2- Encuentro

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-Todos los temas que vimos hoy entrarán en el examen del lunes- aclaró el profesor desde su cómoda casa utilizando una plataforma de videollamadas virtuales.

-¡Examen el lunes!- gritó sorprendido Keigo, puesto a que no sabía que rendían el lunes y que tampoco pudo entender nada de lo que vieron esta clase por la mala conexión de internet- ¡Te odio "Lar-Net"!- maldijo a su empresa de internet.

-Eso fue todo por hoy chicos, nos vemos la próxima clase y acuérdense ¡Todos con cámaras!- advirtió el profesor y luego dio por finalizada la reunión.

Cerró su notebook y soltó un suspiro de cansancio, le dolía su cuello y espalda de todo el tiempo que estuvo sentado trabajando y en clases. Se sorprendió al sentir algo refregándose en sus pantorrillas, al ver abajo se encontró con su pequeñas mascota "Piper"- Hey- dijo el y la tomó con sus manos, esta lo único que hizo fue seguir ronroneando- Yo sé que no te presté mucha atención últimamente, pero realmente este mes fue muy estresante con esto de la pandemia, literal nunca tuve tantos trabajos prácticos de la universidad o clases o exámenes- por cada actividad que nombraba perdía mas la esperanza de que todo se iba acabar pronto.

La gata, como cualquier otro gato, no le respondió solo siguió reclamando caricias hasta que no las quiso más y se lo hizo saber con un fuerte mordisco en la mano- ¡Au!- exclamó de dolor Keigo- Gata mala- dijo enojado y la bajó de sus piernas. Observó su computadora, sus ojos ardían de tanto mirarla, largó un suspiro- Solo me falta un trabajo y termino... pero antes un recreo- sonrió ante su decisión y antes de levantarse de la silla se estiró en esta.

Salió de su habitación y se dirigió hacia la heladera, era verano así que el día estaba para algo refrescante, de esta sacó un par de bananas, leche y hielos, luego se dirigió a la alacena, sacó el azúcar y por último la licuadora.

Colocó todos los ingredientes en esta y comenzó a licuar todo- Mmh- soltó al probar el licuado, se dirigió hacia el balcón de su apartamento a tomar su bebida al aire libre y poder despejarse un poco de la universidad y el trabajo.

Al salir del interior de su casa se percató de que otra persona se encontraba en el balcón de al lado, dirigió su mirada hacia esa persona disimuladamente, pero esta lo estaba viendo fijamente. Esto provoco un sonrojo en él, no sólo porque lo estaba viendo fijamente, sino porque le resultaba jodidamente atractivo.

El chico era alto, unos 6 cm más que el, poseía una cabellera de color rojo totalmente despeinada, pero no le quedaba mal, su tez era pálida y sus ojos de un color celeste penetrante. Estaba vestido con una remera color blanco, encima una chaqueta negra arremangada, unos pantalones jean negros con un cinto blanco y unos zapatos del mismo color que el pantalón. Si no fuera lindo sin dudas diría que era un psicópata, ¿usando jeans y chaqueta negros en pleno verano? Sólo un psicópata haría esas clases de cosas.

Tímidamente Keigo lo saludó con su mano y una sonrisa, el chico dirigió su mirada hacia los labios del rubio, ocasionando un ruborizado mayor en este- Tienes un poco de licuado- dijo fríamente y luego señaló la parte superior del labio que a su vez está debajo de la nariz.

Keigo se limpió rápidamente mientras reía vergonzosamente- Gracias por avisar- agradeció y luego se metió a dentro de su casa con su corazón palpitando a mil por hora.

¿Por qué se sentía así? Anteriormente ha pasado este tipo de vergüenzas, pero nunca se sintió así de tembloroso y acelerado, lo único que se le venía a la cabeza era los ojos del chico mirando sus labios. Por el pensamiento su temperatura corporal aumentó y sintió como su miembro reaccionaba a esos estímulos ocasionados por ese momento- Mucho recreo- se dijo asimismo y se fue a su computadora a realizar el último trabajo que le faltaba.

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Toya había salido al balcón a fumar un cigarrillo cuando un chico rubio bastante atractivo a decir verdad salió del balcón de al lado. El chico poseía un cabello medio largo peinado hacia atrás con algunos mechones que caían sobre su rostro de color rubio cenizo, unos ojos color miel y vestía una remera blanca con una malla de baño que le llegaba a la mitad del muslo. Aunque su bigote de licuado llamó su atención, también lo hizo el olor que desprendía, ese olor erizó todos los pelos del pelirrojo- Un omega a punto de tener un celo- dedujo en su cabeza.

Cuando se dio cuenta de que se le había quedado viendo como un rarito, ya era tarde el chico estaba totalmente sonrojado. Amablemente señaló que tenía licuado en el bigote y este de la vergüenza se metió dentro de su casa, aunque se quedó pegado a los pensamientos de Toya.

-¿Tendrá un alfa con él? Su olor es muy distinto a los demás omegas que he conocido- pensó y encendió un cigarro.

Su temperatura se elevó al seguir pensando en su olor pre-celo, pero no hizo nada al respecto, solo se quedó sentado fumando un cigarrillo y pensando sobre sus cosas.

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora