Los mellizos Potter y La Cámara Secreta

Tenemos que hablar

Al segundo en el que el director Dumbledore terminó de hablar los murmullos de expandieron por todo el Gran Comedor.

De pronto se escuchó un fuerte grito y un golpe. Dora acababa de correr hacia June gritando su nombre y la había derribado al suelo haciendo que las dos cayeran haciendo un estruendo.

–¡Ay! Que hija de puta.–Se quejó June en el suelo.–Diosito no me da trasero y tú me estás matando lo poco que me dió.

–Exagerada.–Dijo Dora rodando los ojos, después soltó una risa.–Te recompensó con ojos hermosos.

–¡Tu puedes cambiarlos al color que gustes todo el tiempo!

–Si, tienes razón, soy mejor que tú.

–Pero yo soy más sexy.

Ambas rieron y se levantaron del suelo.

–Te extrañé mucho.–Confesó June sonriendo a medias.

–Yo también.–Le respondió Dora.–Me dejaste con los cavernícolas. Y Sirius casi tuvo un infarto.

–¿En que parte van?

–En el primer libro.

–¿Apenas? Llevan aquí como una semana.

Dora se encogió de hombros.

–Creo que June me va a engañar con Dora.–Le susurró Sirius a Remus, pero ambas mujeres lo escucharon y rieron.

June miró a Dora con picardía.

–Ven aquí, bebé.–Dijo exageradamente y abrió sus brazos.

Dora se lanzó hacia ella y se abrazaron de nuevo. Remus y Sirius rieron divertidos. Sirius se acercó a Dora y la empujó para poder abrazar a June.

–¡Ey!–Se quejó la mujer de ojos avellana.–Acabas de empujar al amor de mi vida.

–Sobrevivirá.–Respondió Sirius con diversión. Acercó su frente a la de June y sostuvo a la mujer por la cintura como si fueran a bailar.

Ambos cerraron los ojos.

–¿Qué pasó?–Susurró June, sabía que cuando Sirius hacía eso algo había pasado.

–Creo que es hora de hablar con él.

–¿Con quién? ¿Con James?

Sirius negó.

–Con Regulus.–Murmuró June segundos después, no era una pregunta, era una afirmación.

Sirius asintió.

–¿Estás listo para esto? ¿Quieres que esté ahí para ti?

–Me siento listo, ha pasado mucho tiempo. Creo que lo mejor es que resuelva esto entre él, yo del pasado y, bueno, yo.

–Demasiados "yo" en una expresión.–Dijo ella para hacerlo reír.

Sirius soltó una carcajada y asintió.

–Anda, ve y habla con tu hermano.

Sirius la besó y se acercó a donde Canuto y Regulus se encontraban. Ambos estaban parados juntos pero no decían nada, la situación se sentía completamente incómoda. Al observar a Sirius acercarse ambos se estiraron y lo miraron con curiosidad, como si él fuera a solucionar aquello.

–¿Qué?–Preguntó Sirius confundido al ver que todos lo veían.

–¿Cuándo pasó? ¿Cómo?