CAPITULO 9 EL TIEMPO LO CURA TODO I

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Pasaban los días desde su rompimiento con Anthony, el joven había tratado de buscarla y de platicar con ella, pero afortunadamente ella siempre se encontraba en compañía de Terrence, a quien ya consideraba su amigo, pasaba tiempo con el después de los ensayos, durante los ensayos y hasta en el trabajo, pues él le ayudaba.

Sentía que mientras más tiempo pasara con Terrence, poco a poco el recuerdo del amor que alguna vez le tuvo a Anthony, desaparecía lentamente de su mente, pero no podía depender de nadie, ella debía combatir su lucha interna, una lucha donde aún tenía un camino largo por delante, pues aún le dolía la traición de su hermana.

Se encontraba en su trabajo tratando de concentrarse pero era algo un poco imposible, pues aún estaba su mente pensando en todo lo que había pasado y más que nada lo rápido que había ocurrido todo aquello, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un joven castaño.

-Si sigues así, una mosca se meterá a tu boca, señorita pecas

La joven miro molesta a Terrence quien solo sonrió –No me llames así, ya te lo he dicho

Él le miro inocentemente antes de agregar -¿Cómo, pecosa?

-Terrence... -Murmuro amenazante

-Vamos no te enojes, se te ven más las pecas, señorita pecas jajajaja

-Basta, Terrence

-Está bien, no te enojes era juego, Candy ¿Terminaste?

-Si ya podemos irnos

-Bien, me encantaría que me acompañaras a una reunión

-¿Reunión?

-Es casa de mi madre, Eleonor Baker

-¡Eleonor Baker! claro que voy

-Sabía que no te negarías –Dijo rodando los ojos

-Entonces vámonos ya. –Se volteó un momento para hacerle señas a su jefe que ya se iba, este simplemente le dio una seña con su mano indicándole que estaba bien.

Ambos jóvenes salieron de la cafetería para dirigirse a la casa de Terrence, pero fue una sorpresa para Candy observar que había un automóvil esperándolos, ambos subieron sin decir nada, imaginaba que al ser hijo de una actriz tan reconocida debía tener dinero aunque él siempre le había dicho que no tomaba dinero de Eleonor, si vivía en su casa pero incluso el trataba de ayudar siempre a su madre, por lo cual le sorprendió aquella situación pero prefirió hablarlo en privado con el después.

Al llegar a la mansión Baker, ambos descendieron lentamente del automóvil y se dirigieron al salón donde se encontraba la señora Baker, atendiendo a otros actores, directores y productores de New York, al ver entrar a su hijo, inmediatamente fue a saludarlo disculpándose con las personas que tenía enfrente.

-Hola, cariño

-Hola, mama, mira te presento a Candy White

-Mucho gusto, Candy

-Igualmente –Susurro nerviosa la joven –Es un...gran placer conocerla

-Gracias, eres tan hermosa como me ha dicho mi hijo –La rubia y el joven se sonrojaron levemente –Me alegra conocerte por fin, por favor hijo acompañara –Dijo guiñándole un ojo antes de retirarse

-Tu mama es una persona simpática –Dijo sonriéndole dulcemente

-Sí, perdona por lo que dijo

-No sabía que me encontrabas hermosa –Dijo burlándose del joven

-Eso y más –Aquello no se lo esperaba por lo que se sonrojo nuevamente

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