La «bludger» loca

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Al segundo en el que se acabó el capítulo anterior Lily pidió el libro, se levantó para tomarlo y cuando se sentó de nuevo comenzó a leer.

Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a Harry y Emily para que lo ayudaran en aquellas reconstrucciones;

Los mellizos rodaron los ojos con hastío. No sólo era una persona engreída sino que también un profesor incompetente.

hasta el momento, Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado de una maldición que le hacía tartamudear, Emily a un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra cosa que lechuga.

—Yo no se pero a mi me suena falso—dijo Canuto encogiéndose de hombros.

James y Lunático estaban demasiado de acuerdo con ello.

En la siguiente clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sacó a Harry, esta vez para representar a un hombre lobo. Si no hubiera tenido una razón muy importante para no enfadar a Lockhart, se habría negado.

—Se fuerte, Harry—dijo James mirando a su hijo con tristeza.

—Lo intenté—respondió Harry.

—Aúlla fuerte, Harry (eso es...), y en aquel momento, créanme, yo salté (así) tirándolo contra el suelo (así) con una mano, y logré inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus; él emitió un gemido lastimero (venga, Harry..., más fuerte..., bien) y la piel desapareció..., los colmillos encogieron y... se convirtió en hombre. Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que les libró de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo.

James y Canuto miraron el libro con los ojos entrecerrados.

—Ahora si lo voy a matar—dijo Canuto con mal humor.

—Mira a Lunático—dijo James ofendido—, es como un lobo de peluche. Es INOFENSIVO.

Lunático sonrió un poco.

Sonó el timbre y Lockhart se puso en pie.

—Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor del mejor poema será premiado con un ejemplar firmado de El encantador!

—Más ganas de no hacer los deberes.

James asintió de acuerdo con Canuto.

Los alumnos empezaron a salir. Harry volvió al fondo de la clase, donde lo esperaban sus amigos.

—¿Listos? —preguntó Harry.

—Espera que se hayan ido todos —dijo Hermione, asustada—. Vale, ahora.

Se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano. Los demás iban detrás de ella.

—Esto... ¿Profesor Lockhart? —tartamudeó Hermione—. Yo querría... sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. —Le entregó el trozo de papel con mano ligeramente temblorosa—. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado.

Los mellizos Potter y La Cámara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora