Sunshine [ShinKami]

Secreto

—¡Ya deja de andar jugando y mételo de una maldita vez!

Shinsou rió por lo bajo.

—Pero que exigentes que estamos hoy. -Dejó de repartir besos por el abdomen y pecho del rubio y volvió a ascender para prestarle más atención a su boca. —A ver si así te callas.

Denki frunció el ceño.

—¿Qué parte de que dejes de jugar y lo metas no has entendido? Te piensas que puedes and... -Se interrumpió al sentir como el pelimorado entraba abruptamente, el rubio se aferró a la espalda de Shinsou y lo arañó con fuerza. —De verdad... Te odio... Mucho. -Dijo entre gemidos.

Hitoshi lamió el lóbulo de la oreja de Denki y susurró:

—Si tanto me odiaras no vendrías todos los días a mi habitación. -Kaminari bufó.

—Lo que pasa es que tú me caes mal, pero tu mini tú no. -Explicó con una sonrisa.

Hitoshi enarcó una ceja.

—¿Acabas de decir mini? -Preguntó mientras comenzaba a moverse. —Haré que te arrepientas.

Kaminari ya no pudo reprimir los gemidos.

—No seas tan ruidoso pequeño, no quiero que los vecinos vuelvan a quejarse. -Dijo antes de unir sus labios y besarlo con desesperación.

Denki realmente detestaba a ese tipo.

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—Te ves muy cansado, ¿Estás durmiendo bien? -Preguntó preocupada su amiga, Mina.

Kaminari bufó.

En realidad apenas había dormido, pasó toda la noche en el cuarto de Shinsou, sólo volvió al suyo para bañarse y cambiarse para ir al instituto.

Ventajas de que tu amigo sexual vaya a tu mismo instituto pupilo es que sus cuartos no estaban demasiado lejos.

—Solamente me desvelé por estar jugando, no te preocupes. -Le dijo con una sonrisa.

Ashido no pareció del todo convencida, pero aún así miró el reloj en su muñeca.

—Tenemos que ir a los vestuarios, hoy tenemos gimnasia. -Dijo con un pequeño puchero.

A Kaminari le dolían los músculos, él ya había hecho demasiado esfuerzo físico, no quería más.

Aún así entró al vestuario de hombres donde se encontró con el resto de sus amigos.

—¡Apresúrate que sólo nos quedan cinco minutos! -Advirtió Sero, casi todos estaban terminando de vestirse.

—Ya voy, ya voy. -Dijo el rubio mientras se encaminaba a su casillero para sacar el uniforme de gimnasia.

Denki comenzó a desvestirse con rapidez cuando unos murmullos lo interrumpieron, todos los chicos lo miraban asombrados.

—¿Qué pas...? -Sero río y palmeó su hombro.

—¿Te divertirte anoche Bro? -Preguntó mientras apuntaba su cuello.

Denki abrió los ojos sorprendido.

—No lo hizo... -Murmuró por lo bajo ante de echar una mirada al espejo de los vestuarios.

Efectivamente, tanto en su cuello como en su pecho y abdomen tenía múltiples marcas de besos y mordidas.