•Capítulo 13•

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Nooo, aún no. Para ir con Patricia a revisar las grabaciones.
Baja un cambio Joa, estás en llamas.

Vos me dejaste así.

Ya bastaa, hay que trabajar chau.

Joaquín, al terminar su trabajo si pasó a buscarme en su auto, me subí a penas lo vi. —Hola de nuevo.— saluda Patricia con una sonrisa desde el asiento trasero.

—Hola Gachi.— saluda Joaquín también, poniendo una mano en mi muslo y acercándose para besarme, el beso solo consigue llegar hasta mi mejilla.

—Hola chicos.— los saludo de vuelta.

—¿Vamos?— pregunta Joaquín.

—Vamos.— afirmamos las dos mujeres al unísono.

Luego de un buen rato de estar en el auto móvil llegamos a la hermosa casa de Joa. Entramos y nos ofreció una copa de vino, a lo que yo dije que no y Patricia aceptó. Nos pusimos a ver las grabaciones de la cámara que está en la oficina de Alberto. Después de mucho mirar nos damos cuenta que casi todos los días en el mismo horario lleva a alguna tipa a su oficina.

—Mira,— me dice Patri —Si te das cuenta todos estos vídeos son entre las tres y las cuatro de la tarde.— continúa apuntando la hora en la pantalla.

—La hora de descanso.— añade Joaquín.

—Ahí está! ¡Eso haré!— ambos me quedan mirando expectantes a lo que diré— Iré a verlo, justo en la hora de almuerzo, lo veré con las manos en la masa, terminaré con él y me desahogaré, fin.

Patricia y Joaquín se miraron y me miraron. —¿Estás segura de lo que quieres hacer?— pregunta Joaquín.

—Por su puesto, terminaré con él sin meterlos en problemas a ustedes por decirme. —les sonrío.

—A mi me parece fabuloso.— comenta la amiga de Joa. —Vos seguí para adelante, se ve que sos fuerte. ¿Un brindis?— me ofrece una copa de vino.

Aunque cuando llegué me negué, ahora creí necesario hacer un brindis, por mi separación de Alberto y mi unión con Joaquín. Nos quedamos hablando mucho rato, riéndonos.., creo que patricia es muy agradable y siento que seremos buenas amigas.

Patricia se fue a las diez de la noche y con Joaquín nos quedamos solos, hoy opté por no tomar de más, ya me di cuenta que cuando lo hago me suelto demasiado.

Ambos estábamos abrazados en el sillón, él acariciando mi cabello y de vez en cuando dejaba besos en mi cabeza y cara.—Que linda sos, Gachi.

Le sonreí y lo besé. —Vos también.— Joaquín me sigue el beso, pero yo me separo. —Ya me tengo que ir.— dije cerca de sus labios.

—Noo.— me dijo apretandome con sus brazos a su cuerpo. —Quédate, por favor.— me dijo como un nene y se acurrucó en mi pecho.

—No puedo, Joa.— contesté acariciando su cabello. —Mañana tengo que trabajar.

—Yo te llevo.— propuso dándome un beso en el cuello.

Ya sé lo que se propone, pero no le va a funcionar. —Joaquín, no.— dije firme.

Él se sentó derecho y me miró haciendo puchero. No me resistí, lo tomé por los cachetes y le planté un beso, Joaquín lo quiso profundizar, pero separé y acaricié su pecho. —Cuando me separe de este tipo, me quedo todos los días si quieres, pero hoy no.— sus ojos se iluminaron y volvió a besarme.

—Te amo, te amo.— dijo sin dejar de besarme, me tomó por la cintura y me subió a horcajadas sobre él. Me seguía besando y repartía besos por toda la cara. —Mañana, a penas te separes de él tomas tus cosas y te venís a instalar acá, ¿Te parece?

—Me parece perfecto.— contesto con otro beso y me bajé de él. —Chau.— Joaquín se levantó junto conmigo y me dió otro beso. —Basta Joaquín— le digo sonriendo en sus labios.

Por fin me suelta y me deja ir, nuevamente en taxi. Llegué y Alberto ya estaba en la cama. —Hola preciosa.— saluda desde su lugar y noto que está sin camisa.

—Hola, Alberto.— digo evitando su mirada.

—¿Pasó algo?

Lo miro con una sonrisa fingida. —Nada, cariño. Solo estoy un poco cansada el trabajo.

—Esta bien.— dice sin más.

Me meto en la cama y me duermo a la mañana siguiente me preparo para ir al trabajo y por primera vez en mucho tiempo desayunamos juntos. —¿Te llevo?— me pregunta.

—No, tranquilo, iré en mi auto, pero gracias.

—Esta bien linda, ¿cenamos en la noche?—propone.

—Obvio.— pero que lástima que la cena no se llegue a hacer.

—Dale, en el restaurante a dos cuadras de la empresa.— yo asiento. —Bueno, chau que voy tarde.

—Chau.— me besa y se va.

Se va y termino de desayunar tranquilamente, en todo lo que puede pasar de ahora en adelante con Joaquín, creo que pon fin podré ser feliz con él.

Tomé el auto y me dirigí a mi lugar de trabajo, donde ya todos me conocían, me saludaban y yo comencé trabajar con una sonrisa en la cara, atendiendo amablemente a todos mis clientes. Llegó la hora de mi descanso, comí algo rápido y fui a la empresa y entré tranquilamente. Había una chica en recepción que rondaba mi edad.

—Buenas tardes.— me saluda con una sonrisa.

—Buenas.— dije de igual manera. —Vengo a ver al señor Alberto Hazan.

—Si, adelante, el último piso.

—Muchas gracias.— digo con una sonrisa y me subí al elevador.

Al principio me pareció raro que la chica ni siquiera el nombre me pidió, luego recordé lo que hace este tipo y entendí todo, debe estar acostumbrada a que cualquier mujer llegue, diga eso y dejarla pasar.

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anonimook6

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los amo

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A tu mejor amigo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora