11. Capitulo

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-Lia- una voz llamaba a la rubia, que aún seguía dormida -Lia-

-¿Mmm?- dijo ella adormilada abriendo los ojos, pero rápidamente los cerró, cegada por la luz de la habitación, Jack río ante la cara que había puesto Lia, besó sus labios dulcemente y esta abrió otra vez los ojos

-Hola- dijo el, ella le dio una sonrisa de boca cerrada -¿Estas mejor?-

-Me duele la cabeza- dijo ella agarrándola -Pero estoy bien-

-Genial porque nos tenemos que ir- se levanto de la cama dejando su perfecto torso a la vista, iba sin camiseta ¿en que momento de la noche se lo había quitado?

-¿A donde?- preguntó ella confundida

-Ya lo verás- contesto saliendo de la habitación -Ah y ponte algo de deporte- Lia se levantó, hizo unos estiramientos, se preparó y salió de su cuarto, desayuno y después de lavarse los dientes, salió hacia fuera de la casa, donde Jack la llevó hacia dentro del bosque

-¿Que hacemos aquí Jack?- preguntó ella sin soltarse de la mano del muchacho

-Te voy a ayudar a que controles tus poderes- Lia intento replicar pero este no la dejo -Es necesario y no acepto un no por respuesta- La muchacha resopló y asintió, lo peor que podría pasar era que Jack saliera herido -Vale, primero velocidad, tienes la misma resistencia que Hércules, tienes que correr de aquí al árbol señalado en la otra punto con una mancha azul y volver, a mi señal empiezas- Lia asintió, se puso en posición y espero la indicación de salida -¡Ya!- la joven echo a correr lo más rápido que pudo, hasta que llegó al árbol y volvió, parándose delante del muchacho recobrando oxígeno -No está mal, diez segundos- el comenzó a andar y ella le siguió el paso -Ahora, trepa hasta aquel árbol, coge el arco que está en la octava rama y baja- ella asintió, con todos los músculos de su cuerpo saltó hasta agarrarse al árbol y de ahí comenzar a trepar hasta la rama, estiró el brazo al llegar pero se tambaleó y tuvo que sostenerse para no caer, hizo un esfuerzo por llegar hasta el arco y cuando lo cogió saltó hasta llegar al suelo -Bien hecho- ella le dio una sonrisa y el comenzó a caminar

-¿Algo más?- preguntó ella, el asintió, mientras saltaba hacia otro lado del bosque, que daba al lago

-Tienes que ir hacia aquel embalse- señaló en el medio del lago donde un trozo de madera sostenía unas flechas -Y traer las flechas-

-¿Y como pretendes que vaya sin mojarme?-

-Aquí deberás usar tus poderes, no valen las habilidades del cuerpo- dijo el alejándose de ella, Lia suspiró, lo primero que se le ocurrió fue usar el agua para que trajera el embalse, pero luego se dio cuenta de que estaba amarrado al fondo del agua y que no podría hacerlo, por lo que también descartó el usar viento

-No se me ocurre nada Jack- dijo ella exasperada

-Piensa Lia- respondió el -Puedes hacerlo- la muchacha volvió a mirar el embalse, para luego mirar su entorno, controlaba la naturaleza, los elementos de la tierra, el clima, tenía todos esos dones sobre ella, se sentó en el suelo para pensar con claridad, pero se asustó al tocar una rama del árbol debajo de ella, curiosa observo el gran roble, tendría unos cien años y sus raíces podrían llegar hacia el fondo perfectamente, colocó su mano sobre ella, concentrándose y cerró los ojos para visualizar su objetivo debajo del agua, las raíces agarraban el embalse de madera pero podía hacerles soltarlo, poco a poco el barco fue moviéndose lentamente mientras sonaban unos crujidos, cuando por fin liberó la madera de las ramas, lo atrajo con el agua y el viento hasta llegar a ella, estiró su brazo y agarró las flechas, con victoria se acercó hacia Jack, teniéndole su premio, este le sonrió y los cogió -Nada mal pequeña diosa-

La Elegida del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora