Su corazón palpitaba a más no poder, su garganta estaba seca y fría de tanto respirar, llevaba corriendo sin parar como media hora, la única imagen que se repetía en su cabeza era la de su prosti-amiga siendo apuñalada, "¡Corre!" fue lo único que escuchó salir de su boca y fue lo único que hizo. Nunca en su vida sintió la desesperación de ser perseguido o de saber que si lo encontraban lo mataban, el sabía que tenía que volver por Toga, pero su cuerpo reaccionaba por instinto y el único que instinto que percibía en ese momento era el de salvar su propia vida.
Era tarde, Keigo no sabía exactamente que hora, pero tenía la sensación de que era de madrugada. Para su suerte vio una casa, en la que había una chica de mas o menos su edad en la entrada principal, él se acercó lo más rápido que pudo.
-¡Por favor! Déjame entrar, si me encuentra me matan- imploró con lágrimas en los ojos a la chica, pero esta asustada cerró la puerta de su casa y ocultó las ventanas con las persianas.
-Mierda- insultó Keigo, de reojo vio que su perseguidor estaba cerca- Mierda, piensa rápido- se dijo así mismo- "Nogales 438" -recordó la dirección que su amiga le había dado, una casa abandonada en la cual nadie concurría recordó también, ahí es donde se iba a dirigir- No es tan lejos- pensó y siguió corriendo.
Con mucho esfuerzo, Keigo, logró llegar a la casa, esta era bastante grande, cubierta con humedad, muy descuidada y detrás de esta se encontraba un lago bastante tenebroso, sino tuviera la adrenalina que tenía nunca en su vida hubiera querido entrar a esa aterradora morada. Sin pensarlo, entró por la ventana y agarró lo primero que vio en el piso, un pedazo de tubería oxidada, luego se escondió debajo de una mesa que estaba pegada a una pared, encima de esta se encontraba una ventana que daba al exterior.
-Vamos a estar bien- dijo mientras tocaba su abdomen pensando en su futuro bebé- No te preocupes- sus lágrimas comenzaron a escurrir.
De repente escuchó unos pasos en el exterior de la casa, todo su cuerpo se tensó, veía como la luz de una linterna alumbraba desde afuera de la casa a adentro a través de la ventana. Keigo rogaba a cualquier entidad que se encontrara en el más allá por ayuda, su cuerpo sudaba frío y su mandíbula temblaba del miedo.
El omega vio como Kuroguiri, aka su perseguidor, entraba por la misma ventana que él, rápidamente colocó su mano en la boca y nariz para retener completamente su aire y no hacer ningún ruido. Los pasos de este rodeaban la mesa buscando en todos lados, menos debajo de esta, Keigo apretaba fuertemente la tubería que había encontrado en caso de que sea necesario utilizarla.
-Ven pollito pollito pollito- decía burlón Kuroguiri- Se que estás aquí- este se alejó lo suficiente para dejar a Keigo respirar ya que este se estaba ahogando.
Una gran bocanada de aire tomó el omega, tratando de tranquilizar su respiración, según él Kuroguiri ya se había ido, pero alguien tomó su cuello fuertemente.
-Te tengo pequeña ramera- dijo enojado arrastrando a Keigo fuera de debajo de la mesa- Nunca más te escaparás- lo golpeó en la cara- No vivo al menos- reía mientras lo golpeaba con puñetazos en la cara.
La tubería se le había escapado de la manos en el momento que lo ahorcó, así que para defenderse lo alejó de una patada en el abdomen y rápidamente se levantó del suelo, buscó con su mirada la tubería, pero Kuroguiri lo agarró por atrás y lo estampó contra la pared.
-Eres una perra traviesa- dijo este apretando a Keigo con su cuerpo contra la pared- Eso me gusta- dijo en su oído para posteriormente morderlo- Me excita tanto- realizaba movimientos de atrás para adelante con su cintura apoyando su erección en el trasero de Keigo.
Nuestro omega lanzó un cabezazo para atrás golpeando fuertemente la nariz de Kuroguiri logrando su libertad, pero al darse vuelta recibió un puñetazo y luego un rodillazo en su abdomen el cual le causo mucho daño.
Cayó al piso agarrándose su panza, conteniendo sus lágrimas, sentía que algo se había roto dentro de él, no podía pararse siquiera.
-Debo admitir que golpeas muy fuerte para ser un omega- dijo Kuroguiri mientras se acomodaba su nariz que al haber sido golpeada se quebró.
Keigo se arrastró como pudo hacia la tubería y antes de agarrarla sintió un fluido saliendo de sus partes, miró para abajo (ya que estaba en cuatro patas) y visualizó un goteo de sangre saliendo de él... Sintió como su alma dejó su cuerpo, en ese momento supo que había ocurrido, sus lágrimas comenzaron a escurrir sin cesar.
-¿Por qué no te paras? ¿Ya te cansaste?- se acercó Kuroguiri riendo hasta que vio la sangre escurrir- ¿Por qué sangras por ahí? Yo no te golpeé ahí... todavía- suspiró- Que extraño, solo te golpee tu abdom... ¿Estás embarazado?- preguntó sorprendido.
Esa pregunta encendió una furia en Keigo, todos sus pensamientos se nublaron y lo único que hizo fue agarrar la tubería y con un movimiento rápido para levantarse, se la estampó en la cara a Kuroguiri tirándolo al suelo.
-¡Ahhh!- gimió de dolor- Espera, ¡Por favor!- pidió piedad mientras trataba de recuperarse del golpe.
Keigo recordaba todo esos momentos en los cuales fue manoseado, violado y golpeado a manos de Kuroguiri, estaba cansado de esos constantes abusos hacia sus persona y lo último que le hizo a él era imperdonable.
El omega levantó con sus dos manos la tubería y con fuerza la bajó golpeando la nuca de Kuroguiri, dejándolo inconsciente al instante. La sangre comenzó a fluir como ríos de la cabeza del desmayado y al verla fue cuando Keigo realizó en lo que acababa de hacer.
-¡Oh por dios!- gritó sorprendido tirando la tubería al piso- ¡No no no no!- decía sin parar mientras chequeaba el pulso de la persona a sus pies.
Su cuerpo se heló al darse cuenta de que había matado a alguien, su cuerpo temblaba tanto que parecía un terremoto andante. Escuchó otros ruidos afuera de la casa y salió corriendo para el otro lado.
-¿Keigo?- escuchó una voz conocida, pero el siguió corriendo hasta salir al patio trasero de la casa.
Corrió hasta el muelle, leyendo los carteles que rodeaban al lago "¡Peligro! No sumergirse sin salvavidas", pero esto no le importó cuando llegó a la punta del muelle.
-Keigo espera- otra vez la voz sonó detrás de él, pero ya era tarde, saltó de lleno al lago- ...¡KEIGO!
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Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-
FanfictionDos chicos vivían su vida como ninguna otra hasta que un día la pandemia del Covid-19 llegó a su país, ¿que hará nuestro omega favorito encerrado en su departamento por meses? Y aún peor, ¿Teniendo a un alfa de vecino?