomodó para poder manejar correctamente, le tomé la mano y la puse sobre mi muslo, me dedicó una mirada de picardía, pero no movió su mano. Puso en marcha el auto y llegamos a un restaurante precioso.

Comimos, hablamos, nos reímos, disfrutamos la mutua compañía. A las 16 nos fuimos del restaurante a su casa y en media hora llegamos.

Su casa era maravillosa, muy similar a la mía, hermosa. —Que linda casa.— comento al entrar.

—Más linda estás vos.— dice dándome una vuelta, mientras me devoraba con las ojos. —¿Tomamos algo?

—Sii, por favor.

—¿Vino?

—Me encanta.

—Dale, veni.— me tomó de la mano, llevó a la cocina y tenía un mueble especial para licores. Lo abrió y me dió a elegir.

—Hmm..— pienso —Este.— digo sacando una botella con cuidado.

Joaquín, que estaba detrás de mi, me toma por la cintura y me deja un solo beso en el cuello, que me hace estremecer. —Maravillosa elección.

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Otro capítulo para la hdp de anonimook6 joda, sabes que t amo.

chicas, gracias x apoyar mi historia ♡♡

los amo

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A tu mejor amigo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora