tarde o temprano [TWDG] clouis

Cossak never say die

Clem giró la cabeza mirando a la mujer a la que le pertenecía la voz. Salió de la cocina incluyéndose en la conversación, cocinaba comida especial específica para personas con algún problema. No era alta, le recordó ligeramente a Carley, lo poco que recordaba sus facciones debido a su prematura muerte. Tenía el pelo canoso que llegaba a su pecho, lo que más le llamó la atención fue su abultado vientre propio de un embarazo, aunque parecía algo mayor para ser madre.

-¿Has dicho Lee?

Ninguna de las chicas respondió de primer momento sintiéndose algo abrumadas por las insistencias de la adulta y el que hubiese entrado en la conversación sin preguntar.

-¿Lo conocías?-preguntó la chica casi en un susurro, la pregunta se dio por contestada.

-¿Está muerto?-Clem asintió lentamente con la cabeza, aquello pareció atravesar una flecha en los lejanos recuerdos de aquella mujer.-¿Lo asesinaron?

Clementine negó con la cabeza.

-Lo... Mordieron. Hace muchos años ya.-explicó la joven.

La mujer volvió a asentir, sacó un paquete de tabaco del bolsillo del delantal y lo colocó en su boca, el fumar parecía un requisito en Delta.

-Yo... Soy... Bueno, era. Su... Ex-mujer. Lo conocía bien.

La conversación se acabó en cuanto la puerta sonó, aquella mujer apagó el cigarro a la mayor velocidad que pudo y Sophie y Fatema se pusieron totalmente derechas en posición de trabajar, Clem decidió imitarlas. Elin entró en aquel piso, no iba cargando ningún arma, eso era extraño e hizo que el estado alerta de la joven se activase.

Sin saludar a nadie se acercó esquivando a las cuatro mujeres que tenía delante, una de las ancianas que había estado callada todo el día desde que Clementine había entrado giró los ojos hacia ella y una leve sonrisa se dibujó en su rostro para instantáneamente volver a tener una mirada perdida. Era una mujer muy mayor, con un pañuelo en su cabeza como si llevara una especie de hiyab. Elin se sentó a su lado de una manera dulce y ambas comenzaron a hablar en un idioma que Clem no conocía, ni siquiera había notado ningún acento en la rubia. Recordó haberlo escuchado una vez, a un hombre que casi la mataba. Arvo. Por lo que aquel idioma debía de ser ruso, polaco o incluso ucraniano.

-Privet, nana.-dijo la mujer mirando a la anciana.

Pero aquellos celestes ojos estaban vacíos, parecidos a los de un caminante, vagando sin vida día tras día. Al sentir la mirada sobre ellas, Elin giró la cabeza hasta las jóvenes, con el ceño fruncido dándoles una especie de aviso. Estas se dieron la vuelta y comenzaron a recoger, pero Clementine no apartó la mirada de la rubia.

-¿Kak proshel den'?-tampoco hubo respuesta de parte de aquella mujer.-Nana.-volvió a llamarla.

Pero aquella mujer no parecía reaccionar, Clem dudaba que pudiera hacerlo. Elin suspiró, como si se hubiera rendido, pensó un momento, parecía estar pensando en recurrir a algo imposible. Resopló algo enfadada y de nuevo llenó sus pulmones de aire.

Comenzó a chasquear sus dedos al ritmo de una canción que solo conocían las dos, pero la anciana tampoco pareció reaccionar a eso, como si le costase mantenerse en el mundo real, en realidad, a todos los que quedaban respirando sobre el mundo les pasaba. Elin cogió aire y comenzó a cantar con la esperanza de que la anciana volviese de nuevo y le dedicase una sonrisa.

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Solo fue esa vez cuando la longeva mujer pronunció alguna palabra, ambas sabían la canción a la perfección, quizás aquella mujer no sabía comunicarse con nadie más en aquella habitación. Por una vez, Elin no le pareció la vil, cruel y perversa mujer que sabía que era. Pero también sabía que cada uno llevaba el sufrimiento en sus espaldas y reaccionaban al dolor de manera distinta. Kenny era el mejor ejemplo, era un hombre dispuesto a hacer cualquier locura por su familia, verla deshacerse en sus propias manos hizo que llegase a enloquecer, pero jamás fue malvado. También pensó que comparar a cualquier persona con alguno de los supervivientes con los que había convivido era sumamente egoísta.