BUSQUEDA DE LA FELICIDAD

CAPITULO 19 LA VERDAD DE TERRENCE

CAPITULO 19 LA MALDAD DE SUSANA MARLOWE II

A veces la maldad de las personas nunca tiene límite y menos cuando una persona esta tan obsesionada con alguien más, pues ya no está consciente de lo que dice ni de lo que hace, cuando una persona cruza esa delgada línea entre el bien y el mal, entre el amor y el odio, como del amor a la obsesión.

El amor... ¿Cuándo deja de ser amor sano? Cuando no aceptas la realidad, cuando no aceptas que no te ama o no le gustas a la otra persona, cuando una persona no te corresponde es mejor aceptarlo y dejarlo por la paz pero ¿Qué pasa cuando no lo aceptas? Peor aun cuando llegas a la conclusión de que si no es tuyo no será de nadie ¿Qué pasa? Entonces pasa que ya no es amor o gusto es...una obsesión ¿Hasta dónde puede llegar?

T.G.G

Terrence estaba en la mansión Baker donde se sentía morir, no sabía qué hacer, Candy ahora lo odiaba y todo por una verdad a medias, una verdad irreal que solo existía en la mente de Susana Marlowe.

-¿Terry?

-Ahorita no mama

-Pero...

Terrence movió negativamente la cabeza a su madre y siguió su camino, por ahora no quería pelear no quería hablar con nadie, no deseaba hablar con del tema con nadie.

Eleonor miro con mucha preocupación a su hijo, sabía que la estaba pasando muy mal por culpa de Susana...

-Hasta donde llegara tu maldad Susana Marlowe –Pregunto a la nada suspirando pesadamente, pensando que debía hacer algo para poder salvar a su hijo de la maldad y obsesión que esa mujer tenía por él.

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En la mansión Marlowe, se encontraba una Susana bastante desquiciada, sonriendo y a la vez llorando...

-Tú te lo buscaste –Murmuro riendo con desesperación dejando escapar lagrimas de sus ojos –Te dije que no te metieras

Rio nuevamente con histeria y locura, sus ojos se tornaron negros al parecer pero con un brillo de locura.

-Susa...

-¡Aaaah! –Grito tomando con sus manos en la cabeza con desesperación mirando aquel cuerpo y soltando el cuchillo –No –Murmuro dejándose caer dejándose vencer por el dolor y la realidad de lo que había hecho, ya que se había dado cuenta por fin, como si le hubieran echado una cubeta de agua fría encima.

-Su...

-No...

Miro el cuerpo inerte y miro aquellos ojos cafés claros que le miraban con sorpresa, dolor y tristeza, pena tal vez, entonces la vio sonreír también –Mama –Susurro tomándola llorando al ver que aquellos ojos se quedaban sin vida, viendo sus manos ensangrentadas dándose cuenta de lo que le paso.

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Candy se encontraba en su casa cuando de pronto alguien toco con desesperación la puerta, de inmediato fue a ver y para su sorpresa vio a la persona menos esperada en ese momento.

-¿Qué...?

-Candy es Anthony –Susurro apresurada –Esta muy grave

-¿Qué? –La rubia sintió su corazón partir en dos al escuchar eso

-Se está debatiendo entre la muerte y la vida –La pelinegra soltó lagrimas –Tuvo un accidente, Candy...

La rubia no dijo nada, solo tomo sus llaves y salió junto a Annie para poder ir al hospital donde estaba Anthony, el daño que le hicieron fue enorme en su momento pero realmente tampoco le deseaba ningún mal a ese rubio que en un momento fue el amor de su vida.