Pasó una semana desde que Keigo estaba en la casa de Toya, conoció a mayor detalle a sus cuñados y se sentía como en casa, pero había un problema, no fue capaz de comunicarse con el padre de su hijo desde que se fue.
-Seguro no tiene señal- habló su amiga.
-¿Una semana si señal?- preguntó Keigo- ¿No creeras que...?- habló un poco temeroso.
-¿Abandonarte? No creo- respondió su amiga- Igual, admito que es un poco extraño todo, ¿a qué se había ido?
-Me dijo que su padre se había metido con las personas equivocadas y que él tenía que ir a calmar las cosas- respondió.
-¡Eso! Preguntále al padre si pudo comunicarse con él- aconsejó Johana.
-Tienes razón, aunque no está en la casa...- Keigo se quedó confundido en medio del pasillo- Juro que él estaba hace un rato acá.
-¿Se habrá ido?- preguntó Johana.
-No lo sé, él siempre me avisa donde se va y a que, porque básicamente estoy a cargo de su agenda- Keigo buscó por toda la casa y se dio cuenta que no había nadie en esta- Ehh... boluda- llamó a su amiga- No hay nadie en la casa y estaban todos hace un rato acá- sus piernas comenzaron a temblar.
-¿Qué?- preguntó ella- Se corta, no te escucho nad...- la llamada se cortó.
-¡Internet de mierda!- insultó y trató de colocar los datos para llamar a su amiga de vuelta ya que la situación lo estaba asustando un poco.
Un sonido proveniente de la cocina llamó su atención, el teléfono fijo estaba sonando- ¿Quién llama por teléfono fijo en estos tiempos?- se preguntó en su cabeza.
Se acercó rápidamente y con sus manos temblorosas atendió el teléfono- ¿Hola?- preguntó.
-...- no se escuchaba nada del otro lado de la línea.
-¿Hola?- repitió.
-...- el silencio también se repitió.
Cuando estaba apunto de cortar alguien llamó por su nombre- ¡Keigo!- escuchó una voz conocida hablarle.
-¡¿Toya?!- exclamó- ¿Qué pasó? Hace una semana que no tengo noticias tuy...-
-Keigo escúchame- interrumpió Toya- Tienes que salir de mi casa, vuelve a tu casa rápido y llama a la policía cuando estés ahí- ordenó.
-¿Qué?- preguntó confundido- Me estás asustando, ¿Qué pasó?
-Solo hazlo, ¡Vete de la casa ahora mismo!- la llamada se cortó.
El corazón del rubio palpitaba a más no poder, ¿irse de la casa y llamar a la policía? Estaba muerto de miedo, pero reaccionó y salió de la misma, se percató de que el auto de su jefe estaba estacionado frente de la casa, pero no había nadie dentro, ¿Qué le habrá pasado?
Antes de seguir su camino a su casa, tomó su celular y mandó su ubicación a tiempo real a su amiga- Por las dudas- escribió como mensaje cuando se lo mandó.
Pasaron 40 minutos desde que emprendió su viaje desde la casa de Toya a la suya, su pies le dolían de tanto caminar y tenía nauseas a causa de su embarazo, pero lo que más le causaba inquietud era el no saber que estaba aconteciendo. Llegó al edificio de su departamento y subió por el ascensor hasta su piso, todo lucía bastante normal para él, abrió la puerta de su casa y lo primero que hizo apenas entró fue llamar a la policía.
-¿Qué le iba a decir?- se preguntó, no sabía que estaba sucediendo, pero en su interior sabía que su alfa estaba en peligro.
-Hola, marcó al 911, ¿En que podemos ayudarle?- habló una chica amable.
-Hola si...- de reojo vió alguien a su lado, pero antes de que pudiera hacer algo sintió como una mano con un pañuelo tapaban su boca y nariz- ¡MHH!- trató de gritar, pero no podía emitir voz alguna, lo única que podía hacer era respirar un olor bastante fuerte del pañuelo que lo estaba ahogando.
-¿Hola?- preguntó la chica desde la línea del 911.
Keigo quería gritar que lo ayudaran, pero sus cuerpo se estaba cansando cada vez más, sus ojos se cerraban con el pasar de los segundos, estaba quedando inconsciente, sintió como lo soltaban haciendo que cayera en el suelo, trató de moverse, pero estaba muy cansado- Lo tenemos- escuchó la voz del hombre que lo atacó y luego se sumergió en un sueño profundo.
-¿Hola?- volvió a repetir la operadora.
El hombre agarró el teléfono y cortó la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-
FanfictionDos chicos vivían su vida como ninguna otra hasta que un día la pandemia del Covid-19 llegó a su país, ¿que hará nuestro omega favorito encerrado en su departamento por meses? Y aún peor, ¿Teniendo a un alfa de vecino?