Luego de unas horas, ya es de día.
No pude cerrar los ojos ni por un segundo, igual ni sueño tenía.
Llegó Carol y me dio mis medicinas junto con mi desayuno, hablamos un poco de cómo me sentía y si tenía algún dolor cerca al pecho, le dije que estaba todo normal y se fue.
Cuando sale por la puerta, me acerco al sillón y cojo el libro que escogí el otro día.
Estoy llegando a la parte más importante del libro cuando alguien toca a mi puerta y me veo en la obligación de ponerle una pausa a la lectura y levantarme para abrir la puerta.
-¿Quién es? -pregunto mientras la abro. -oh tú.
Poul me saluda con la mano y pasa por mi lado.
-Claro que puedes pasar, adelante. -digo en tono sarcástico mientras cierro la puerta.
Escucho que se ríe y se sienta en el sofa, me acerco y me siento a su lado.
-Y, ¿qué tal?
-Bien, ¿tú?
-Igual. -pasa sus brazos por detrás de su cabeza.
-¿Para que viniste? -le pregunto.
-Qué, ¿ahora no puedo venir a verte? -acerca su cara a la mía y la aparto con un golpe en el cachete suave.
-No es normal en ti, ni en nadie -me río- siempre vienen por algo.
Suspira y asiente.
-Tienes razón pequeña -me señala- vengo por algo, que solo tú me puedes dar.
-Y es... -muevo la cabeza mientras se acerca cada vez más a mi rostro.
-Esto -dice antes de juntar sus labios con los mios.
Nos damos un beso apasionado, nuestros labios se mueven con deseo y las lenguas juegan entre ellas tratando de unirse y no separarse. Poco a poco, quedo bajo de él y pone una pierna entre mis muslos y con una mano agarra mi cadera para apretar en ella.
-Espera -lo detengo y él suspira separando nuestros labios.
-¿Ahora qué pasa?
Yo me recompongo y bajo la vista, mala idea. Al parecer los dos no somos los únicos que se emocionaron. Aparto la vista de ahí con toda la sangre de mi cuerpo en mi cara.
-¿Esto es normal en amigos? -le pregunto.
-¿Qué?
-Ya sabes, toquetearse, besarse y eso -me alzo de hombros.
-No lo sé -responde- creo que eso es de enamorados. -hace una mueca.
-Sí creo -respondo en un susurro.
-Bueno, somos amigos así que no podemos hacerlo, ¿no? -me mira a los ojos, dios como me encanta su mirada.
-Sí.
-Solo los enamorados y los esposos pueden -asiento- bueno, no podemos casarnos ahora así que...-alarga un poco las palabras.
Ay no me digas que
-Querida Jolie -se levanta del sillón, me mira y baja una pierna y la otra la tiene levantada- me harías el honor de ser mi señorita enamorada y poder besarnos, toquetearnos y todo lo romántico que hacen las parejas.
Yo me río y él me sonríe.
-No lo sé señor, tendría que pensarlo -miro a otro lado y me toco la cien como si estuviera pensándolo.
-Oh vamos.
-Es broma -me río- me gustaría ser tu señorita enamorada.
Él se levanta y deposita un suave beso en mis labios. Justo en ese momento su celular vibra y gruñe mientras se separa y contesta.
-Diga -se acerca a la ventana- ¿En serio? -hay un silencio y escucho que maldice en voz baja- ya voy.
-¿Pasa algo? -me acerco cuando cuelga y guarda su celular.
-Nada pequeña, pero debo irme -me da un bezo en la frente- luego te veo.
-Claro.
Veo que se va y me quedo parada en la ventana. ¿Me estará ocultando algo? Ni bien vamos unos minutos como pareja y ya estamos con secretos, bueno, yo también tengo los míos.
En eso mi celular me avisa que me llegó un mensaje, me acerco a la mesita y veo que es del desconocido. Abro el mensaje y leo.
En el lugar más oscuro, es donde están los más grandes secretos. Si quieres descubrir alguno, ven al bosque, a la cueva de la fiesta del otro día, sé que la conoces muy bien.
-Anónimo.
Otro mensaje más de ese anónimo. Otra cosa más porque preocuparme. Genial, ahora tengo que ir al bosque supongo. ¿Lo peor? Ya casi es de noche.
Me pongo la polera gris que tengo tirada a un lado, guardo mí celular en el bolsillo y salgo, como siempre con cuidado a que nadie me vea.
Cuando llego al último piso, salgo por la puerta de atrás y empiezo a caminar rápido hacia el bosque. Lo único de luz que hay es la luna, menos mal está llena y me alumbra aún más de lo que esperaba.
Trato de recordar por donde era la cueva y empiezo a caminar. De pronto, escucho un ruido fuerte junto con un aullido y empiezo a correr.
No me detengo por nada del mundo hasta que llego a la cueva y veo una luz salir de ella.
Entro y me pongo tras unas rocas grandes, lo suficiente para que no me puedan ver.
Saco mi cabeza por un lado y no puedo describir lo que está frente a mis ojos. No me lo creerían, nadie lo haría, ni yo me lo creo.
Veo a Freddie, con la camisa rasgada y convirtiéndose en un animal, en un lobo. Por otro lado está Lua haciendo que aparezcan más de ella, como unas cinco Luas veo al frente. A su lado Aitan empieza a golpear cosas hasta dejarlas hechas polvo. Jess en una esquina solo se toca la cabeza y cierra fuerte los ojos mientras Poul camina de un lado a otro con unas gotas de agua volando a su lado.
Salgo de mi escondite literal, saltando y me planto delante de todos ellos.
-¡¿Pero qué cara..?! - no termino de hablar cuando me desmayo y escucho a todos maldecir.
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Secretos Ocultos
RandomUn día eres una adolescente normal, disfrutando de la vida y estando con las personas que más amas. Al segundo, te internan en el hospital. Mi vida dio un giro de 360 grados, me sentía sola, hasta que los conocí a ellos. Las únicas personas en quien...