8- "Duras" Declaraciones

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Lo que sucedió después fue tratar de salir de la oficina lo más disimulado posible, una vez lo lograron, terminaron el trabajo que el padre de Toya les había encomendado y cada uno se dirigió hacia su casa.

-¿Quieres que te lleve?- preguntó el pelirrojo en la salida de la empresa.

-Creo que me lleva el chofer- respondió Keigo tímido a la petición del otro.

-Lo llevo yo, saludos- dijo Toya al chofer del rubio- Vamos- emprendió viaje hacia su vehículo.

Keigo sin saber como reaccionar a lo sucedido solo lo siguió, al llegar al vehículo este se sintió asustado- Nunca me he subido a una moto- habló un poco temeroso.

-Siempre hay una primera vez para todo- sacó dos cascos que ni el rubio sabía que llevaba en las manos- Toma- le entregó uno, luego se subió a la moto y la encendió- Ahora súbete.

El omega hizo caso a todo lo que el alfa decía, se sentó detrás de él y sin esperarlo la moto arrancó haciendo que tenga que agarrarse de lo que tenía a la mano, concluyendo en un abrazo trasero hacia Toya, aunque este lejos de quejarse sonrió aprovechando que su casco le tapaba el rostro.

En total fue un viaje de media hora para llegar al edificio departamental de ambos, se bajaron de la moto en silencio y subieron juntos hacia el sexto piso (lugar donde se encontraba los departamentos de ambos), en el pasillo antes de irse cada uno a su casa Keigo decidió decir unas palabras.

-Me gustó- Toya se quedó parado frente a él, dándole la espalda- Me gustas en realidad- dijo directamente, aunque por dentro moría de timidez.

El era así, tímido, pero cuando tomaba la decisión de hacer algo podía reprimir ese sentimiento por unos momentos, algo que sin dudas muchas personas desearían poder hacer- Eres lindo cuando te sonrojas- respondió el alfa al echarle un vistazo.

Los que les conté sobre como era Keigo duró muy poco al recibir el halago del otro, todo su rostro se tornó colorado y no podía vocalizar una palabra, su corazón estaba latiendo a mil- Me gustas también- terminó de decir el alfa y luego se metió en su departamento, dejando al omega con una mezcla de sentimientos en medio del pasillo.

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Luego de un largo sueño, abrió los ojos, le dolía la cabeza y sentía su cuerpo extraño, se levantó y se dirigió al baño. Su cara estaba hinchada, algunos granos habían aparecido en ella y sentía que su celo había terminado- Muy pronto- se dijo así mismo, pero no hizo mucho caso ya que su celo era muy irregular.

"SDH, o mejor conocido como síndrome del desorden hormonal" dijeron los médicos, prácticamente sus hormonas nunca iban a llegar a un balance y esto se notaba en sus celos, aparecían cuando querían, se iban cuando querían, a veces duraban más de lo que tendrían, hubo veces en la que estaba en celo, pero no producía su olor característico. Según los doctores, esto le iba a traer problemas cuando esté pasando por una situación estresante, o cuando este en un proceso biológico que de por si genere un desorden hormonal.

En conclusión, se sentía para el culo emocional y físicamente, y hasta podría jurar que el espíritu también le dolía, así que solo se recostó de nuevo en su cama y decidió dormir todo el día

Cosa que no hizo Toya, este pasó todo el día dándole vueltas a lo que pasó el día anterior, no la parte de la oficina, sino que la del pasillo. Se sorprendió bastante con esa declaración de Keigo- No te puede gustar alguien solo a días de conocerlo- pensaba, pero el dijera eso por el rubio, muy en el fondo sabía que era exactamente lo que le pasaba a él, esto se notó en su respuesta "Tu también me gustas", de todo lo que quería decir eso era lo último se podría decir que su conciencia lo engañó. Decidió hablarle por mensaje de texto, pero no recibió respuesta alguna de su parte, eso bajó un poco su autoestima, pero decidió ignorarlo para su propio bien.

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora