Aragog

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El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaronflores como repollos. Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas delcastillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, a los mellizos aquel paisaje no les gustaba;

Hagrid se sonrojó inmediatamente.

y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor. Los chicos habían intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.

—No podemos correr más riesgos —les dijo severamente la señora Pomfrey a través de la puerta entreabierta—. No, lo siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con esta gente.

Los profesores asintieron con la cabeza de acuerdo. Sabían que sus intenciones eran buenas pero su deber era proteger a todos los alumnos.

Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz. Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión ypreocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.

Algunas personas no podían imaginarse a Hogwarts así, otros... otros lo habían experimentado incluso peor.

Harry y Emily se repetían constantemente las últimas palabras de Dumbledore:«Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.» Pero ¿con qué finalidad había dicho aquellas palabras?

—Nunca entendíamos a Dumbledore—dijo Emily con un toque de diversión.

—Nunca—repitió Harry igual que ella.

¿A quién iban a pedir ayuda, cuando todo el mundo estaba tan confundido y asustado como ellos?

—Y entre todas las mentes brillantes fuimos a pedir ayuda a la más idiota—dijo Alice sonriendo.

Los merodeadores 2.0 rieron.

La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender. El problema era que no parecía haber quedado en el castillo ni una sola araña a la que seguir.

—Así se debió haber quedado—gruñó Ron.

Algunas veces aún tenía pesadillas con las aquellas arañas.

Harry, Emily y los demás las buscaban adonde quiera que iban, y Ron los ayudaba a regañadientes. Además se añadía la dificultad de que no les dejaban ir solos a ningún lado, sino que tenían que desplazarse siempre engrupo con los alumnos de Gryffindor. La mayoría de los estudiantes parecía agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero a Harry y Emily les resultaba muy fastidioso.

—Estaban encima de ti todo el tiempo—murmuró Alice haciendo una mueca.

—Alguien debería estar encima de ustedes todo tiempo si queremos que sobrevivan—le respondió Lily.

—Para eso tenemos a Sirius y June—respondió Emily encogiéndose de hombros.

—Se ven muy buenas personas pero eso es porque no los han visto enojados—añadió Harry—, se transforman.

Luke, Emily y Alice asintieron completamente de acuerdo.

—Y aún así se metían en cada problema—murmuró June.

Los mellizos Potter y La Cámara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora