Secretos Ocultos

CAPÍTULO 5

Después de que Aitan se haya ido, decidí tratar de no pensar mucho en lo que dijo y me senté en mi sillón para leer.

Luego de unos minutos terminé el libro y me puse mis zapatillas para ir a la biblioteca y dejarla para poder escojer otra.

Paso por la clínica saludando a las enfermeras con la cabeza y ellas se alegran de verme salir de mi cuarto. Claro, después de dos años por fin salgo de esas cuatro paredes.

Cuando llego a la biblioteca, dejo el libro en su lugar y me pongo a buscar otro en la sección de misterio. Paso mis dedos entre los cientos de títulos que veo, pero ninguno me llama la atención. Siempre digo: "si el título no es bueno, no dan ganas de leerlo", aunque claro, no debes juzgar a un libro por su portada y eso.

Sigo caminando entre el pasillo cuando siento a alguien al lado contrario de los estantes.

— No dijiste nada, ¿No?

Me detengo y acerco mi cara entre dos libros para ver quiénes son.

— No. -Aitan se tira del cabello con fuerza- Tengo que aprender a no hablar mucho.

— Sí eso sería bueno -se cruza de brazos Poul- ahora dime, ¿por qué la fuiste a ver?

— Pues porque no le dijo nada a Phishman, y se lo agradezco mucho, estaría jodido en estos momentos si se llevará a enterar de la fiesta.

— O la que va a haber hoy en la noche en el bosque.

"¿Qué?"

— Shhhh -lo calla Aitan- acuérdate que es secreto, solo lo sabemos nosotros y los demás.

— Claro, solo espero que esta vez a Lua no lleve a su amiguita.

Frunzo el ceño y veo como Aitan menea la cabeza mientras sonríe.

— Yo espero lo mismo, no me gusta tener que fingir, ¿Sabes?

¿Fingir? ¿Fingir qué?

— A mi tampoco, por eso -pasa su brazo por el hombro de su amigo- hoy día solo es fiesta privada.

Ambos ríen y empiezan a caminar dirección a la salida.
Yo me separo de él estante, pero cuando lo hago, unos libros caen al suelo.

— ¿Qué fue eso? -escucho decir a Poul y maldigo entre dientes.

— Tal vez una enfermera.

Recojo los libros y los pongo rápido en su lugar mientras me paso a otro pasillo más lejos.

Saco mi cabeza por un lado y veo como hablan algo pero no los escucho por la distancia, luego de unos segundos salen por la puerta y salgo de mi escondite.

Bueno, bueno. Al parecer algunas personas se van de fiesta y no me invitan... ¿Por qué? ¿No les caí bien? ¿Por qué tienen que fingir?

Olvido por completo que tengo que escojer un libro y me dirijo directo a mi cuarto.
Hoy día tengo una fiesta y tengo que ir preparada.

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Cuando es media noche yo ya estoy preparada para salir. Me puse unos jeans junto con unas zapatillas, una blusa morada suelta y mi polera negra de siempre.

Escucho afuera de mi cuarto a las enfermeras caminar de un lado a otro y veo por debajo una luz, no puedo salir todavía. Espero unos minutos caminando de un lado a otro hasta que ya no escucho bulla y me fijo por debajo de la puerta que no hay luz. Es hora de salir.

Abro la puerta con cuidado tratando de no hacer ruido, lo dejo un poquito abierto y por ese hueco chiquito trato de salir, soy delgada así que me es fácil. Cierro la puerta tras de mí y empiezo a caminar lo más silencioso que puedo y llego hasta las escaleras, bajo una por una hasta llegar al primer piso.