Sunshine [ShinKami]

Hilo destinado

—Aléjate un poco... Sí, ¡Ahora vuelve a su lado!

Izuku bufó e hizo caso, volvió al lado y tomó de la mano al bicolor, el hilo de tres colores: Verde, rojo y blanco, se esfumó.

—¡Es increíble! -Dijo riendo alegremente el rubio. —Todo éste tema del hilo destinado es fascinante, ¿Dices que aún lo pueden ver? Yo no veo nada.

Todoroki inspiró hondo.

—Ya te dijimos que sí Denki, por favor, quiero terminar mi almuerzo. -Pidió el bicolor.

Kaminari bufó y al fin regresó a su asiento, Midoriya puso una mano en su hombro.

—No te preocupes, ya aparecerá el tuyo. -Le dijo con una sonrisa.

El hilo destinado podía aparecer en cualquier momento, puedes tenerlo desde el nacimiento o que se decida a aparecer cuando tienes cincuenta años, incluso, había extraños casos en los que nunca aparecía.

Aunque generalmente éste aparecía entre los dieciséis y los veinte.

Kaminari ya tenía diecinueve y... Nada.

La gran mayoría de sus amigos ya tenían su pareja destinada.

Kirishima y Bakugo fueron los primeros, luego Yaomomo y Jirou, Mina y Sero, Midoriya y Todoroki... ¡Incluso a Mineta le había aparecido aquél dichoso hilo!

El rubio apoyó su frente en el pupitre y cerró los ojos, poco le importaba que el profesor ya estuviera impartiendo clases, estaba demasiado frustrado como para centrarse en la universidad.

En algún momento se quedó dormido y soñó algo extraño... Soñó con luces de colores.

Una era dorada y otra morada, también sentía como si alguien lo observara, pero por más que se girara no encontraba nada.

Aún así él no tenía miedo, se sentía seguro y tranquilo, no quería irse.

—¡Kaminari! -El fuerte chillido de Izuku y la sacudida en su hombro lo despertaron por completo.

Toda la clase lo estaba mirando, incluido el profesor.

Intentó ocultar el bostezo y luego sonrió tímidamente.

—Lo siento... -Dijo a nadie en específico.

El profesor suspiró.

—Felicidades... Supongo. -Dijo mientras se encogía de hombros.

Denki lo miró confundido.

—¡Tu mano, mira tu mano! -Pidió el pecoso.

El rubio llevó instintivamente la vista hacia su mano izquierda, allí, atado en su dedo anular, un hilo dorado brillaba y comenzaba a extenderse, saliendo del aula.

—Síguelo. -Todoroki le dió un leve empujón y Kaminari se levantó con rapidez, le dió una nerviosa mirada al profesor.

—Puedes retirarte, tal parece que el destino llama.

Denki no esperó más, rodeó el resto de los pupitres y llegó hasta la puerta, la abrió sin duda alguna y echó a correr siguiendo aquel hilo dorado.

Las personas que se cruzaba por el pasillo le deseaban suerte, la intensidad del brillo de aquel hilo lo delataba, apenas se había formado.

Terminó saliendo de su propia facultad para ir al edificio siguiente, el de Economía.

Por el camino se chocó contra Iida, quien abrió los ojos sorprendido al divisar el hilo que se vislumbró justo a un lado suyo.

—No está permitido correr en los pasillos... Pero ésto es muy importante ¡Buena suerte Kaminari! -Le dijo mientras movía roboticamente sus brazos.