CAPITULO 2 TERRENCE GRAHAM BAKER

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Terrence llego a la mansión donde vivía ya desde hace tiempo con su madre Eleonor Baker, ella lo vio llegar de humor pero veía que tenía una pizca de decepción, tal vez las cosas no salieron con él hubiera deseado.

-Buenas noches hijo, ¿Qué tal te fue?

-Bien, mama, solo que...

-¿Viste a la joven que me habías comentado?

-Si la vi

-¿Ya le hablaste? Recuerda que el doctor dijo que debías...

-Si madre ya lo sé, que debía seguir con mi vida y eso estoy tratando, solo que a veces pierdes el ánimo por cosas...

-¿Acaso es casada?

-No, no es tan grave

-¡Oh! Entonces tienes oportunidad hijo

-Sí, aunque espero que nunca se entere de lo del...ya sabes...

-Si se entera creo que comprenderá, si llega a amarte cariño

-Quizás pero quizás no...

-Mejor ve a descansar, mañana tienes ensayo

-Lo se madre, es tan complicado ser hijo de una actriz famosa de Broadway ¿Lo sabias?

-No te quejes y ve a dormir

-Ya voy

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Al día siguiente salió temprano como es costumbre de su hogar, dejando a su abuelo y hermana aun dormidos pero con el desayuno listo, cuando en ese momento sintió unas manos masculinas rodearle la cintura, por impulso iba a golpearlo pero...

-¡Hey! Amor soy yo

-¡Anthony, no hagas eso!

-Lo lamento, mi vida te extrañe –La atrajo hacia el posesivamente para darle un beso que ella gustosa acepto

-¿Cuándo será el día que pueda enojarme contigo más de cinco minutos? –Pregunto divertida

-Espero que nunca...

-¿Me acompañas?

-¿A dónde vas? Es muy temprano para trabajar

-Ya lo sabes, mi amor, voy a una audición

Anthony miro el folleto y sin poder evitarlo soltó un suspiro de frustración -¿De nuevo, Candy? ¿Cuándo estaremos un día, juntos?

-Ahora estamos juntos

-Sabes a que me refiero

Candy lo miro molesta –Esto es importante para mi

-Sí y es más importante que yo, al parecer

-No es así, pero... ¿Porque no me puedes comprender?

-Candy los actores no son bien vistos en la sociedad

-Me importa un bledo lo que sea bueno o no para los de tu clase

-Pronto serás parte de ellos

-No es así

-Claro, si te casas conmigo y sé que lo harás –La volvió a besar más apasionadamente –Te necesito –Susurro seductoramente –Quiero estar contigo, mi amor

-Se me hace tarde –Susurro sintiendo que sus piernas flanqueaban de la voz tan sensualmente con la que le hablaba el joven rubio y de unos hermosos ojos azules como el cielo que tanto adoraba.

-No importa, quédate hoy conmigo

-Primero la audición

-Después el trabajo y hasta el último yo ¿no? –La soltó

-Por favor, ven conmigo

-¿Tengo elección?

Candy le sonrió dulcemente, sabiendo que había ganado lo tomo de la mano para halarlo hacia el automóvil que estaba frente a ellos.

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-No....no.... ¡Nooo!

Terrence despertó sobresaltado, con sudor frio que recorría por su frente y cuerpo, hacía semanas que no tenía aquella pesadilla, hace tiempo que no sentía esta culpa que lo consumía por dentro.

-No –Se abrazó mientras trataba de tranquilizarse, aunque en aquel momento llego su madre preocupada, quien al verlo de inmediato lo abrazo

-Tranquilo cariño

-¿Porque? –Comenzó a llorar –Ma...mama...no...por...

-Calma, Terry, no pasa nada hijo, aquí estoy –Lo abrazo más fuerte –Desahógate, no pienses en nada mi amor

Terrence solo se sujetó de Eleonor, dejando salir todo lo que sentía en aquel momento, dejando que su madre lo cubriera, quería sentirse protegido y esa calidez que ella desprendía lo hacía sentirse así, seguro y tranquilo.

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Anthony estaba fastidiado, llevaban ya media hora esperando a que los directores hicieran pasar a los concursantes para el casting de Romeo y Julieta, parecía interminable aquello, pero veía la cara de nervios y emoción de Candy y por eso decidió callar.

Pese a todo amaba a la rubia, no importaba que no compartieran las mismas ideas, o los gustos, los pasatiempos o las mismas amistades o que ella no fuera de la clase de él y su familia, la amaba.

-Buenas tarde señoritas y señores, gracias por venir, por favor pasen, los estamos esperando

Candy emocionada y nerviosa paso junto a las demás concursantes, dándole una mirada de nervios y susto a su novio quien le sonrió dándole ánimos para que siguiera.

Una vez dentro el director quien dirigiría aquella obra en uno de los teatros de New York, (Apollo) y un director no tan experimentado, según tenía entendido Candy, que era James Patterson, quien buscaba nuevas estrellas para su obra, aunque él ya tenía a su Romeo perfecto, necesitaba una Julieta perfecta, muchos habían insistido que Susana Marlowe sería su mejor opción pero él no quería a aquella joven que se le hacía falsa y hipócrita, necesitaba alguien fresco y que no fingiera los sentimientos al actuar, que amara hacer su trabajo como actor y que pudiera sentir las emociones de Julieta.

-Buen día Señorita, caballeros, lamento decirles a los caballeros que el papel de Romeo, si es que lo deseaban ya no está disponible, pero aún tengo otros roles que estoy seguro les agradara –Algunos pusieron cara de desagrados, molestia y frustración, pues todos deseaban el protagónico –A las señoritas, les pido den su mejor esfuerzo pues busco a mi perfecta Julieta –Sonrió mirando a las jóvenes –Suerte a todos

Antes de que continuaran se abrió la puerta del teatro y...

-¡Ah! Mi Romeo aquí este, gracias por venir

Terrence se acercó a él, mientras Candy lo observaba sorprendida sin poder creer lo que sus ojos veían, no podía creer que un tipo como el, pudiera ser actor.

"Terrence Baker" pensó mientras lo miraba, de pronto los zafiros azules intensos chocaron contra los verdes esmeralda y una sonrisa se formó en el joven al ver que el destino tenía algo muy hermoso para él.

BUSQUEDA DE LA FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora