•Capitulo 15•

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De aquí en adelante se veía una luz en mi vida que nunca había visto. Joaquín era la luz de mi vida.

Esa noche volvimos a casa de Joaquín, y él ni siquiera me dejó sacar mis cosas, me abrió la puerta, de inmediato me levantó e hizo que rodeara su cintura con mis piernas y yo me aferré a su cuello.

—Hoy te quiero probar de todas las maneras posibles.— susurró cerca de mi boca.

—Mañana ambos trabajamos...— respondí con una risita.

—Damos parte de enfermos.— me dejó un beso en el cuello. —¿Te gusta la idea?

Esas solas palabras me hicieron morderme el labio inferior. Lo besé suavemente. —Haceme lo que quieras.— hablé de la misma manera, rozando nuestras narices.

Joaquín me robó otro beso y comenzó a caminar conmigo sobre él. Ágilmente abrió la puerta principal y la cerró detrás de nosotros, para apoyarme en ella y comenzar a devorarme la boca y el cuello, mientras yo soltaba pequeños suspiros.

Sus besos y leves lamidas fueron bajando hasta mi escote, tiré un poco de su cabello y él sonrió en mi piel, seguramente al darse cuenta de todo lo que estaba disfrutando. Sus manos acariciaban mi espalda con deleite, ambos estábamos desesperados por sentir al otro más a profundidad. 

Me apretó el trasero y lancé un gemido. Me llevó a su habitación escaleras arriba y me dejó en la cama como si yo fuera una muñeca de porcelana que se podía quebrar si él era muy brusco, Joaquín cayó con su cuerpo sobre el mío, dejó un beso suave en mis labios, comenzó a desnudarme seductoramente y yo a él. A medida que me iba despojando de mi ropa él dejaba besos húmedos en mi piel. Después de muchas caricias ambos quedamos desnudos, Joaquín me tomó por la cintura para posicionarse entre mis piernas, rozaba mi entrada con su miembro. —Joaquín, te necesito.— supliqué entre gemidos. Él  sonrió y me penetró, al hacerlo solté un gemido de placer y enterré mis uñas en su espalda.

Comenzó a moverse con cuidado y lentamente, repartiendo besos por mi cuello, hasta el lóbulo de mi oreja. —Más rápido, Joaquín, más, más.— jadeaba en su oído. Él, al escucharme aceleró notablemente sus embestidas, me seguía acariciando todo el cuerpo, se acercaba a mi boca y cuello y dejaba suaves mordidas que me llevaban al cielo.

Luego de cerca de una una hora llegamos los dos a la cima. Nuestras respiraciones eran pesadas y ninguno de los dos se podía sacar la sonrisa de la cara. Joaquín cayó sobre mi cuerpo y dejó un beso en el valle de mis pechos. —Lucia Galán, sos perfecta.— me dijo aún con la respiración irregular.

—Y vos una maravilla.— respondí de igual manera, acariciando su cabello mientras él me abrazaba por la cintura.

Ya que ninguno de los dos tenía sueño, comenzamos a hablar de muchas cosas. Dado el momento surgió un tema que yo muchas veces había escuchado, pero nunca practicado, a pesar de que me llamaba mucho la atención.

—¿Qué opinas del masoquismo?— me preguntó mirándome hacia arriba. El tema, lejos de incomodarme, me gustaba.

—Hm... En lo personal me llama mucho la atención, me gustaría practicarlo como para probar, porque nunca lo he hecho. Creo que es genial innovar, sobre todo cuando es sexualmente hablando.

—Estoy totalmente de acuerdo.— me dijo con una sonrisa picara. —¿Te gustaría innovar conmigo?— pregunta acercándose a mis labios.

—¿Qué me está proponiendo, señor?

—Jugar un poco, nada más.— responde acoralandome entre la cama y su cuerpo.

Ambos sonreíamos juguetonamente por la cercanía del otro, intentaba darme besos pero yo movía la cara. Se ve que se estaba frustrando. —Dale quiero un beso.— me exige haciendo puchero.

—No, así no.— dije y lo saqué de arriba mío, pero en dos segundos me monté sobre él. —Ahora si.

Al principio quedó atontado, luego reaccionó y tomó mi cadera, comencé a moverme sobre él, para después recostarse sobre su cuerpo y darle un beso lento y desesperado. Fuí bajando con besos húmedos por su torzo hasta llegar hasta su gran miembro, sin pensarlo le di una lamida y enseguida me lo eché todo a la boca, comencé a mover la cabeza para sacarlo y volver a adentrarlo rápidamente con ayuda de mi mano, y con Joaquín sujetando mi cabello con fuerza, me produjo arcadas, luego de un rato terminó en mi boca y tragué todo.

Subí hasta la boca de Joaquín respirando pesadamente y le sonreí. —¿Se divertió, la señorita?— preguntó antes de darme un beso.

Asentí mordiéndome el labio, él sonrió y en un movimiento rápido nos cambió de posición, Joaquín volvía a estar arriba. —Llegó la hora de innovar.— dijo mordiéndome un pecho, me retorcí del placer. Se levantó y buscó entre sus cosas.

Esposas, mordazas, juguetes. —Te dejo en claro que es primera vez que los uso.— me comentó volviendo a subirse a mi. —¿Lista, cariño? Me dices si quieres que pare, ¿ok? no quiero que te lastimes.

—Solo empieza.— lo apresuré.

Comenzó a besarme ferozmente, mientras tomaba las esposas, tomó las manos sobre mi cabeza y las sujetó con ellas al respaldo de la cama.

Fué mi turno de recibir placer de su parte, bajó dejando chupones, besos y mordiscos por mi vientre hasta mi intimidad, donde empezó una danza entre mi clitoris y su maravillosa lengua. En unos minutos me hizo tocar las estrellas.

Tomó un vibrador que tenía entre tantos más juguetes, lo puso en el valle de mis pechos y lo encendió. Gemí y solté un suspiro. Comenzó a bajar insoportablemente lento hasta entre medio de mis piernas, lo metía por unos segundos y lo sacaba. Una deliciosa tortura.

—Ah, Joaquín.— gemía su nombre mientras él continúa su tortura hacia mi.

Lo veía como disfrutaba cada segundo de tocarme, cada gemido que me provocaba, le encantaba ver como me retorcía del placer y pedía más.

—Date vuelta.— ordeno con vos ronca

Por supuesto, obedecí. Aún con las manos esposadas, me di vuelta y quedé en cuatro, solo sujetándome con las rodillas y codos, dispuesta a todo para él.

Pasó una de sus grandes manos sobre mi espalda y llegó hasta el culo, donde me apretó fuertemente y seguido de esto me dió una nalgada. —Hm...— volví a gemir mordiéndome el labio e, inconscientemente acerqué más mi trasero a él, lo necesitaba.

—Tranquila, bonita, será cuando yo diga.

Oh, Dios mío, este hombre me tiene locamente desesperada.

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Les cuento... este capítulo iba a ser más largo de lo normal, pero tengo demasiada presión.

no respondo ante lo este capítulo pueda causar, ah que se creia.

anonimook6

marialuzbasso quiero capítulosss, de las dos ok?

los amo.

♡♡♡

A tu mejor amigo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora